Tratar de invitar a Tweek a una salida de amigos me era similar a apostar a ciegas. Nuestra relación, si bien había avanzado bastante a consideración de como era antes, aún seguíamos sobre la delgada línea de ser entre vecinos y amigos. Sabía que faltaba un largo camino para que esa palabra tuviera más peso y valor, era por ello que me era difícil si quiera plantearle la idea de salir a divertirnos y conocer más gente, y allí estaba el gran dilema, podía asegurar que Tweek no estaba ni remotamente interesado en conocer a alguien más. Ya había aceptado una salida anterior aquella vez que fuimos al río y nos caímos al barro, pero debía confesar que esa ocasión había sido suerte e incluso me atrevería a decir que fue una estrategia de él para saber mis reales intenciones. Sea como fuese, dudaba mucho que Tweek diera su brazo a torcer ahora, pero si no me arriesgaba no tenía como saberlo.
— Hey, Tweek — Le llamé luego de dejar de darle vueltas a la situación. Ambos estábamos cenando comida china en mi habitación. Habíamos mantenido esa rutina de comer juntos desde hacía una semana, más que nada para asegurarme de que comiera lo suficiente antes de ir a dormir. A pesar de rehusarse en un inicio, sorpresivamente se acostumbró rápido — Mañana por la noche vendrán unos amigos e iremos a beber algo — Le comenté antes de comer los últimos fideos que quedaban en mi vaso desechable. Tweek me miró sin dejar de comer y esperó paciente a que prosiguiera — Me preguntaba si...te gustaría ir — Dije.
— ¿Beber...con tus amigos?
— Si — Ya estaba preparado para su rechazo. Tampoco iba a obligarlo, siempre podíamos ir los dos si aún no estaba preparado para conocer a más gente.
— Está bien — Dijo volviendo su atención a los dumplings que comía. ¿Había oído bien? ¿Él aceptó? ¿Así de fácil? Una sonrisa se escapo de mis labios. Aquello era un gran progreso.
— Mis amigos te caerán muy bien — Dije emocionado — Tolkien y su novia son...
— No me interesa conocer a tus amigos — Me interrumpió. Sin mirarme se comió otro dumpling y con la boca llena volvió a hablar — Solo quiero beber
— Ya decía yo que era raro que aceptaras así como así — Murmuré malhumorado. Tweek solo levantó los hombros desinteresado.
Ninguno de los dos dijo nada más. Terminamos de cenar y Tweek se fue a su habitación. A la mañana siguiente fui a cumplir mi turno en el trabajo, jornada que estuvo sorpresivamente tranquila y sin muchos pedidos. Ya al acabar mi turno Tolkien me había enviado un mensaje anunciándome que pronto estarían llegando a Chicago, en unos cuarenta minutos más menos, tiempo suficiente que tenía para volver a casa, cambiarme de ropa y pasar por Tweek a su trabajo. Cuando ya estuve afuera de la cafetería, mi vecino había salido con un rostro cansino y fastidiado, quejándose que aquel día su jefe había estado particularmente más insoportable que de costumbre.
— ¿Por qué sigues trabajando allí entonces? — Me atreví a preguntarle mientras caminábamos hacia el bar que Tolkien me había dicho por teléfono y el cual no quedaba tan lejos de allí.
— Porque es un idiota — Contestó.
— Eso no tiene sentido
— Lo tiene si quieres robarle
— ¿Cómo dices? — Detuve mi andar para mirarlo con sorpresa. De todas las cosas que pudo haber dicho, aquella jamás se hubiera cruzado por mi mente.
— En realidad...no estoy robando — Dice incitándome a volver a caminar — solo tomo mi sueldo más una pequeña comisión extra cuando se me da la gana — Lo miró sin poder creer lo que me está diciendo.
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Tras su Puerta / Reescrita
FanfictionAl graduarse, Craig se vio expuesto ante las exigencias de su entorno. No tenía la más mínima idea de lo que quería hacer ahora que se había convertido en adulto, ni mucho menos algún plan, pero estaba dispuesto a que la vida lo sorprendiera, ilumin...