Todo estaba perfectamente adornado, muchos globos rojos en forma de corazón, rosas rojas por todos lados y un par de velas que hacían el ambiente más ameno y romántico. Gyuvin había planeado y preparado todo eso con la ayuda de Matthew, Jiwoong y Hanbin, incluso de Zhanghao, quien mantenía a Ricky ocupado, le pidió que consiguiera un par de cosas, para descubrir más sobre lo que le había sucedido. Claramente no era verdad.
"Ven a mi casa después de encontrar lo que te haya pedido Zhanghao."
"Ya voy para allá, resulta que no era necesario. Comienzo a odiarlo, ¡y ya sé que puedes leer esto, te odio!"
Gyuvin soltó una pequeña risa al leer aquel mensaje. Los chicos ya se habían retirado y por lo menos estaba menos nervioso después de que todos le dieran ánimos, incluso Hanbin, el mejor amigo de su gatito. Estuvo esperándole paciente sentado en el sofá. Sus padres estaban de viaje y llegarían hasta el domingo por la noche y ese día era sábado. El timbre sonó y Gyuvin sintió un leve ardor en la boca del estómago, no podía tratarse de nadie más que del rubio. Corrió a abrirle, pero al llegar suspiró y trató de disminuir su emoción. La puerta se abrió.
–Hola, gatito. ¿Cómo estuvo tu paseo buscando las cosas? –debía actuar lo más natural posible. Por fortuna la propuesta sería en su habitación.
–Hola, bonito. Ah, estoy agotado y de un momento a otro me dijo que no era necesario. Lo odio. –parecía un bebé haciendo puchero, Gyuvin no aguantó las ganas de darle un corto besito y Ricky se sintió mejor.
–Ven, hoy nos toca ver una película y me toca elegir a mí. –le tomó de la mano para así llevarlo hasta la sala, ambos tomaron asiento.
–Es verdad. Me gustan las películas que propones, son muy graciosas. –confesó el rubio quien disfrutaba en verdad de ver películas con Gyuvin.
–Pero antes, deja voy a mi habitación por algo que compré. Espera. –se levantó del sofá, se puso delante de Ricky y se inclinó para darle un beso en los labios. Le miró a los ojos sonriendo. Y se retiró a su habitación. Ultimó algunos detalles y entonces gritó. –¡Gatito, ven! Hay algo en la habitación.
–¿Un animal? ¿Un insecto? –respondió el chico desde la sala, rápidamente se puso de pie y aceleró el paso para ir hasta la habitación, entró impaciente y sus ojos no creían lo que estaban viendo. –Gyu...
–Gatito, ¿quieres ser mi novio? –preguntó el castaño con un ramo de rosas en las manos y una enorme sonrisa en sus labios.
–¡Sí! Claro que sí, me encanta, bonito. –abrazó a Gyuvin y después ambos se fundieron en un beso que demostraba cuanto se querían, las rosas cayeron al suelo, sin embargo, a ninguno de los dos les importaba, solo querían disfrutar del otro. El beso terminó y sus miradas se cruzaron, entonces, la conexión que tenían, aumentó. Gyuvin levantó la playera de Ricky, y este, sin problema alguno, elevó los brazos para que la retirara. Gyuvin le acarició con sus manos, disfrutando de la calidez ajena. Ricky siguió, en un segundo ambos estaban con el torso desnudo. Fueron hasta la cama, besándose, usando sus lenguas para saborear lo máximo posible del otro. Era la primera vez de ambos, por lo que algunos de sus movimientos eran torpes, pero ambos eran comprensivos. Gyuvin inició un camino de besos desde los labios ajenos hasta su ombligo, se detuvo y le desabrochó el pantalón, ambos estaban duros y Gyuvin tenía frente suyo a su ahora novio. Le bajó el pantalón y después se quitó el suyo también.
–¿Estás listo, Gatito? –tenía que preguntarlo o se sentiría mal si Ricky no estaba seguro cómo lo estaba él.
–Hagámoslo. –le respondió y entonces las caricias se intensificaron. Sus manos viajaban por la anatomía del otro y los besos cada vez eran más sonoros e intensos. La ropa interior les duró poco y ahora ambos estaban completamente desnudos. Gyuvin estaba recostado boca arriba y Ricky encima suyo. Su trasero quedando justo a la altura de la entrepierna ajena y el miembro de Gyuvin entre sus glúteos.
–Tengo lubricante en la mesita de noche. –señaló el mueble y Ricky se estiró un poco para sacarlo de un cajón. Pero antes de colocárselos, sus caderas se movían, restregando su pequeño pero redondo trasero en la hombría de Gyuvin, quien le tomó con fuerza de la cadera, encajando sus dedos pues sentirlo de esa manera era increíble. Sus miradas en todo momento estaban conectadas, la magia del momento tenía a ambos felices. Gyuvin le tomó de las nalgas y las apretó un poco, haciendo gemir al rubio elevando la cabeza.
Ricky se levantó un poco, puso lubricante en sus dedos y esparció un poco en su entrada, untó también en el miembro ajeno, cubriéndolo por completo. Estaban listos, poco a poco la delgada anatomía del chico de rasgos felinos comenzó a bajar, Gyuvin le ayudaba tomándole de la cintura, cuidando que no fuera tan brusco. La respiración de ambos era acelerada, hasta que Ricky se detuvo al tenerlo a la mitad.
–Es grande... –confesó el mayor de ambos.
–Es normal, pero tú estás apretado. –le hizo salir y entonces Gyuvin llevó sus dedos al interior de su novio, moviéndolos con lentitud para sí relajarle los esfínteres, claro que eso le generaba placer a Ricky, quien gemía y se aferraba al pecho de Gyuvin con ambas manos. Continuaron de esa manera, hasta que ambos consideraron que ya era prudente.
Los dedos fueron retirados y sustituidos por el miembro ajeno, esta vez entró con mayor facilidad, una vez estuvo completamente dentro, ambos se quedaron quietos, mirándose fijamente, con una mirada cómplice. Ricky, tras irse el ardor, comenzó un ligero vaivén con su cadera, generando un placentero roce al momento de que el miembro entrara y saliera de su cavidad. Las manos del castaño delineaban las curvas naturales del cuerpo de su novio, le atrajo, para besarle los botones rosados que adornaban su blanco torso, Ricky no paraba de gemir y de pedir más entre susurros, no quería ser ruidoso, pero Gyuvin no se la dejaba fácil. Quien estaba debajo, dobló sus piernas, para así tener un punto de apoyo y también moverse, al contrario del otro, para así hacer que entrara más profundo. Los sonidos generados al chocar sus cuerpos se mezclaban con los gemidos de ambos, eran tan eróticos, estaban disfrutando del momento. Continuaron de esa manera unos minutos, Gyuvin le exigía besos y Ricky sin pensarlo, le daba todos los que pedía. Todo fue lento, tomándose su tiempo y disfrutándolo al máximo. Hicieron un par de cambios de posiciones, alternando entre Ricky montándole, Gyuvin arriba y Ricky rodeándole con sus piernas. Deseaban experimentar lo máximo posible, eran novios, debían hacerlo. Sus cuerpos se fundieron en el placer, hasta que Gyuvin terminó llenando de su esencia a su gatito. Los gemidos fueron tan sonoros, por parte de ambos, que se cubrieron la boca con las manos, para después reír. El abrazo que vino después, junto a un cálido beso, selló su amor. Estaban seguros de que el otro era con quien querían estar el resto de su vida.
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Llave BinarIA - HaoBin
FanfictionZhanghao, un chico común y corriente tiene un accidente, provocándole un derrame cerebral que lo deja en coma, un padre desesperado, capaz de hacer cualquier cosa por su hijo, llegando a hacer lo inimaginable. Sung Hanbin, huyendo de su pasado, lle...