NOIR

XVII

—Esta estable por el momento, hiciste un buen trabajo Harry— Los halagos de Regulus por alguna razón al pelinegro de iris verdes le sabían a gloria. Regulus había salido hacia poco tiempo de la habitación de su jefe de casa.— Realmente no puede seguir tomando esa porquería, voy a matar a mi hermano en cuanto lo tenga delante— Gruño el pelinegro de rulos mientras se abentaba enojado sobre el mullido sofá. A Tom le encantaba ver como su esposo se enojaba pues se volvía un pequeño matojo de enojo sumamente tierno a sus ojos, claro, cuando no tenía cosas que romper o aventar serca.

—¿Entonces dejó que mi cuñado entre? Esta fuera de la sala común— Dijo Tom a la lijera mientras apreciaba el esmalte negro que estaba sobre sus uñas, como si estas fueran algo interesante. Todos los niños se percataron de que el patriarca Gaunt quería ver el mundo arder.

—¿Por que no lo han dejado pasar aún?— Una de las dejas de Regulus se levanto y Tom solo le resto importancia al tema con un rotundo.

—No se lo merece— El Alfa miro a su esposo y este entendió rápidamente a lo que se refería.— El chucho merece estar años bajo la nieve por estupido o mejor aún, en una cálida celda en Azkaban— Suspiro con su seño levente fruncido y Harry supo al instante que aquel hombre tenía un humor igual de ácido que el suyo.

—Se que se lo merece pero aún así es mi hermano cariño, por mucho que este enojado con el y quiera lanzarle un AvadaKedavraso sigue siendo mi único hermano, aunque en ocaciones se pase de estupido— Su esposo le miro con una seja alzada.— bueno siempre se pasa de estupido pero que quieres que haga es el perfecto estereotipo Griffindor, sin ofender pequeño Neville— El leon nego, el mismo conocía la naturaleza de los de su casa.

—Espero que se congele ahí fuera— Gruño Draco con un puchero incertado en sus rosados y abultados labios.

—¿Que hizo que el pequeño hurón se enojara así?—Pregunto el gato angora mirando al menor con nostalgia y cariño. En sus años de Hogwarts no había sido tan feliz como lo fue en primer año, cuando Lucius y Narcissa estaban aún en el colegio.

—Tu hermano tío Regulus, el es el culpable que mi padrino este así ¿verdad?— Tom río, aquel niño era realmente inteligente. La sangre Malfoy corría por sus venas y no había duda alguna de ello.

—Es un tema que ustedes no van a entender hasta que no cumplan unos años más y tengan su primer ciclo de calor—

—Mi padrino es el destinado del profesor Snape ¿Tengo razón?— Tom asintió a las palabras del menor de los Potter. En algún momento de su vida intento matar a esos niños pero ahora que lo veía bien, aquel mocoso no había heredado nada de sus padres, era un Slytherin ejemplar, talentoso y leal a los suyos. Su hermano por otra parte si había merecido el impacto completo del imperdonable que les lanzó esa noche. Lamentablemente aquel mocoso realmente había tenido suerte. Quizás si mataba al primer vástago y al matrimonio Potter ¿Podría quedarse con el segundo niño? Su bestia interior siseo con gusto ante aquella idea. A su esposo posiblemente le gustaría la idea y no es como si el chico tubiese mucho amor por su familia biológica. Había investigado todo cuidadosamente antes de venir, claramente no podía dejar que el hijo de un Malfoy se juntara con cualquiera, más si ese cualquiera era uno de los vástagos del bastardo de James Fleamont Potter. Harrison se había ganado su lugar en Slytherin haciéndose merecedor del título que el sombrero le había dado. ¿La historia se repetiría como sucedió con el? El destino era incierto cuando de Slytherin's se trataba.— Entonces eso es lo que sucede, definitivamente no dejaremos a Sirius entrar, quiero mucho a mi padrino pero hay que admitir que es un imbecil—

—Y eso que no sabes toda la historia— Tom se relajó en el aciento mientras estiraba su cuello.— El chucho cree que Severus es un Alfa— Dijo de la forma más dramática que pudo y la expreción de molestia de su esposo y de sorpresa de los niños fue sublime. Si su hermosa serpiente estubiese aquí definitivamente se divertiria muchísimo. Por desgracia Nagini era demaciado grande y no podía esconderse en su cuerpo como cuando era apenas una pequeña cria recién salida del huevo.