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- Bue, ¿Un poco mas no querias tardar, culiada? - Dijo Santiago al ver entrar a la chica con su comida.

- Si tanto te jode, podías ir a comprar vos. - Replicó Isabella.

- Imaginate si se va a arriesgar a estar lejos de Nahi. - DIjo Francisca, recibiendo la comida que su amiga le repartía.

- ¡Ay, Nahi! - Molestó Juani, sacudiendolo un poco a su amigo, quien apartaba la mirada sonrojado. Nahiara fingía no oir, pero sonreía sonrojada, abriendo su alfajor.

Isabella le tendió el dinero a la menor, quien la miró confundida. - No, no, yo te dí justo. - Aviso Nahi.

- Alguien pagó por vos. - Dijo su amiga, haciendo un movimiento con la cabeza hacia Santiago. El rostro de Nahiara enrojeció por completo.

Santina estaba apoyada en el hombro de Manuel, tapada con su cardigan beige, con la mirada algo perdida, escuchando por encima la conversación. Su mente divagaba en los sucesos de la fiesta, trataba de convencerse que no era tan grave, por ende, aun no entendía porque sentía el dolor de mil cuchillos clavados.

- Santu. Necesito levantarme, perdón.- Se disculpó el rizado, poniendose de pie.

- ¿A dónde van? - Interroga Alfonsina, quien tenía el brazo alrededor de Martina, al ver a Blas de pie también. 

- Vamos a ensayar arriba, el acto es en poquito tiempo y Manu todavía tiene que pulir el teclado. - Avisó Blas, sin notar como el mencionado se enrojecía por el apodo.

- Que pula otra cosa. - Dijo Lucía, haciendo que Pipe retenga una risa.

- ¡Lucía! Vamos, Blas. - La cara de Manuel hervía en rojo mientras arrastraba a Blas, quien tambien estaba colorado, afuera del aula.

- Que puto es Manuel. - Dijo Francisca, burlonamente.

- Che, ¿No está con tu hermano él? - Pregunta Felipe, cebando un mate para sus amigos.

- ¿Manu? No, no, fue una noche nomás. Bah, según ellos. - Dijo Martina, trazando pequeñas caricias en el brazo de Alfonsina, quien la miraba sonriente. La mirada de la rubia se dirige a Isabella de nuevo. - ¿Dónde estabas vos? 

- Me mandaron a llevarles cositas a los preces y me llamó. - Dijo Isabella con emoción, haciendo que Francisca se enderece con una expresion de sorpresa.

- ¿Quién? - Preguntó Juani, intrigado.

- ¿Qué te dijo? - Habló Mateo, practicamente ignorando la pregunta del rizado.

- Bueno, vieron que está este preceptor de suplente, ¿No? - Empezó la chica, a lo que sus amigas asintieron con la cabeza, ansiosos por oir más.

- Che, no nos dejen afuera, queremos saber. - Dijo Santiago, cruzandose de brazos, interrumpiendo la charla.

Los chicos se miraron entre ellos, Isabella asintió con la cabeza mientras Mateo se levantaba a cerrar la puerta, todos acercaron las sillas para hablar en el tono más bajo posible. Alfonsina, Santiago, Juani y Felipe miraban sus actitudes con ligera confusion e intriga.

- ¿Qué es este ritual que hacen? 

- Sos muy impaciente, Santi, ya va. - Dijo Nahiara en una risa, chequeando que nadie este por entrar.

- Ayy, Santi. - Se burló Santina, ganandose la mala mirada de Nahiara.

Todos volvieron a sus asientos, los que desconocían la historia miraban con curiosidad a los que la sabían.

- Bueno. Yo este año... Me empece a acercar bastante a Kuku. - Empezó Isabella.

- ¿El prece? - Alfonsina frunció un poco el ceño ante el sorpresivo nombre.

- Claro. Y bueno... desde mitad de año que, bueno... - Miró a Mateo, quien esperaba que ella siga. - No, gordo, no puedo, me da mucha vergüenza, ah.

- Se esta cogiendo a Kuku en el baño de preceptores desde mitad de año. - Dijo Mateo, sin escrupulo, ganandose el jadeo de sorpresa de sus amigos.

- ¿¡Qué!? - Dijo Juani, mirando a Mateo, quien asintió lentamente con la cabeza.

- Y Francisca anda atrás de Enzo también. - Dijo Martina, ganandose el empujón de la mencionada.

- Y ahora Della le tira onda a Isabella también. - Mateo le dio una morida a su sanguche al decir esto.

- Na, bueno, pero es una junta de violines eso. - Dijo Alfonsina.

- Una orquesta. - Añadió Lucía.

- Bueno, claramente no pueden decir _nada_ - Aclaró Nahiara. - Manu ya lo sabe, y Blas puede saberlo, pero nadie más. Los liquidamos.

- Que miedo. - Dijo Pipe, sarcasticamente.

- No te desubiques con mi amiga, Felipe. - Dijo Lucía, haciendo que Pipe pida perdón instantaneamente y baje la cabeza.

El timbre sonó, indicando el fin del recreo. Los que no eran parte del aula empezaron a pararse y a buscar las cosas.

- ¿Ya te vas? - Preguntó con cierta desilusión Juani al ver al pelirrojo poniendose de pie.

- Y si, mamerto, tengo que ir a mi aula. - Rió un poco Mateo, se mordió el labio divertido al ver al rizado hacer puchero forzado. Mateo le pellizco la mejilla al rizado como muestra de cariño, haciendolo sonreir ampliamente.

Nahiara ponia los envoltorios utilizados en una bolsa, bajo la atenta mirada de Santiago, quien no estaba apurado por irse ya que su aula estaba al lado. 

- ¿Te parece... venir en el otro recreo y organizamos para vernos? - Preguntó con un poco de timidéz el chico. - O sea, vernos para que me ayudes a estudiar, obvio.

- Sí, sí, me parece bien. - Sonrió la castaña, poniendose de pie. -  ¿Trajiste el libro como te pedí?

Santiago se quedó en silencio y parpadeó un par de veces. - Me lo olvidé en lo de mi viejo.

Nahiara pensó un momento, respirando hondo antes de hablar. - Entonces... Podemos ir a la casa de tu viejo y ahí lo leo para ayudarte. 

Atrás, Mateo sacudía el brazo de Santina ante lo que pasaba, emocionado.

- Es una buena solución, venís a casa entonces. - Santiago repitió, con los ojos llenos de ilusión, recibiendo como respuesta el asentimiento de cabeza de la chica.

Por otro lado, Lucía buscaba su cardigan para salir abrigada, pero parecía que se había perdido, o más bien, alguien se lo había escondido.

- Felipe, ¿Fuiste vos? - Interrogó ella, cruzada de brazos.

- No me digas Felipe, boba, decime Pipe o gordo amor de tu vida. - Dijo el llamado, tirandole su cardigan que él había escondido, a la par de que se ponía de pie y se acercaba a ella, dejando un beso en su frente, sujetando su cintura con una mano. - Encima te querías ir sin despedirte, una desubicada.

- El desubicado sos vos por esconderme mi abrigo. - Replicó Lucía, viendo como Pipe alzaba los brazos, queriendo pretender inocencia. Lucía se acercó y lo obligó a inclinarse para darle un beso en la mejilla, ganandose así una sonrisa orgullosa del de ojos azules. - No pongas esa sonrisa de pelotudo porque no lo hago nunca más. - Amenazó antes de abrir la puerta, permitiendo que sus amigos salgan antes de que ella lo haga, teniendo como despedida un beso que Felipe le arrojó.

gorgeous ♟️; Juani Caruso / male readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora