𝐌𝐀𝐑𝐊𝐄𝐃 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛

07

- ¿Zoey?  - él susurra

Corro a los brazos de Piter, lo abrazo con fuerza.  Aunque no había pasado mucho tiempo, lo extrañaba, lo extrañaba mucho.

Tom nos mira desde lejos sin decir una palabra.  Sólo quería disfrutar el poco tiempo que tuve con Piter.

Nos abrazamos durante mucho tiempo hasta que nos separamos para mirarnos.

Piter no dijo nada, sólo me miró fijamente, juraría que podía escuchar mi corazón latiendo fuerte, parecía estar en mi oído.  Puse mi mano en mi pecho para calmarlo, pero espera, no era mío el que golpeaba así, era el de Piter.

Intenté dejar de concentrarme en los latidos de su corazón, pero era simplemente imposible, cuanto más lo intentaba, parecía hacerse más fuerte.

-Zoey, ¿estás bien? -susurró de nuevo.

Ahora, además de los latidos de su corazón, podía escuchar su sangre corriendo por cada vena de su cuerpo, era como el sonido del agua corriendo por la corriente.

Parecía tentador, quería morderlo, quería exprimir hasta la última gota de su sangre, pero no quería lastimarlo.

¿Qué pensamientos son estos?

Esto da tanto miedo que no debería pensar en la sangre antes del ritual, ¿verdad?  No pude saborear ni una gota.

Comencé a dar pasos hacia atrás y sacudir la cabeza.  No, no, no quiero lastimarlo.  ¿Por qué está pasando esto?

- Zoey... - me llama

- Estoy bien.  Necesito irme ya, pero llevo mi teléfono y me mantendré en contacto contigo, te amo - dijo algo, pero no lo escuché.

Tomé mis cosas y las metí en una bolsa.  Miré a Tom y salté por la ventana, Tom hizo lo mismo y pronto estábamos en el auto.

Tenía la cabeza gacha mirando la falda de mi uniforme ya que no me había cambiado.

- Vamos a una tienda y te compramos ropa, ¿vale?  - dice Tom mirando el camino

- No debería haber ninguno abierto a esta hora – dije mirando por la ventanilla del auto.

- No te preocupes, conozco un lugar que nunca cierra.

Nos detuvimos frente a una tienda grande, parecía estar cerrada, pero Tom entró y lo seguí.

Por dentro, la tienda era bastante elegante, al igual que el exterior.  Tenía un hermoso candelabro colgando del techo, la tienda era bastante grande, con varias salas, de hombres, de mujeres y una sala de calzado de mujeres y hombres.

No había mucha gente en la tienda, sólo unas cuantas alejadas de nosotros.  Pronto vino a ayudarnos una joven de cabello castaño.

- Hola Kaulitz, ¿qué quieres hoy?  - Ella lo miró con una sonrisa pícara.

Estoy seguro de que ya se lo ha comido.

- Nada para mí, sólo para la niña – me señaló con el pulgar.

- Está bien, sígueme.

La seguimos hasta el pabellón de mujeres.  Tom se sentó en un sofá y sacó su celular.

- Toma lo que quieras – dijo antes de sentarse cómodamente en el sofá.

- Cualquier cosa, llámame - Dice el que responde y desaparece entre las sombras.

Miré a mi alrededor y decidí empezar con los pantalones.  Compré unos diez pantalones de talle bajo, me encantan esos pantalones.  Era muy pesado, así que decidí llamar a Tom para que me ayudara a cargarlo, sé que fue un gran abuso para mí pedirle eso ya que estaba gastando su fortuna en mí, pero lo llamé de todos modos y él simplemente puso los ojos en blanco. y fue a ayudarme.