QUINCE | Todos los días son un buen día para enamorarse - Parte Tres

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Dedicado a Karmakiller1212


Al abrir el paquete sin remitente aparente, Sougo encontró un sobre, lo que le resultó molesto y de mal gusto.

Con extrañeza, abrió el sobre y se llevó una desagradable sorpresa.

Del interior sacó un mechón rojizo amarrado a un listón y lo observó. No había error, ese mechón de cabello era de Kagura.

Antes de explotar, Sougo buscó alguna nota en el paquete y el sobre, pero no había nada, era solamente el puto mechón.

No había nada más.

—Qué puta broma —dijo entre dientes, para después apretar su mandíbula.

Estaba emputado de una manera inimaginable a pesar de no tener un claro contexto de la situación, pero sabía que algo le había pasado a Kagura.

En ese mismo momento, Sougo se vistió con su ropa casual y tomó su espada. Salió rápidamente del cuartel y, en una de las patrullas fue directamente hacia la yorozuya, Gintoki debía saber algo.

Tenía que saber algo.

Al llegar al recinto, tocó agresivamente la puerta esperando que fuera Kagura quien abriera. Pero eso no pasó. Nadie abrió, en su lugar, escuchó que alguien iba subiendo las escaleras con premura, rápidamente llevó su atención a ello y se encontró a Shinpachi, quien estaba jadeando. Lucía alterado.

—Okita-san —pronunció Shinpachi—. ¿Qué...?

Antes de terminar de formular su pregunta, Shinpachi vio la desesperación en el rostro del oficial y luego el mechón en su mano.

Ahí fue que Shinpachi entendió su presencia.

—¿También te llegó el paquete? —preguntó Shinpachi, yendo a su lado para abrir la puerta.

Sougo solo asintió.

Ambos entraron a la casa, siendo Shinpachi el primero en entrar.

—¡Gin-san! —gritó Shinpachi, yendo rápidamente al interior, seguido de Sougo.

Al abrir la segunda puerta, ambos chicos se encontraron a Gintoki viendo el interior del sobre sin decir palabra.

—¡Jefe! —llamó Sougo—. ¿Qué mierda está pasando? ¿Dónde está Kagura? —cuestionó con desesperación—. ¡¿Por qué mierda me mandaron un puto mechón de Kagura?! —gritó, perdiendo la compostura.

Quería una respuesta a la de ya.

Quería ir a salvar a Kagura lo más pronto posible.

—Okita-san... —pronunció Shinpachi.

Gintoki apretó su puño y no dijo ninguna palabra.

—Debí haberla amarrado para evitar que saliera por su cuenta —murmuró Gintoki—. Esos hijos de puta me las van a pagar.

—¡Jefe Gintoki! —nuevamente llamó Sougo—. ¡¿En qué mierdero se metieron?! ¡¿Dónde carajos está Kagura?!

—Te lo explico en el camino —dijo el mayor, para después salir de casa, con los más jóvenes siguiéndole el paso.

—Por favor ―imploró el policía.

Los tres individuos subieron a la patrulla que era manejada por Sougo y se dirigieron a los barrios bajos, que fue a donde Gintoki le pidió que fuera. En el camino, Gintoki explicó lo que sucedía y el por qué era tan peligroso este encargo del cual desistió en seguir trabajando.

Lo que es crecer | Gintama - GinHiji/OkiKaguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora