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En la tranquila atmósfera de su habitación, Mark y Haechan se encontraban sentados en el suelo, con las cartas esparcidas entre ellos. La luz suave de la lámpara de noche daba un tono acogedor al ambiente, mientras los dos amigos se sumergían en su juego.

Mark sonrió mientras miraba las cartas en su mano, pensando en la próxima jugada estratégica que haría. Haechan, por su parte, estaba concentrado en la partida, con los ojos brillantes de emoción cada vez que robaba una carta del mazo.

— Creo que esta vez tengo la victoria asegurada —dijo Mark con una sonrisa traviesa, observando las cartas de Haechan con confianza.

— Oh, eso es lo que tú crees, ¿verdad? —respondió Haechan con una risa juguetona—. Todavía tengo un as bajo la manga.

La competitividad entre los dos amigos era evidente, pero también estaba impregnada de diversión. Disfrutaban de estos momentos juntos, lejos del ajetreo y el estrés de sus compromisos como artistas.

Mientras continuaban con su partida, Haechan intentó arrebatar una carta a Mark, pero este la apartó hábilmente antes de que pudiera hacerlo. Haechan fingió indignación y se lanzó hacia él en un intento de recuperarla, pero sus movimientos torpes solo lograron acercarlos aún más, terminando frente a frente, con sus narices rozándose ligeramente. En ese instante, con sus rostros a escasos centímetros de distancia, Haechan sintió una corriente eléctrica recorrer su piel al notar la proximidad de Mark, con sus corazones latiendo al unísono, como si compartieran un ritmo único.

La respiración entrecortada de Haechan resonaba en sus oídos mientras se perdía en los profundos ojos de Mark. Podía sentir el calor del aliento de su amigo rozando su piel, un roce íntimo que enviaba escalofríos por su espalda. En ese momento, el mundo exterior desapareció, dejándolos a ellos dos inmersos en su propia burbuja de complicidad.

Haechan se maldijo internamente por notar instintivamente los labios de Mark, preguntándose cómo sería besarlos. Una chispa de curiosidad y emoción encendió su pecho, haciéndole desear explorar esa posibilidad más que cualquier otra cosa en ese momento.

El pulso de Haechan se aceleró con la anticipación, su mente llenándose de pensamientos tumultuosos y emociones encontradas. ¿Debería dar el siguiente paso? ¿Y si arruinaba la amistad que tanto valoraba?

Antes de que pudiera explorar más ese pensamiento, la entrada repentina de Jisung rompió el momento. Ambos chicos se separaron rápidamente, con Haechan sintiendo un ligero rubor en sus mejillas mientras Mark lo miraba intensamente.

— ¡Chicos, encontré vuestros gorros en la sala de estudio! —anunció Jisung, ajeno a la tensión que había interrumpido.

El breve momento que compartieron aún resonaba en el aire, dejando una chispa de posibilidad en el ambiente. Cada uno procesaba la intensidad del momento que habían compartido. Mark intentó disimular la sorpresa con una sonrisa forzada.

— Ah, sí, nuestros gorros. Gracias, Jisung —respondió Mark, tratando de recuperar la compostura.

Jisung, ajeno a la tensión en la habitación, asintió con entusiasmo antes de desaparecer de nuevo por la puerta. Una vez que estuvieron solos de nuevo, el silencio pesado colgaba en el aire entre Mark y Haechan.

Finalmente, Haechan rompió el silencio, su voz era apenas un susurro.

— Lo siento, fue un poco... extraño, ¿verdad?

Mark asintió lentamente, incapaz de apartar la mirada de Haechan.

— Sí, fue... inesperado —admitió Mark, buscando las palabras adecuadas—. Pero, ¿sabes? No fue del todo malo.

Haechan alzó la vista, sorprendido por la confesión de Mark. Sus ojos se encontraron, y en ese momento, la tensión se desvaneció un poco, dejando espacio para la comprensión entre ellos.

Asustado - Markhyuck [NCT] (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora