2

308 37 2
                                    

Donghyuck se secó con una toalla el sudor de la frente. Había estado practicando de manera solitaria la última coreografía que crearon y ahora se encaminaba para hablar con su mánager sobre ese "tema". Quería saber acerca de su opinión. Los demás chicos ordenaban las habitaciones, así que no interrumpirían la charla. Acabó de pie delante de la puerta que daba a la oficina de su mayor, llamó dos veces con los nudillos hasta que un "adelante" le dio permiso para entrar.

—¡Hola Haechan! —Saludó alegre. La verdad es que lo apreciaba mucho. Había hecho todo lo posible para hacer que llegaran donde estaban ahora.

—Buenas tardes, Hyung. —Habló respetuoso.

—¿Necesitas algo? —Preguntó viendo la incomodidad del chico.

—No, bueno... sí. Quería que me diera su opinión respecto a algo. —Lo miró a los ojos. —¿Podría sentarme?

Su mánager hizo un gesto de afirmación con la cabeza para que sentara en una de las sillas de su oficina.

—Ahora... Dime. —Apoyó los codos en la mesa.

Haechan optó por ir paso a paso hasta llegar a su objetivo. Carraspeó y tomó la palabra.

—Quise venir aquí por ciertas dudas. Primero quiero saber si pasaría algo con que alguno de los miembros tuviera... pareja. —No quería soltarlo todo de golpe.

El mánager rió ante la pregunta.

—Haechan, ¿acaso tienes novia?

—¡¿Qué?! N-No. Solo es curiosidad. —Saltó.

—Vale, tranquilo. —Dijo con una sonrisa. —Verás, como idols que sois, debéis centraros en trabajar, llegar a lo más alto, brillar. Que la gente os recuerde como leyendas. Una pareja es una gran responsabilidad, porque puede hacer perder el tiempo de trabajo, despistaros. Pero si la pareja no interfiere en la zona de trabajo y podéis saber cómo lidiar respecto a todos los problemas...

Donghyuck aguantó la respiración.

—Sí, supongo que no hay problema en tener novia.

El menor suspiró, pero todavía ni siquiera había empezado con su gran dolor de cabeza de todos los días. Necesitaba respuestas.

—Bien... ahora quisiera saber... —Tosió para intentar hacer desaparecer el nerviosismo de su cuerpo. —Tengo que saber lo que opinas respecto a las personas... —No le salían las palabras.

—¿Personas...? —Quería que continuara.

—Personas con otro tipo de gustos, personas homosexuales. —Dijo lo último con un susurro, pero que obviamente fue captado por el mayor.

—¿Tanto misterio para eso? —Lo miró divertido. —Bueno... sinceramente...

Haechan se esperaba una respuesta hiriente, pero se llevó una mejor sorpresa.

—Cada quien es capaz de amar a alguien, no importa el género. Lo que importa es que dos personas se amen haciendo que los comentarios de gente inculta no les afecten. No hay que esconderse, siempre hay buenas personas que ayudan para que no se asusten y mucho menos ser discriminados. —Habló de manera sincera. —Espero que te haya servido de ayuda... y... mmm... intentaré no buscar el porqué de la pregunta. —Rió.

—Muchas gracias, es el mejor. —Sonrió con una sonrisa de oreja a oreja.

De repente la puerta fue abierta, dejando a uno de los superiores de la compañía con una cara de enfado, el Señor Kang, como no.

—¡¿Qué crees que haces?! —Cerró la puerta justo cuando entró a la oficina. —¡Yo no te contraté para que dieras mal ejemplo!

—Señor, ¿de qué habla? —El mánager se sentía confuso.

—No te hagas el tonto, he estado escuchando de lo que habéis hablado. Los homosexuales son unos enfermos, deberían morir. Dios creó a la mujer para estar con el hombre. ¡Eso es pecado!

Haechan escuchaba intentando parecer fuerte, pero las palabras habían hecho daño.

—Los homosexuales también son personas, por tener diferentes gustos no tienen por qué recibir insultos de homófobos insolentes como tú. —Contratacó.

—¿Cómo has dicho? —Su furia parecía aumentar. —¡Un comentario más así y te vas a la calle!

—Solo digo la verdad, son adolescentes, no queremos que tengan miedo si son "diferentes". —Hizo comillas con sus dedos.

El superior lo ignoró completamente y fijó la vista en Haechan.

—Y dime... ¿por qué preguntaste eso?

—H-Hyung... Y-Yo solo lo decía por curiosidad. —Movía sus manos con nerviosismo.

—Eso espero. Porque si llego a saber que eres como esos putos maricones, haré lo posible para hacerte entrar en razón y si tengo que usar la fuerza, la usaré. —Dijo agarrándole con fuerza de la camiseta.

—¡¿La fuerza?! Está bien que un chico se interese en eso, lo que no está bien es darle opiniones hirientes. —Dijo el mánager levantándose de la silla para quitar el brazo de su superior del menor, defendiéndolo.

—Ten cuidado con lo que haces. — Fueron las últimas palabras que resonaron en la habitación antes de que ambos se quedaran solos, pero no sin antes recibir una mirada cargada de odio.

Asustado - Markhyuck [NCT] (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora