11

1.5K 195 38
                                    


.

.

.

.

UNIVERSO OMEGAVERSE

-

-

La ultima vez que lo  vio fue hace meses... 

—Lulu, ¿estás seguro que quieres ir?  

—Sí, tranquilo querido, nada malo pasará. Solo serán un par de días, regresaré más rápido de lo que piensas —le respondió Lucifer con seguridad.

Sabía que debía controlar sus emociones frente a Lucifer, no podía permitirse perder la compostura. No era adecuado para alguien como él. Sin embargo, últimamente, la idea de que Lucifer se fuera le resultaba insoportable. Sentía como si estuviera al borde de perderlo.

Por mucho que buscara respuestas, por mucho que releyera todos sus libros, no encontraba ninguna explicación. No podía entender por qué se sentía así. 

—Aún así, siento que algo malo va a pasar —insistió.

—Todavía hay algo que tengo que arreglar, Al —dijo con firmeza tratando de hacerlo comprender. 

—¿Algo de lo que no puedo saber...? —susurró Alastor, apretando sus puños hasta que sintió como sus garras empezaban a desgarrar su piel y pequeñas gotas de sangre caían sobre el suelo. 

Lucifer tomó las manos de Alastor entre las suyas, curando sus heridas con delicadeza. Como si fuera el tesoro más valioso del mundo. 

—Sabes que no puedo esconderte nada. Eres mi vida eterna, la persona en la que más confío. Mi amor por ti será infinito, pero créeme que prefiero resolver este problema antes de pedirte ayuda. 

Alastor tragó saliva y miro de cerca sus anillos de casados. 

—¿Por qué?  

—Alastor... —lo llamó Lucifer con suavidad, acercándose para secar las lágrimas que resbalaban por las mejillas de su esposo—. Si llegara a pasar algo, mi vida sería completamente tuya, así que confía en mí cuando te digo que nada pasará.

—Lucifer... —susurró Alastor, rodeando sus brazos en el cuello de Lucifer—. Prométeme que volverás.

—Te lo prometo. Después de que regrese, organizaremos una gran fiesta por el regreso de Charlie.

—¿Es un trato, querido?—pregunto juntando sus frentes. 

—Yo lo vería más como un juramento—susurró Lucifer, acercándose para plantar un suave beso en los labios de Alastor—. Cuida a los niños por mí mientras no estoy. Demia ha estado actuando raro.

—También lo he notado —admitió Alastor—. Regresa lo más pronto posible.

—Lo juro. Te amo, Al.

—Yo también, Lulu —respondió Alastor, aferrándose a Lucifer con fuerza como si temiera que en cualquier momento pudiera desaparecer de su lado.

.

.

.

El rojo del anillo del orgullo empezaba a brillar con intensidad, filtrándose por la ventana de la alcoba real, Alastor poco a poco fue despertando. La suavidad de su almohada chocaba contra su rostro, sintiendo una extraña humedad. Resistiendo la tentación de abrir los ojos, Alastor finalmente se vio obligado a levantarse.

Un giro inesperado [AppleRadio] Omegaverse AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora