CAPÍTULO 3

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Ese día todo había transcurrido de forma normal, Matthew se pegó a Hanbin como una garrapata, no pensaba dejarlo ni un minuto, pasar el máximo de tiempo posible con él, estaba en sus planes. Sin embargo, el mayor no se lo tomó a mal, Matt era nuevo y entendía que estar con el presidente de la clase, en teoría, la persona más confiable del salón de clases, era la mejor de las opciones. Además, en cierta manera, era divertido.

¿Seguro que no quieres encender tu Hao ahora? Yo ayer lo recargué, solo debes descargar la aplicación y vincularlo, no necesitas más. –comentó el castaño, estaba entusiasmado de que su nuevo amigo encendiera su regalo.

–No, estoy bien así. Me distraeré si lo hago ahora, prefiero hacerlo en casa, Ricky me ayudará allá, así que no te preocupes. –por segunda vez, Matt le estaba viendo sonreír y sintió que se derretiría cual helado en verano en ese instante.

–¿Ricky? ¿Es tu hermano? –no había mencionado que viviera con alguien más, ahora que lo pensaba, no sabía nada del chico con hermosa sonrisa.

–¿Hermano? No, para nada, es mi mejor amigo, se mudó conmigo a Seúl, aunque él vive en otra zona, pero está todo el día conmigo. –mencionó despreocupado.

–Ya veo, ¿vives solo entonces? –el mayor solo asintió con la cabeza–. Deberías darme tu dirección, así te visitaré cuando te encuentres solo.

–No es necesario, cómo te comento, Ricky se la vive en mi departamento. Pero está bien, te daré mi dirección. –no sabía el porqué lo hacía, pero no podría ser tan malo.

Y con esas palabras y un intercambio de direcciones, cada uno regresó a casa, Matthew caminando y Hanbin en su bicicleta, con la bolsa de regalo colgando del manubrio. Después de unos minutos, se encontraba en casa, y desde unos metros antes de llegar, podía divisar una cabellera rubia afuera de su departamento. Estacionó su vehículo y fue hasta donde Ricky.

–Justo le platicaba a Matt que no puedes dejarme ni un segundo a solas. –le comentó a Ricky, soltando una sonora risa después. La tranquilidad que le daba aquel chico era relajante.

–¿Matt? ¿Tu nuevo novio? ¿Cuántos besos se dieron ya? –preguntaba molestando al mayor, sabía que ese tipo de temas le hacían enojar.

–Ya te dije que es solo un amigo. –ingresó el código, evitando que Ricky lo viera, pues sabía que si se lo daba algún día le jugaría una mala broma y le asustaría.

–¿Y esto? –le arrebató la bolsa de regalo, notando de inmediato la tarjeta–. "Para Hanbin de Matthew, gracias por tu amistad." ¡Whoa! Pero si hasta te da regalitos.

–Solo somos amigos. –respondió rodando los ojos, le quitó la bolsa y ambos entraron en el departamento. Por petición del rubio, el pelinegro encendió a Hao y ambos se pasaron unos minutos configurando la aplicación.

–Bueno, ahora tienes un asistente virtual, gracias a ti novio Matt. –comentó en tono burlón, amaba molestar a su mejor amigo.

–¿Quieres parar con eso? Mejor enséñame a hacer más cosas con este aparato llamado Hao. –lo último lo dijo en un tono burlesco, ¿quién le pondría así a un asistente virtual?

"No solo soy un aparato, soy el mejor asistente virtual. Si deseas que te explique todas mis funciones, solo debes decir "Hao. Muéstrame todas tus funciones" y con gusto lo haré, Hanbin."

A Hanbin casi se le sale el corazón, no se esperaba ya una respuesta del dispositivo. Respondió que "No", ante la propuesta, la voz era dulce y no parecía la de un robot, pero, aun así, no se sentía en confianza. Poco a poco iría descubriendo todas las funciones de Hao. Algo le pareció extraño a Hanbin, ¿cómo es que había reaccionado a su voz?

Llave BinarIA - HaoBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora