NUEVE | Familia

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Dedicado a Karmakiller1212


Varios días habían pasado nuevamente desde que Kagura y Sougo se comprometieron, y todo tomó un curso normal y tranquilo, pero no por mucho, pues la visita que debía suceder, finalmente había llegado en un día tan soleado y bello.

—¿Por qué yo también estoy envuelto en esto? —preguntó el joven pirata sin borrar esa característica sonrisa en su cara, mientras caminaba siendo cubierto por su parasol—. Tengo cosas más importantes que hacer, que estar al pendiente de mi pequeña y tonta hermana que, por cierto, ya no es la misma llorona de antes.

—Es tu hermana, Kamui —contestó el mayor—. Es un asunto importante que debe ser discutido por la familia.

—A mí me da igual si quiere casarse o no, Kagura ya no es una niña, calvo.

—Lo que me molesta más es el hecho de que no me lo dijo ella misma —confesó.

Entre risas sarcásticas, Kamui recordó—: Acuérdate que intentaste sobornar a su novio.

Kankou —Umibozu—, chasqueó la lengua, recordando la buena que le armó Kagura cuando se enteró hace un mes y medio, aproximadamente.

—Kagura no se habría enterado si no le hubieras dicho, Kamui.

—De tu parte se me hizo algo bajo respecto a tu queridísima hijita, Umibozu.

—Ah, mierda, mi cabello se podría caer por tanto estrés —comentó Kankou, mientras acariciaba su cabeza cubierta por el casco.

—¿Ya lustraste la pelona? —preguntó Kamui—. Tiene un feo brillo a grasa y sudor, últimamente.

—Antes de llegar, vayamos a comer primero —comentó el mayor.

—Pagas tú.


En otra parte de Edo, el Shinsengumi se encontraba realizando una operación para salvar a los rehenes que la banda de ladrones capturó al entrar a robar la bodega del banco nacional.

—Algo se siente fuera de lugar ahora mismo —comentó Sougo.

—¿Sobre la operación, capitán? —preguntó Yamazaki.

—Nah, es algo más —respondió—. Tal vez debería explotar a Hijikata, así todo se alinea.

—Ay, capitán.

—Jódete, mierda —maldijo Toshirou, que había escuchado el intercambio de palabras.

—Ah, es cierto —realizó Kondo, después de vocear con el megáfono la negociación con los criminales—. Tu suegro y tu cuñado andan en la ciudad, me lo dijo Otae-san.

—Ah. —Fue todo lo que pudo contestar en ese momento—. Kondo-san, después de esto, ¿puedo tomarme la tarde libre?

—Claro, ve a recibir a la familia de tu prometida. —Sonrió el mayor.

Pero Sougo tenía un semblante serio.

—Me temo que no soy tan buen anfitrión, Kondo-san.


Durante el día, Kagura se encargó de la petición que le llegó temprano, cuando mandó a Shinpachi a comprar mandado con el dinero de Gintoki, y como fue un poco más tedioso de realizar de lo que creyó, no regresó a casa hasta en la tarde.

—Gin-chan, he llegado —avisó Kagura alzando la voz al tiempo que se quitaba sus zapatos.

No hubo respuesta así que dedujo que Gintoki podría seguir en el pachinko. Caminó y llegó a la sala que también funcionaba como oficina y se llevó la sorpresa de encontrar a su padre y hermano sentados en el sillón junto con Gintoki.

Lo que es crecer | Gintama - GinHiji/OkiKaguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora