Capítulo 3: Conflictos de convivencia

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Escrito por cincopezos (Sami) y ValTennant019 (Val)

Roberto Luna apagó la luz de su lámpara y dejó la enciclopedia de mamíferos que estaba leyendo sobre la mesita de noche, últimamente le interesaba más aprender sobre los seres vivos que lo rodeaban.

Respiró hondo, cansado, mientras se recostaba entre las mantas de su lecho, se sentía un poco sobreestimulado. Sin duda alguna, ese día había sido demasiado raro, y todo a causa del ser de sol que se encontró en el sendero, camino a su casa después de llevar el hielo a los vendedores.

"Hiciste lo correcto, después de todo, Rober", dijo la voz de la razón.

"No puedo esperar a que se vaya."

"Si no hubieras tomado ese sendero hoy, ese ser de sol no hubiera sobrevivido", dijo otra voz, la cual sonó mucho más distante que las dos primeras.

"Su presencia es incómoda", expresó uno de los pensamientos negativos, el mismo que representaba el anhelo de que Topo Sol ya se fuera.

No es que Roberto Luna odiase la presencia de otras personas, él detestaba las apariciones inesperadas. Desde pequeño, si en la casa familiar había visitas súbitas o de sorpresa, lo ponía demasiado nervioso. Le generaba un enorme sentimiento de ansiedad porque la falta de tiempo no le permitía prepararse para afrontar la situación.

Lo que desconocía parcialmente el ser lunar, es que muy, muy dentro de sí, poseía un anhelo gigante por tener compañía, de que alguien lo visitara, de compartir experiencias. Ya no soportaba el ruido ensordecedor del silencio.

Otra cosa es que lo negara sabiendo la veracidad de su pensamiento.

Interactuar con la gente no era su fuerte, más todavía en situaciones imprevistas. Era común que acabara sonando poco gentil e incluso amargado, a lo largo de su vida recibió apodos despectivos hacia su actitud y expresiones faciales. Eso le provocaba mucho pudor, detestaba tanto ser él mismo.

Aparte del desprecio hacia su persona, fue apartado de la sociedad por diversos problemas que constantemente buscaba olvidar; lo tomaban como bicho raro, un "peligro" o algo fuera de lugar. Por eso mismo, tomó la decisión de aislarse completamente, y cada vez que tuviese que interactuar con otras personas, estaría empeñado en mostrar una fachada que había bautizado como su "alter ego alterado". Roberto se sentía fatal cada vez que tenía que recurrir a eso, y hacerle caso a sus pensamientos más oscuros era una idea más que tentadora.

No obstante, seguía aún ahí, con vida...

Apenas pudo comer medio plato de su cena por los nervios. La presencia del ser de sol alteró toda su rutina de tarde y noche. Podía sentirlo pasearse por la casa, tocando cosas y observando otras, era la primera vez que alguien se interesaba por el diseño de cada detalle que componía su hogar.

Y no se quería imaginar que su vida se vería perturbada hasta que terminara el mes y Gustavo Sol siguiera con su camino.

Bueno, nadie podría haber predicho que se encontraría con un pobre diablo con la mitad del cuerpo atascado en la nieve posiblemente tieso.

Tampoco es que hiciera demasiado. Sus días se basaban en limpiar la casa, empacar sus mercaderías para las tiendas y llevarlas en su trineo, quedarse pensativo acerca de su existencia misma y estudiar magia o leer en su tiempo libre.

Muy en el fondo, sentía alegría por tener un huésped. El poco contacto con otro ser vivo que pudiera hablar consistía en charlar brevemente con los vendedores a quienes proveía hielo y leña, y las visitas de fin de semana de su hermano.

Incompatibles (AU del Sol y la Luna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora