El Otro ||Yoonmin||

15💕

Esta calentito.

Eso fue lo primero que pensó YoonGi al despertar de un sueño tan bueno como muy pocos recordaba haber tenido, su mano sentía algo caliente y suave. El calor era reconfortante, una sensación que se extendía más allá de la piel de su mano y parecía envolverlo en una burbuja de paz. La suavidad era agradable al tacto, una textura delicada que contrastaba con la ligera somnolencia que aún lo embargaba. Se quedó inmóvil por un momento, disfrutando de esa sensación cálida, preguntándose qué la estaría causando, sin la urgencia de romper la agradable tranquilidad de ese despertar.

Frunció el ceño y con pereza acarició la superficie blanda, disfrutando de lo lisa que se sentía bajo su yemas, empezó a hacer masajes circulares, bajando cada vez más en reconocimiento, dio con una tela lisa y algo abultado, palmeó la protuberancia acolchada sin reconocer que era, ¿Una almohada térmica?

Confuso la apretó ganando un quejido somnoliento que lo hizo despertar por completo.

Asustado, YoonGi abrió los ojos y dio con un par de orbes dorados que le veían de regreso, estaban llenos de sorpresa y expectantes a cualquier otro movimiento suyo, eran similares a la mirada rendida de una presa ante su depredador.

La boca de YoonGi se entreabrió, la sorpresa grabada en sus facciones. Al mismo tiempo el rostro de Jimin se encendió con un rubor intenso, un carmesí tan profundo que parecía irradiar calor, como el rojo vivo de las brasas en una caldera. El alfa casi podía ver el vapor imaginario que emanaba de sus orejas.

YoonGi había estado manoseado su trasero, peor aún, no solo lo rozaba, sino que lo acunaba por completo, su palma abierta abarcando toda su firme extensión.

El omega habia despertado minutos antes, estaba tan cómodo y envuelto en el calor de YoonGi, que no encontró ni el valor, ni las ganas de salir de sus brazos, animado por el poco movimiento en el alfa y su respiración suave, Jimin restregó su rostro en el pecho de YoonGi, adorando la idea de que el aroma de su esposo se quedara un buen rato en su pelo.

Estuvo a punto de quedarse dormido de nuevo cuando sintió unos dedos fríos y tersos paseándose sobre su cintura, hubo un contacto de piel con piel  gracias a que su camisa estaba alzada, sus bellos se erizaron al paso de las caricias circulares que el alfa dejaba

La respiración se le cortó abruptamente, dejando solo el sonido de sus latidos desbocados, permaneció quieto como una viga de metal, descolocado por el repentino tacto del alfa, que continuó su recorrido ascendente.

El apretón en su glúteo le hizo soltar un gemido, asustado por el atrevido movimiento sobre su persona, Jimin buscó una explicación en el rostro del alfa, hayandose de lleno con los ojos felinos que le miraban igual de sorprendidos.

La mano de YoonGi quemaba su piel, y ese calor subió como una llamarada a su rostro. La vergüenza lo invadió por completo, haciéndole sentir un bochorno intenso y un profundo deseo de desaparecer. La sorpresa y la confusión despertaron a su lobo, creando una mezcla de sensaciones abrumadoras ante el contacto inesperado.

Usando su mano, Jimin se dio impulso para salir de encima del alfa, estaba todavía tan adormilado que olvidó las heridas en su muñeca y mano, el dolor y su quejido fueron automáticos.

La fuerza abandonó su brazo y sin poder sostenerse, cayó hacia adelante, impactando su frente contra el rostro de YoonGi.

Un jadeo de sorpresa y dolor brotó de la boca del alfa, quien de inmediato levantó una mano para frotar la zona golpeada, entrecerrando los ojos por la molestia, Jimin vio algunas lágrimas.

- ¿Qué diablos haces?

- ¡perdón!

Jimin batallaba  para salir de la manta que se había enrollando en sus piernas, resultado de su inquieta manera de dormir. Estaba casi manateado sobre YoonGi siendo difícil su tarea de poner distancia del alfa mañoso