Capítulo 24

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Mi otra mitad

Habían pasado cinco meses desde la llegada al mundo de sus dos hijas, cuando Jimin le pidió ayuda a su hermano Tae. Sabía que Tae era como un amo de casa, mientras Hoseok trabajaba en la escuela de defensa personal, debido a que si bien le gustaban los niños, se había abrumado los primeros días con tantos gritos que renunció.
Y ahora estaba en casa con un delantal haciendo la comida de su prometido.

Jimin tocó el timbre con una carriola doble, ya había hablado con Hoseok y Tae con anterioridad sobre sus planes para su renovación de votos matrimoniales.

Jungkook tenía la idea de una gran fiesta con una ceremonia tal cuál una boda normal.
Pero Jimin no quería una boda, porque sentía que el ya pertenecía a Jungkook y no quería cambiar el como habrían sucedido las cosas, aunque sonada loco para Jungkook. Solo quería una ceremonia muy íntima ante la luna, dónde renovarán su amor, ahora sí con palabras desde el corazón.

Pronto habría luna llena y Jimin y Jungkook viajarían a la casa del campo de su padre para realizar la ceremonia ellos solos. Pero necesitaba de Tae para cuidar a las bebés, siendo que ahora con cinco meses eran más difícil de cuidar juntas pues estaban muy inquietas.

Jimin llevaba todo lo necesario para que pasaran esa noche con sus tíos y un poco más, llegarían al día siguiente a medio día.
Llevaba una pañalera con ropa, pañales y biberones, aparte biberones con leche que se había extraído para meter al refri y leche en polvo para cuando se gastará la que tenía de reserva.

Tae abrió la puerta y unos balbuseos lo recibieron. Sus dos sobrinas eran su luz de cada día, diario cruzaba la calle para ayudar a Jimin con ellas, mientras los esposos trabajaban. Lo cual era muy chistoso para Tae, debido a que el era el que dominaba en la cama a Hoseok, pero en el día a día, el que estaba dominado era él, porque Hoseok llevaba los pantalones de la casa, en palabras de Hoseok, y Tae se dejaba hacer, él estaba feliz con lo que su Hobi decidiera. Estar en casa por el momento le daba acceso a cuidar a las niñas y a pintar en su estudio de arte, tenía la esperanza de algún día vender sus obras.
Era feliz y pronto se casaría con el amor de su vida.

Jimin entro con la carriola y fue directo a dónde era la habitación de las niñas en casa de sus tíos, le tenían un lugar exclusivo para ellas con camitas y peluches, para cuando estuvieran más grandes y vinieran de visita pudieran quedarse con toda la comodidad.

Dejo todo lo que traía en sus respectivos lugares y les dió de comer a cada una de su pecho antes de dejarlas dormidas en las cunas.

Salió de la habitación y le entrego a Tae un monitor para estar pendiente cuando despertarán y lo abrazo.

-Oye, cuidense de no regresar con premio ¿De acuerdo? Aún están pequeñas las bebés. Dijo Tae nalgueando a su hermano.

-Ya, ya, estoy tomando unas pastillas que Jin me hizo especialmente para no quedar embarazado, tranquilo. Nos vemos mañana, gracias Tae por cuidar de mis bebés. Dijo Jimin abrazandolo y dejando un beso en su mejilla.

-Sabes que mis sobrinas son mi todo, y que siempre estaremos para ustedes. Así que vete ya, arréglate que tu flamante marido no tarda en llegar. Dijo Tae viendo cómo Jimin corría hacia su casa y el terminaba de mover la mezcla que estaba haciendo para un pan.

Jimin llegó corriendo a su casa, se desnudo y corrió al baño, tomo un baño de agua cálida y empezó a ponerse gel de ducha y sales especiales para oler rico, pensó que era prudente quitar los pocos vellos que tenía en su pubis, que debido al poco tiempo que le daban sus hijas para bañarse , no lo había hecho desde mucho tiempo.
Dejo todo su cuerpo listo, e hidratado con una crema cara que Jin le había regalado.
Salió en su bata de baño a poner varias cosas en su maleta exclusivas para la noche de luna llena.

¡Esta no es mi novia!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora