🚘El tiempo corre

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—Soy un artista —me dije en voz alta, cerré el tarro pequeño de pintura que había utilizado para hacer mi letrero, lo tomé y se lo enseñé al chico—

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—Soy un artista —me dije en voz alta, cerré el tarro pequeño de pintura que había utilizado para hacer mi letrero, lo tomé y se lo enseñé al chico—. Simpático, mira este hermoso trabajo, esto es buscar soluciones, no quedarse ahí plantado, espera... ¿Hay que regarte, echarte agua? —le pregunté, divertido por la señal grosera que me hizo con su mano.

—"¿Podrías ayudarme?" —leyó él en voz alta—. ¿Puedes ser más patético?

—Patético tú, que sigues ahí parado, ¿Para dónde vas?

—No es tu asunto —volvió a mirar su celular, en serio ese sujeto tenía serios problemas.

—Yo voy a Roma, ¿Sabías que por esta ruta son 23 horas de camino? —intenté colocar un tema de conversación.

No contestó, me reí al ver su cara.

—Aclárame algo, ¿Te rejuvenece ser así de insoportable o te alimentas de la alegría de los demás? —solté con la peor de mis caras.

No me respondió.

Me senté en el suelo, apoyé mi espalda en la rueda del Mercedes, miraba de reojo al rubio parado, ¿De verdad quería que le salieran raíces?

—Amigo, de verdad, ¿Puedes mover tus pies o se pegaron al suelo ya los zapatos? —le pregunté.

Me miró y no me respondió, «Nota mental, matar a tu hermana, como es eso de andar criando al próximo santo. Mike ya no creas todo lo que esa mujer te dice, de seguro ella no se hubiera detenido» me reproché.

Llevaba 50 minutos ahí, el frío era más intenso, el día se estaba oscureciendo, sabía desde un comienzo que esa carretera no la transitaban tanto por los arreglos, pero nunca pensé que fuera tan real. 

Me puse de pie y comencé a caminar, crucé la carretera unas 7 veces, jugué con las líneas marcadas en el suelo. 

Revisé mi celular, "Sin servicio" leí en la pantalla, «Necesito un milagro, por favor, universo, me la debes por haberme detenido como buena alma que soy». Me quedaba 28% de batería, claramente el escenario perfecto, me reía solo de mis pensamientos «Cuando vuelva a tener cobertura, primero, avisarle a los chicos que ya iba en caminos, segundo, llamar a la agencia para que vengan a recoger el coche y tercero, insultar a mi hermana» si lo seguía pensando, la lista podía crecer.

Y es por ti, que brillan mis ojos hoy, y es por ti, que he vuelto a hablar de amor... —comencé a tararear la canción que recordé venir escuchando—. Y es por ti, que calma mi dolor... —Canté esa parte más emocionado y fuerte, simulé estar tocando mi hermosa guitarra.

—¿Hippie, te puedes callar? —gritó el rubio.

—¿Hippie?... Simpático, en serio tienes serios problemas de temperamento —le contesté, acercándome a él, la paciencia se me estaba acabando.

Tiempo de ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora