3

3.3K 487 186
                                    

.
.
.
.
.

—¡Papá! ¡Papá, despierta!

—Yo... ¿Que?

Lucifer despertó poco a poco, confundido. Sentía un fuerte dolor en su espalda y en los músculos, como si hubiera dormido en una mala posición y la edad le estuviera pasando factura. Intentó levantarse, pero sus extremidades no respondían. Trató de mover su mano con fuerza, sintiendo sus dedos hormiguear. Se animó a sí mismo y lanzó un golpe al aire, sonriendo cuando volvió a sentir la movilidad en sus brazos.

Sin embargo, su sonrisa se desvaneció cuando su puño impactó contra algo blando pero fuerte, y escuchó un crujido. ¿Acaso había golpeado a alguien?

—¡DEMONIOS!

—¡Ángel, no te toques! ¡Por amor a...! ¡Vaggie, trae algo frío antes de que se hinche por el golpe!—escuchó la dulce voz de su hija, lo cual era extraño, ya que su princesa había salido en un viaje de negocios hacía ya muchas semanas. ¿Qué hacía ella allí? Alastor los iba a regañar.

—¿Charlie?—se levantó poco a poco, sintiendo cómo unas manos lo ayudaban. Abrió los ojos con pesadez y lo primero que vio fue la hermosa cara de su Charlie—Cariño, ¿Qué haces aquí? —preguntó, acariciando su rostro—¿Tu mamá sabe que has vuelto?

Lucifer se encontraba aún aturdido, tratando de entender lo que sucedía a su alrededor. La visión de su hija, preocupada por él, lo desconcertaba. ¿Por qué estaba allí? ¿Y a quien se refiera su manzanita de la discordia? ¿Quién era "Ángel"? La confusión se apoderaba de él mientras intentaba recordar cómo había llegado a esa situación.

Había vuelto de su reunión con el bastardo de Adam luego de una pequeña discusión, ayudó a sus hijos a escaparse de sus clases de ética y luego...

—¿Papá?—Pregunto su hija distrayéndolo—¿Por qué estas hablando de mamá?—Pregunto frunciendo el ceño como si estuviera molesta.

Eso sorprendió un poco a Lucifer, no recordaba que su hija y su esposo se hubieran peleado. Lucifer frunció el ceño, confundido por la reacción de su hija. Su confusión se mezclaba con una punzada de preocupación mientras intentaba juntar las piezas dispersas de su memoria.

—¿Cómo que por qué estoy hablando de mamá?—replicó con su voz reflejando su desconcierto-. ¿No estaba el...? ¿No es por eso que...?

Pero las palabras se desvanecieron en su boca cuando se detuvo al ver la expresión de su hija. Había algo en su mirada, una mezcla de sorpresa y preocupación, que lo dejó sin aliento por un momento. ¿Le había ocurrido algo a Alastor?

—¿Qué es lo que pasa, cariño? —preguntó sintiendo una sombra de temor apoderándose de él— ¿Dónde está mamá?

¡Vamos! ¡Maldita sea! debía hacer memoria, que había ocurrido antes de que Demia cayera sobre el... Demia... Demia... ¡SU OTRA HIJA!

—¡Charlie!—Llamó agarrándola por los hombros—¡¿Dónde esta tu hermana?!

—¿Hermana?—Pregunto alejándose un poco claramente asustada por los delirios de su padre.

Antes de que pudiera decir algo más, la figura de una chica que parecía polilla se acercó corriendo con una bolsa de hielo. Observo a su alrededor para observar el lugar donde se encontraba, la habitación estaba en completo desorden, con muebles rotos y escombros esparcidos por el suelo. El ambiente era frío y sombrío, muy distinto a la elegancia y comodidad de su castillo y definitivamente nada parecido a su enorme jardín en donde tendría que estar. Al levantarse de la cama, sintió la incomodidad del colchón bajo sus botas y el aire rancio que llenaba la habitación. El suelo, áspero y lleno de imperfecciones, crujía bajo su peso, recordándole constantemente que no estaba en su hogar.

Observó con desconcierto su entorno, tratando de comprender cómo había llegado a ese lugar y qué había sucedido. 

¿Dónde carajos estaba?

—Majestad, me alegro de que haya despertado—dijo la chica con alas de polilla, mientras colocaba la bolsa de hielo sobre una extraña bola de pelo blanca.

—Charlie, querida —llamó nuevamente a su hija, ignorando a los invitados no deseados— ¿Dónde estamos?

—Estamos en una de las habitaciones de emergencia, majestad —respondió un gato, con una extraña cosa de un ojo que lo seguía por detrás, sosteniendo unas mantas— El hotel quedó completamente destruido luego del ataque, el jefe está intentando arreglar lo poco que se puede salvar.

Lucifer se sintió confundido y preocupado. Intentaba procesar toda la información, pero cada vez se sentía más perdido. Miró a su hija, buscando respuestas en sus ojos, pero su expresión reflejaba dolor, como si hubiera perdido algo importante.

—¿Qué ataque? —preguntó, sintiendo su voz temblando ligeramente—¿Qué ha pasado aquí?

La chica polilla se acercó a Charlie, ofreciéndole a Lucifer una mirada de preocupación.

—Lo siento, majestad -dijo con voz apesadumbrada— Fue un ataque sorpresa. El ejército de Lute irrumpió en el hotel y causó estragos. Por suerte, pudimos evacuar a la mayoría de los huéspedes a tiempo, pero... —vaciló un momento, como si no quisiera decir lo que seguía.

—Nunca esperamos que mamá estuviera implicada en esto.—Termino de decir Charlie limpiándose las lagrimas del rostro.

¿Alastor había hecho eso? ¡¿Su Alastor?! Lucifer escuchó las palabras de su hija con incredulidad, mientras las lágrimas brotaban de los ojos de Charlie. No quería creerlo. No podía creerlo. Alastor era su compañero, su esposo, su omega. Jamás haría algo para dañar a Charlie, su instinto protector se lo impediría. Definitivamente no iba hacer caso a las palabras de esos pecadores, no podía confiar en ellos.

—Pecadores...—murmuró, recordando el trauma que su hija había sufrido-¡Pecadores despreciables!  ¡Aléjense de ella!-Grito agarrando el brazo de su princesa, alejándola de todos mientras se ponía en un ataque defensivo y extendía sus alas para cubrirla—¡No se que artimañas le habrán dicho pero en cuanto la saque de este lugar sufrirán las consecuencias de meterse con el rey del infierno!

—¡¿Papá, que haces?!—Grito asustada Charlie tratando de escapar del agarre de Lucifer.

—¡Nada de lo que no pueda encargarme, manzanita!—rugió Lucifer,  extendió su mano y convocó cadenas de sombras que surgieron velozmente. Las cadenas se lanzaron hacia adelante con fuerza, atrapando a los bastardos que se atrevieron a jugar con él.

—¡Papá, no!— Charlie gritó, horrorizada.

—Majestad, parece que ha despertado y no está de buen humor— advirtió una voz muy conocida con un tono sarcástico acercándose de entre las sombras, mientras unos tentáculos se cerraban lentamente alrededor de él. —Por su propio bien, le sugiero que suelte a nuestro personal.

—¡Alastor, por favor, haz algo!—rogó Charlie con desesperación, su voz temblaba. Estaba asustada y no podía comprender porque su padre actuaba así.

—¿Alastor?—Lucifer dejó caer las cadenas y volteó a mirar a su esposo. ¿Por qué lo llamaba majestad? ¿A qué se refería con personal? ¿Por qué Charlie lo llamaba por su nombre? Observó cómo el demonio caminaba lentamente hacia él, como si lo estuviera retando con la mirada, ¿Por qué lo miraba como si lo odiara? Dejo ir a Charlie y se acerco al ciervo.

—Ahora, majestad ¿Puede explicarme que es todo este—intentó preguntar, pero no pudo terminar su frase. 

Lucifer sintió cómo las lágrimas inundaban sus ojos y se abrazó a Alastor, ocultando su rostro entre sus pechos y enterrándose entre estos como si quisiera ser mimado.

Todo los miembros del hotel se quedaron callados observando en silencio preguntándose que tan fuerte se había golpeado el rey.

.
.
.
.
.
.
.
.

Un giro inesperado [AppleRadio] Omegaverse AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora