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- ¿Que onda? ¿Por qué te caigo tan mal, nena? - Dijo Simon, agarrando de la cintura a Santina para que se de vuelta.

- Porque sos terrible gato, cosa que me repudia de vos. - Hablo con una sonrisa falsa.

- Como si vos fueses tan santa. - Sonrió el más alto, ella apartó la mirada. - No te jodo cuando te pregunto que haces el finde. Voy a estar haciendo una jodita medio chill en mi casa, y podés venir y traer a tu grupo. Pensalo, escabio y porro gratis, que se que a tus amigos les gusta.

- Lo voy a pensar, Simón. - Santina se alejó, suspirando.

- Ya sabes dónde vivo, hermosa. - Simón le tiró un beso antes de volver a la caja.

El timbre sonó y cuando estaban todos subiendo al aula, Mateo e Isa no vieron por ningún lado a Manuel. Preocupados, empezaron a subir las escaleras, yendo hacia el aula de música dónde suponían que estaba.

Al llegar, vieron a Manuel en el salón enfrente del aula de música, sentado en una silla y mirando hacia enfrente.

- ¿Que pasó, boludo? - Interrogó Isa, poniéndose a su lado.

Manuel señaló hacia adelante con la mirada y ambos observaron, soltando un pequeño jadeo de sorpresa.

Blas tenía estampada contra un muro a una chica de cuarto economía, castaña baja y de cabello lacio. Evidentemente, estaban besándose con demasiada pasión para su gusto.

Sus amigos miraron a Manuel, quien tenía los ojos llenos de lágrimas.

- El enemigo sigue comportándose como uno. - Dijo Mateo.

Manuel rió triste. - No existen enemigos en la secundaria, todos estamos en el mismo proceso, en la misma instancia de la vida. - Se frotó los ojos, secándose las lágrimas. - Es un varón heterosexual más, uno al que nunca le gustaría un chico trans.

Aquella frase le dolió a sus dos amigos como veinte apuñaladas. Manuel se levantó, Isabella lo abrazó por los hombros y los tres bajaron al aula.

Para sorpresa del resto de sus amigos, quienes fueron notificados de lo sucedido, Manuel estaba bastante bien, y cuando le preguntaron cómo lo hacía, contestó que "era más esperable que le gusten las chicas a qué le guste yo, estaba listo psicológicamente".

A pesar de que sonaba relajado, sus palabras cargaban una angustia que seguramente venía desde primer año, cuando Manuel se cambió de colegio y conoció a Blas. Bueno, "conocer" refiere a verlo desde lejos y casi nunca hablarle. Siempre hubo roces con sus grupos, sus interacciones eran escasas. Pero este año, Manuel estaba animado, había llegado el año en el cual iban a poder compartir al menos un par de palabras, tal vez una conversación completa, lo cuál sucedió, y por un momento se ilusionó de que existió una química entre ellos, pero fue solo eso, una ilusión.

El grupo quería acercarse a él, consolarlo, estar para él. Pero era inútil, Manuel se alejaba, no parecía querer volver a aquel momento que se repetía en su cabeza constantemente, el incansable deseo de ser esa chica. El incansables deseo de _ser una chica_.

A Mateo le hervía la sangre, no hace falta decir que se pasó por los huevos lo que su amigo le dijo. Para él, Blas era el enemigo. La cuenta de Instagram lo llamaba.

- Bueno, el finde salimos, listo. - Dijo Santina, tratando de alivianar el ambiente.

- No, Santu, estoy cero para esa. - Dijo Manuel.

- Basta, flaco, vamos a salir. Ya tengo dirección, hora, todo. Barra gratis, pucho y porro como te gusta a vos. - Su amiga le sacudió el pelo antes de abrazarlo por los hombros.

- ¿Quienes de ustedes van? - Preguntó Manuel al grupo.

- Yo la voy a obligar a Lucía y a Nahi que vayan, hace mucho no salimos encima. - Dijo Isabella. - Martina me dijo que ella va con Fran y con su hermano.

- ¿Con su hermano? - Lucía alzó una ceja.

- ¿No tiene como veinte años ese? - Preguntó Nahi.

- Sí, pero se ve que le pintó caer. ¿Vos venís? - ISA se dirigió a Mateo.

- No voy a ser el único sin ir, así que sí, voy.

gorgeous ♟️; Juani Caruso / male readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora