Quería acercarme más a él, pero tenía miedo de que retrocediera.
Él movió su mano, dejando un calor aún en la mía, se agachó para tocar la nariz de Floky con la suya. Sonreí cuando lo hizo.
A esa altura, su cara estaba cerca de la mía, él volteó a mirarme sonriendo aún por la ternura de Floky.
No lo dudé si un segundo, lo tomé de su pijama y lo acerqué a mí, lo besé suavemente, sus labios estaban un algo fríos.
Me aparté unos centímetros de él, necesitaba observar su reacción, él no dijo e hizo nada, incluso mantenía los ojos cerrados.
Al no ver un movimiento en mí, él abrió los ojos y yo me mordí el labio inferior a causa de los nervios.
Lo solté y en ese momento, él tomó mi barbilla y la acercó a la suya, haciendo que me levantara un poco del suelo y me besó con más fuerza.
Abrió su boca junto a la mía, succionó primero mi labio inferior y luego pasó su lengua, para poder introducirse en mi boca.
Me sentía en las nubes, estaba haciendo que el chico rubio guapo, la persona con la que había pasado las ultimas 24 horas sin separarnos, me besara con tanta pasión. Me dejé llevar por el momento.
Cuando sentí mi pecho subir y bajar de lo agitado que estaba, me aparté de él, necesitaba entender lo que estaba pasando y saber hasta dónde íbamos a llegar. Al hacerlo, lo vi sonriendo frente a mí, lo cual me derritió completamente, quería que me tuviera en sus brazos, aunque fuera por solo unos minutos.
—¿Quién eres? —le pregunté, aún con la adrenalina del momento.
—Solo Jeremy, si me preguntas más, mi razonamiento no me dejará continuar —confesó.
Floky estaba acurrucado junto a una cabecera.
Me puse de pie y tomé al rubio de la mano, quería que me siguiera hasta la otra cama. Lo puse a él de espaldas contra la cama, crucé mis brazos por detrás de su cuello y lo atraje para besarlo con más fuerza. Él tomó mi cintura con sus manos y me atrajo hacía él.
Con un leve impulso, me caí sobre él en la cama, él sonrió mientras seguía besándome, no me soltaba y eso me prendía aún más.
Estuvimos así durante unos minutos, el juego de nuestras caderas era fascinante. Sentía que mi corazón se me iba a salir del pecho.
Me aparté unos segundos de él y lo miré.
—¿Estás seguro de que quieres seguir? —lo miré con júbilo, pero sabía que debíamos estar de acuerdo con lo que pasara.
—Quiero seguir, con todas mis ganas, pero sé que me arrepentiré después...
Escuché eso y me paré de golpe, no lo dejé terminar de hablar.
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Tiempo de Viaje
Romantizm¿Te detendrías a ayudar a un desconocido varado en la carretera? Por un lado está Mike, un músico de 26 años, moreno, alto, le gusta disfrutar de la vida y por otro lado está Jeremy, apodado como el "Simpático", según Mike, un rubio, de ojos celeste...