CAPÍTULO 8

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Y ahí estaba Ricky, llegando al restaurante de sushi de la calle principal, estaba nervioso, lo peor es que se le notaba a kilómetros, la gente que pasaba a su lado se daba cuenta de ello. Llevaba consigo un ramo de rosas que acababa de comprar, esperaba que a Gyuvin le gustaran, ¿y si gustaba de otras flores?. Continuó caminando y entonces le vio, su corazón comenzó a latir tan fuerte que pensó que saldría de su pecho, se veía hermoso. Se armó de valor y se acercó a este.

–Ho-hola, Gyuvin. –de pronto las palabras que había preparado para presentarse se habían hecho polvo. No sabía que más decir.

–Hola, Ricky. Estoy esperando a un admirador secreto, ¿puedes creerlo?, me ha estado enviando regalos muy bonitos durante los últimos días. –comentó aún sin entender que Ricky era ese admirador al que esperaba.

–Lo sé, porque yo soy ese admirador. –levanto los brazos para entregarle el ramo de rosas del que Gyuvin ni siquiera se había percatado.

–¡¿De verdad?! –su expresión de sorpresa le había delatado, en verdad no se esperaba que fuese Ricky. –¿Tú eres ese admirador? Pero, ¿tú eres gay? –Gyuvin había tenido la impresión de que el amigo de Hanbin era hetero.

–Sí, soy yo, Gyuvin. Yo te he mandado los chocolates, las flores, los peluches, todo eso. Y sí, soy gay. Me gustas, Gyuvinnie. –de un momento a otro sintió que tenía más valor.

–Oh, gracias, Ricky. Eres muy guapo, ¿sabes? Tengamos una cita ya que estamos aquí. –si bien a Gyuvin no le gustaba Ricky, le parecía alguien sumamente atractivo e interesante. –Pero tú debes pagar.

–Claro, por eso no te preocupes. –le entregó el ramo de rosas y Gyuvin sintió enrojecerse un poco, situación que le pareció adorable a Ricky.

Pidieron ambos un par de rollos, platicaron de cualquier cosa, sus gustos musicales, de cómo era china, ya que Ricky era de ahí. La química entre ambos era buena, incluso llegaron a hablar de cómo Hanbin y Matthew parecían novios, pero también de que solo uno de ellos gustaba del otro y lamentaron que esa relación no floreciera. Después de comer optaron por dar un paseo por el parque, hacía buen clima y querían pasar más tiempo con el otro.

–¿Puedo preguntar desde cuando te gusto? –Gyuvin caminaba de forma lenta, al igual que el rubio y tomaba con ambas manos el ramo de rosas que le había regalado.

–Si soy sincero, desde que tú y Matthew visitaron el departamento de Hanbin, te vi y quedé impactado con tu belleza. Además de que parecías un chico muy interesante. Y no me equivoqué, lo eres. –Gyuvin se limitó a sonreír, pero por dentro estaba gritando por las palabras tan bonitas que le decía Ricky.

–¿Qué es lo que más te gusta de mí? –si bien le avergonzaba preguntarle aquello, deseaba saberlo, pues no quería ser solo una cara bonita para Ricky.

–Bueno, eres muy hermoso, eso sin duda. Lo que más me gusta es tu rostro, pero no porque sea perfecto, no. Más bien porque eres muy expresivo y eso me gusta. Y cómo ya te dije, eres una persona interesante y bastante divertida.

–Para de hablar así o terminarás enamorándome. –Gyuvin bajó la mirada. Estaba completamente avergonzado.

–Eso es lo que más deseo en este momento, así que, gracias por decirme que hacer para lograr mi objetivo. –Ricky se colocó delante suyo y le tomó del mentón, le hizo subir la mirada y sonrió.

Las risas se hicieron presente, poco a poco la confianza iba aumentando, al final del día parecían los mejores amigos. Ricky llevó al menor hasta su casa y estando afuera, se quedaron aún unos minutos charlando.

–Es tarde, deberías regresar a casa o pueden regañarte. –comentó Gyuvin aunque deseaba quedarse toda la noche con él.

–No es problema. El chofer está a la vuelta y me llevará. –respondió con una sonrisa. –Pero aún así, debo irme. Muchas gracias por la cita, me la pasé muy bien.

Llave BinarIA - HaoBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora