SIETE | Los buenos recuerdos se superponen a los malos recuerdos

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Durante la mañana, Kagura se encontró de un buen humor, pues Sougo estuvo presumiéndola en Twitter todo el rato, algo que no se veía todos los días y que Kagura valoraba demasiado. Simplemente se sintió soñada al ver cómo la presumía, quería desocuparse para verlo ya y besarlo mucho.

Se sentía como una adolescente.

Lo mismo con Sougo, que hoy se despertó con muchas ganas de demostrar su amor por Kagura a todo mundo.

Parecía ser que ambos amanecieron de muy buen humor para demostrar su amor.

Y finalmente fue en la tarde que tuvieron tiempo para hablar por teléfono por lo menos, así que se pusieron al día.

—¿Y eso que te dio por presumir a tu novia? —cuestionó Kagura, sonriente—. No me quejo, verdad, pero igual quiero saber por qué tan de la nada, aunque si no hay razón está bien. —Soltó una risotada.

Soñé que morías —confesó, monótono—. Fue una sensación horrible —sinceró—. Me acordé de mi hermana, luego se me viene a la cabeza aquella vez que te secuestraron. Pienso eso y se me forma un nudo en la garganta.

—Ay, corazón...

Pero trabajar me distrae la mente, así que todo está bien —aseguró.

—¿Quieres que nos veamos?

Después de unos segundos, Sougo respondió—: .

—¿En ese lugar?

Sí.

—Voy volando para allá —avisó Kagura.

También yo —comentó Sougo.

Colgaron y así, ambos se dirigieron a aquel puente que había sido símbolo importante en su relación desde que eran rivales. Abriéndose paso entre la gente, se apresuraron a su encuentro.

Al ser Kagura la que llegó primero a su lugar de encuentro con Sougo, decidió esperarlo, sabía que no tardaría mucho tiempo en llegar.

Y fue así, no pasó mucho tiempo recargada sobre la baranda del puente cuando vio a Sougo venir hacia ella, casi corriendo. Kagura se giró, sin soltar su sombrilla y a los pocos segundos Sougo paró frente a ella.

Detuvo su caminar casi abruptamente a escasos centímetros de distancia con ella y luego la vio a los ojos. Su respiración se detuvo momentáneamente y apretó sus puños.

¿Y ahora qué?

Sougo alzó levemente sus manos, pero nuevamente las contrajo.

Kagura soltó un suspiro pesado y luego sonrió ligeramente. Dejó su sombrilla a un lado —después de todo, ya estaba anocheciendo— y tomó las manos rasposas de su novio.

—Diablos, solo di que quieres abrazarme —colocó las manos en su cintura. Sougo se veía conmocionado, cosa que conmovió a Kagura—. No voy a rechazarte. —Sus ojos se posaron sobre los de él, dándole la confianza necesaria para que este la rodeara con sus brazos fuertemente.

Sougo se aferró a ella y hundió su cabeza en su cuello, entonces Kagura llevó sus manos a la espalda alta del chico y acarició gentilmente. Ambos se mantuvieron de esta forma por un buen momento.

—Hueles bien —murmuró Sougo.

—Me bañé.

—Con razón.

—Idiota.

Ambos rieron por la pequeña cruzada de palabras y no se despegaron en ningún momento. Luego Kagura tuvo esa necesidad de molestarlo por un momento.

Lo que es crecer | Gintama - GinHiji/OkiKaguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora