CATORCE | Todos los días son un buen día para enamorarse - Parte Dos

5 1 15
                                    

Dedicado a Karmakiller 1212


El siguiente capítulo contiene escenas leves de violencia, se recomienda leer con discreción.


Kagura entró a la casa y fue directo a la sala, encontrando a Gintoki y Shinpachi revisando unos papeles.

—¿Qué tal? ¿Encontraron algo? —preguntó la chica, mientras tomaba su lugar en el sillón, al lado de Gintoki.

—Deberíamos dejarlo —mencionó Gintoki, después de haber soltado un suspiro, para recostarse sobre el respaldo del sillón.

—¿Eh? —cuestionaron Shinpachi y Kagura.

—¿Pero por qué, Gin-chan? —preguntó Kagura, anonadada.

—Es imposible esto —comentó Gintoki, mientras realizaba una señal de negación con su mano.

—Ya, pero, ¿por qué? —preguntó esta vez Shinpachi.

—No es seguro, la yakuza está involucrada —respondió Gintoki.

—Con más razón hay que salvarla, Gin-chan, no me vengas con mamadas —replicó Kagura, molesta.

—Ya dije que no, seguro está muerta, hasta aquí nos involucramos.

—¡Puta madre, Gin-san! —exclamó Shinpachi, golpeando la mesa con sus manos—. Una muchacha ha desaparecido a manos de gente terrible, ¿y solo te quieres quedar de brazos cruzados?

Gintoki ni se inmutó.

—Está mierda se volvió muy peligrosa, no estamos hablando de cualquier banda yakuza —habló Gintoki—. No es una banda como la del viejo ese, Jirocho. Esto es más peligroso.

Los menores no dijeron nada y solo lo observaron, disgustados.

—Ni se les ocurra hacer algo por su cuenta, malditos mocosos, los conozco —sentenció el mayor.

Después de esta discusión, los yorozuya ya no realizaron ningún movimiento, quisieron confiar en lo que dijo Gintoki, pero aun así no estaban tranquilos.

No es como que nunca hubiesen peleado antes contra seres más peligrosos que una banda yakuza. A comparación de las batallas que libraron antes, esto no era nada.

Así que Kagura se levantó en medio de la noche y con mucho cuidado, salió de casa, con toda la información que lograron reunir en estos días. Agradeció internamente que esa noche Gintoki fuera a beber para después regresar a casa completamente borracho, así se quedaba completamente segura de que Gintoki no se percataría de su ausencia.

Aun así, Kagura no pudo evitar preguntarse qué demonios pensaba Gintoki.

Mientras caminaba por las calles de Kabukicho, Kagura iba revisando los papeles, donde encontró buena información.

En una especie de club clandestino en los barrios bajos, Tomoko, la chica desaparecida, fue vista por última vez.

Kagura emprendió camino hacia ese lugar lo más rápido que pudo. Después de varios minutos, Kagura llegó a los barrios bajos. Apestaba a humedad y a otras cosas de dudosa procedencia, pero intentó ignorarlo. Cuando llegó al bar, sintió una presencia detrás de ella.

La yorozuya dio la vuelta en estado de alerta, pero no vio a nadie, lo que le pareció extraño, aun así, no bajó la guardia.

Con precaución, llevó sus manos a la puerta de shoji y cuando deslizó un poco, escuchó una especie de traqueteo casi imperceptible.

Lo que es crecer | Gintama - GinHiji/OkiKaguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora