𝐌𝐀𝐑𝐊𝐄𝐃 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛

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(Si la música se detiene, te recomiendo que busques la misma canción y la escuches hasta que termine el capítulo, porque si la experiencia escribiendo y escuchando esta canción fue genial, ¡imagínate leerla!)

ZOEY POV'S

Con el sabor amargo del arrepentimiento todavía flotando en mis labios, apoyo mi cabeza contra la pared del baño, contemplando el sonido del agua. El silencio a mi alrededor es ensordecedor y la soledad se siente más palpable que nunca. ¿Cómo podría dejarme llevar por impulsos momentáneos y hacer caso omiso de todo lo que me decía mi intuición? Esa vocecita susurrando en el fondo de mi mente, advirtiéndome que no siguiera adelante, que no me entregara a alguien a quien apenas conocía.

Pero aquí estaba yo, enfrentando las consecuencias de mis propias decisiones. Los recuerdos inundan mi mente, una confusa mezcla de placer e incomodidad. El roce de sus manos, los susurros en mi oído, todo ahora parece lejano e irreal, como si perteneciera a otra vida.

Me siento completamente avergonzada de tener que mirarle a los ojos nada más salir de este baño, lamentablemente no podré posponerlo.

Es un despertar doloroso, una lección aprendida por las malas. De ahora en adelante, me prometo que escucharé más atentamente la voz de la razón, que honraré mis propias normas y deseos. Pero por ahora, todo lo que puedo hacer es afrontar las consecuencias de mis decisiones apresuradas y tratar de encontrar algo de paz en medio del caos de mis emociones.

Si quieres creer todo lo que dije, siéntete libre, porque ni yo misma lo creo. Es tan raro el poder que tiene sobre mi cuerpo. Odio eso.

Salí de la ducha y me puse la ropa que me habían dejado en el lavabo. Una criada vino antes a entregarme una camisa grande que me servía de vestido y ropa interior nueva. Salí del baño un poco insegura, con el pelo húmedo.

La casa, según recuerdo, está en silencio. Busqué a Tom para que pudiera llevarme de regreso. Aunque me da vergüenza, tengo que fingir que no fue nada.

Lo cual no significaba nada.

Entré en un pasillo estrecho y entré en una habitación en la que recuerdo haber conocido a Tom hace dos años.

Pero estaba vacío.

Entré de todos modos, atraída por un retrato sobre una mesita. Me acerqué y lo tomé en mis manos. En ella había una foto de un niño pequeño y delgado, vestía ropa de vestir y holgada. ¿Tom o Bill?

- ¿Qué estás haciendo?

La voz profunda de Tom me sobresaltó, haciéndome dejar caer el retrato en mis manos.

- Lo siento - dije, inclinándome para recoger los cristales rotos del retrato.

-Todavía se puede arreglar, murmuré en voz baja.

Me miró en silencio, con las manos en los bolsillos y con una expresión ilegible, observó cada uno de mis movimientos.

Luego se acercó

- Déjalo,- dijo.

- Si me dejas tomarlo, puedo arreglarlo - insistí.

- Es sólo una foto, no seas tonta - su mano acarició lentamente mi rostro y mis ojos inmediatamente se encontraron con los suyos.

Tomó el retrato de mis manos y lo volvió a colocar sobre la mesita tal como estaba, en pedazos.

Mis ojos se posaron en su camisa abierta, mostrando su hermoso cuerpo definido.

Aparté la vista de su abdomen y noté un tatuaje, no tan pequeño, en su muñeca derecha.

Vida

- ¿Vida? - Pregunté por impulso y luego me sentí un poco intrusiva.