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Al día siguiente, la rutina continuó con normalidad, ensayando canciones y coreografías durante la mañana. Por la tarde, decidieron hacer un VLive para entretener a sus fans, congregándose en el sofá listos para comenzar.

Haechan dio un respingo en el asiento al notar la presencia de Mark a su lado, quien le ofrecía una amplia sonrisa.

— ¿Qué tal? —preguntó Mark con un tono amable.

— Bien, dentro de lo que cabe, Chenle y Jisung han vuelto a romper una silla —respondió Haechan con una risita, recordando todos los objetos que habían roto por hacer el tonto.

Ambos rieron, relajando el ambiente antes de comenzar la transmisión en vivo.

El VLive inició y como era habitual, los comentarios de los fans comenzaron a aparecer en la pantalla, llenos de elogios y peticiones de aegyo, junto con ganas de spoilers para el próximo comeback.

De repente, uno de los comentarios preguntó sobre uno de los nuevos hobbies de Taeil. El nombrado quien estaba al lado de Haechan, respondió que últimamente disfrutaba de leer y escribir poemas. Esto provocó una reacción de asombro y admiración por parte de los demás miembros, quienes lo consideraron muy romántico.

Haechan, divertido, se volvió hacia Taeil y le pidió que le dedicara un poema, abrazándolo del cuello como si estuviera a punto de darle un beso. Sin embargo, Taeil lo apartó y bromeó sugiriendo que Haechan debería irse con Mark en su lugar.

Haechan, con una sonrisa traviesa, cambió su objetivo a su derecha, abrazando a Mark y simulando que le daría un beso de broma. Pero Mark, sorprendido por el gesto, mostró un gesto de rechazo ante el impulso del menor, quien lo miró con ojos de corderito, antes de que Mark finalmente lo abrazara por el cuello en un gesto de cariño.

Tras este momento, Haechan volvió a su posición normal, concentrándose en leer los comentarios en el móvil de Taeil. Mientras tanto, Mark, que aún tenía la mano en el cuello de Haechan, comenzó a acariciarlo suavemente, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos.

Este gesto provocó una serie de pensamientos en la mente de Mark. Últimamente, había estado pensando mucho en Haechan, más de lo habitual. Su sonrisa, su voz, su presencia... Todo en él parecía fascinar a Mark de una manera que no podía ignorar.

Sin embargo, Mark también era consciente de los límites de su relación. Eran amigos y compañeros de grupo, y Mark no quería arriesgar eso por sus propios sentimientos confusos. Pero mientras continuaba acariciando suavemente el cuello de Haechan, no pudo evitar preguntarse si tal vez había algo más entre ellos, algo que ambos estaban ignorando o reprimiendo.

Sacudiendo ligeramente la cabeza para alejar esos pensamientos, Mark se obligó a concentrarse en el VLive y en interactuar con los fans, tratando de ignorar las emociones que bullían en su interior. Después de terminar el VLive, Donghyuck bostezó, indicando que tenía sueño y que se echaría una pequeña siesta. Los demás miembros asintieron mientras salía de la habitación.

Mark, sintiendo un impulso inexplicable, decidió seguir a Haechan. Silenciosamente, se levantó y lo siguió hasta su habitación. Una vez allí, se detuvo en la puerta y le preguntó con voz suave:

— ¿Puedo dormir contigo?

Haechan asintió con una sonrisa, y ambos se tumbaron en la cama mirando hacia arriba mientras charlaban y compartían tonterías sobre sus amigos y otras experiencias.

Haechan, en un momento de silencio, se giró para mirar a Mark y se fijó en su respiración tranquila mientras sus ojos permanecían cerrados. En su mente, pensó en lo mucho que le gustaba y en lo precioso que se veía en ese momento.

En un gesto espontáneo, Haechan se acercó y abrazó a Mark por la cintura. Mark abrió los ojos al sentir el cuerpo del menor pegado al suyo, y aunque el otro no podía verle, sonrió. Necesitaba ese momento de cercanía.

Comenzó a acariciarle la cabeza, provocando que Haechan suspirara relajado. Entonces, en un instante de confesión sincera, Haechan murmuró:

— Mark, te quiero.

En su mente, Haechan sabía que ese "te quiero" no abarcaba todo lo que realmente sentía. Quería decirle que le gustaba, que quizás, muy a pesar suyo, se había enamorado de su mejor amigo, y que no había otra persona en el mundo con la que se sintiera tan cómodo en sus brazos.

El otro le respondió con dulzura:

— Yo también.

Y en ese momento, ambos se dejaron llevar por el sueño, abrazados y sintiendo la calidez mutua que los envolvía, dejando que la paz los arropara en la tranquilidad de la tarde.

Asustado - Markhyuck [NCT] (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora