Capítulo 1

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Las misiones que llevaban sobre sus hombros siempre fueron de suma importancia y riesgo, como agentes de la CIA era el mejor equipo llevando a cabo todo tipo de tareas que se les asignarán, Jack Conway era astuto, inteligente y estratega, infundia terror y era una máquina humana de matar, Freddy era más despreocupado, pero nunca bajo la guardia cuando se trataba de proteger a los suyos o así mismo, de igual modo que Conway, tenía mucha sabiduría en el campo y eran el duo perfecto, mentes combinadas y puños destructores. Se podía decir que ambos eran dos bestias que cuando uno se ponía el traje y el otro tomaba un arma, era 100% rentable que consiguieran con éxito lo que les fuera encomendado.

Y así como su compañerismo creció, también surgió algo más y es que ambos comenzaron a desarrollar sentimientos románticos uno por el otro, pero ambos eran demasiado orgullosos para decirlo abiertamente, nunca faltaban las insinuaciones y las indirectas. Cuando hablábamos de confesiones, todos creemos en una romántica cena, flores, aromas suaves y frutales, un ambiente cálido y hermoso, con palabras preciosas como: "Me gustas" "Estoy enamorado de ti", pero en cambio fue:

-Yo voy directo al punto neno, me gusta tu culo.

-¡¿Podrías concentrarte anormal?!

Y si, ambos no estaban precisamente en una cafetería o la playa, estaban huyendo de una lluvia de balas, en dónde el plomo y el aroma a pólvora eran participe de su entorno, ambos se refugiaron y dispararon desde su punto ciego, "concentrados".

-¿Qué dices, Conway?

-Que cierres ya la puta boca hijo de puta, vuelve a decirme una gillipoces así y te juro que te reviento la cabeza.

Freddy suspiro y sonrió, saliendo de su escondite para abatir de una a los enemigos restantes. -Tomare eso como un si, ¿Oite'?

Conway soltó un suspiro y volvió a dejar su arma en la funda de su cadera. -Vete a tomar por culo.

Freddy lo miro con un brillo especial en sus ojos negros, definitivamente ese hombre le encantaba y verlo retirarse mientras se sacudía las mangas de su camisa, caminando mientras sus caderas se contoneban, le hacía suspirar y llenarlo de regocijo.

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Una nueva misión había sido completada y ambos regresaban a reportarse, fueron felicitados y luego de muchas felicitaciones por su éxito, era momento de hablar sobre lo que ocurría con ellos ante esa "confesión". Conway por supuesto que correspondía esos sentimientos, pero no lo diría abiertamente, Freddy sabía leer tan bien a Jack que supo al instante que era completamente aceptado en la vida del otro y así fue como esa confianza de compañeros de misión, se transformó en algo más y con ello, llegaron los frutos de su nueva relación, ser pareja comllevo más que solo salir a citas, para ellos, era distinto y estaban satisfechos de eso.

Freddy a las pocas semanas se mudo con Conway y no es que no hayan compartido antes un momento donde dormían juntos o desayunaran juntos, pero esto era más especial, pues dormían en la misma cama, despertaban y hacían otro tipo de intimidad en ella, la vida de pareja no era tan complicada como pensaban o quizá un poco, ya que ambos tenían que acostumbrarse a sus costumbres y valores, mientras Conway era ordenado y pulcro, Freddy podía comer, cenar y desayunar en el mismo plato si así lo deseaba o podía usar los mismos calcetines y solo voltear estos al derecho y al revés.

Y así llevaron una vida tranquila durante dos años, ambos eran jóvenes y aunque sus trabajos eran riesgosos, se tenían mutuamente para protegerse en todos los sentidos. Siempre que estaban por iniciar una misión, se prometían regresar en una pieza y siempre comunicarse, aquel día era precisamente una nueva misión a la que tenían que asistir, una mafia había comenzado a traficar con mujeres y menores, tenían que desmantelar esa sede en dónde los tenían custodiados y salvar a todos, era momento de actuar y entrar a lo que parecía ser una fábrica, era una buena fachada para despistar.

Misión de padres | FREDDWAY | Finalizada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora