🚗13 horas de Viaje, 34 horas para el Concierto - 32 horas para la Reunión

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Habíamos logrado avanzar unos kilómetros, el paisaje era hermoso, los árboles, los bosques, el clima otoñal tan fresco

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Habíamos logrado avanzar unos kilómetros, el paisaje era hermoso, los árboles, los bosques, el clima otoñal tan fresco.

El ambiente estaba agradable y en paz, Floky seguía en el regazo de Jeremy.

Bajé la ventana para sentir el viento y respirar directamente ese aire puro. Al hacerlo, sentí un frío por mi cuerpo y tirité, subiendo la ventana de golpe.

—¿Qué te pasa? —preguntó el Simpático.

—Creo que abrieron tu corazón —solté sin pensarlo.

—No sé por qué pregunté —respondió de mala gana.

Puse los ojos en blanco e intenté llevar el camino en paz.

—Sentí un frío por el cuerpo... Y ... —dije nervioso, me mordí el labio pensando en cómo decir lo que necesitaba.

—¿Y? —se acercó el rubio, para escuchar mi respuesta.

—Necesito orinar —solté.

—Estas bromeando —contestó él, alejándose de golpe de mí, frunciendo el ceño—. Acabamos de salir del restaurante, ¿Por qué no pasaste ahí?

No dije nada, solo comencé a mover mis piernas incómodo, no podía aguantar más de la cuenta. «¿Por qué no pasé?» repetí la pregunta en mi cabeza. «Porque me puse nervioso por tu presencia, estúpido» me respondí, pero no distinguí si le decía "estúpido" a él o a mí.

—Mario, ¿Puede detenerse, por favor? —se me adelantó el Simpático, lo miré sorprendido.

—¿Qué paso? Ya estamos llegando a Villafranca, por si necesitan algo —contestó el anciano.

—Tiene que ser ahora, el niño que va con nosotros, no puede aguantar más —soltó el rubio, extrañaba su tono sarcástico.

—Pequeño, ¿Es verdad? —preguntó Marta, volteando para mirarme.

—Si, lo lamento, pero es que me apareció un demonio cuando buscábamos a Floky, entonces quise arrancar de ahí —señalé, mirando a Jeremy—. Bueno, creo que sigue con nosotros el demonio.

Él sonrió burlonamente.

—No te preocupes... Aquí mismo —dijo Mario, orillando el coche—. Tendrás que caminar entre esos árboles —apuntó un bosque que estaba al lado ddel camino.

—Vuelvo en seguida —me bajé del Nissan.

—Con cuidado Mike, no te vayas a perder o hacerte daño —agregó Marta—. Jere, deberías acompañarlo.

—¿Yo?¿Por qué? —preguntó el.

—Tu no dices que es un niño, la preocupación no nos dejará si le pasa algo. Además, con Marta nos podemos caer, tú eres joven y fuerte, ve tu por favor —justificó Mario.

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