—Chicos descansaremos aquí, la verdad es que siempre lo hacemos en este mismo lugar, la dueña tiene un restaurante pequeño, pero muy rico, además de que el hostal es excelente —señaló el sr Mario.
Me asomé para ver por la ventana, "LORCA" leí.
—Me parece, tengo muchísima hambre, a parte necesito cargar mi celular —dije, el estómago me rugía.
—Yo igual quisiera darme un baño y comer algo —comentó el Simpático.
—Genial chicos, les encantará —indicó la anciana, mientras bajaba del vehículo—. Primero iremos a comer y ahí pediremos las habitaciones.
La seguimos sin protestar, Floky caminaba sin correa detrás de sus dueños, su pequeña colita se movía de un lado a otro, generando una sonrisa tierna en mí.
Jeremy caminaba de los últimos, emanaba un aura de 'no me molesten', de verdad, esa actitud no hacía juego con esa cara tan adorable. «Le faltó amor de niño, seguro» me lo repetí unas 5 veces para intentar entenderlo, así evitábamos pelear.
Una mujer les habló a la pareja de ancianos y ellos la saludaron con un abrazo, demostraban una familiaridad contagiosa.
—Chicos vengan, ella es Mirta —la presentó la Sra. Marta, señalando a la señora que acababa de saludar—. El guapo moreno es Mike y el rubio es Jere —añadió.
Casi me reí a carcajadas cuando vi la expresión de la cara del Simpático, «"Jere", me encantó, una grande la señora Marta».
—Un gusto Sra. Mirta, soy Mike —le dije, extendiéndo la mano para saludarla.
—Yo soy Jeremy, un gusto —agregó él.
La Sra. Mirta nos señaló la mesa en la que debíamos acomodarnos, nos sentamos los 4 juntos y nos pasó la carta para pedir comida. Para ser tan tarde, tenía bastante público el local.
—Yo quiero carne a la cacerola con el agregado que tengas —se adelantó el señor Mario, sin necesidad de leer el menú.
—Yo quiero carne de pollo asada, con ensaladas —dijo su esposa.
—Para mí, verduras y carne salteada, por favor —pidió el rubio.
—Para mí, patatas fritas y nuggets, por favor —señalé con una sonrisa.
Ella se fue con el pedido anotado y el Simpático me miró, listo para atacar.
—Se te olvidó escoger el juguete —se reía mientras me miraba—. ¿Qué sucede contigo, tu cara tiene 30 años, pero tu estómago 8?
—26 años —corregí riendo, me había gustado su sarcasmo. Miré a mi pareja de ancianos favorita y agregué—. Lo que pasa es que cuando estoy con la gente de la agencia o con los chicos de la banda, nunca puedo comer nada de lo que pedí ahora, entonces es como aprovecharme de la situación.
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Tiempo de Viaje
Romance¿Te detendrías a ayudar a un desconocido varado en la carretera? Por un lado está Mike, un músico de 26 años, moreno, alto, le gusta disfrutar de la vida y por otro lado está Jeremy, apodado como el "Simpático", según Mike, un rubio, de ojos celeste...