Mente versus cuerpo.

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Tuve que admitir que Taehyung no conducía mal cuando iba a una velocidad razonable. Como tantas otras cosas, la conducción no parecía requerirle ningún esfuerzo. Aunque apenas miraba la carretera, la camioneta se mantuvo en perfecta alineación del carril. Conducía con una mano, por que yo sostenía la otra entre nosotros. A veces fijaba la vista en el sol poniente, que arrancaba destellos color rubí de su piel; y otras en mí, me miraba a los ojos o bajaba la vista hacia nuestras manos entrelazadas.
Había cambiado el dial de la radio para sintonizar una emisora de viejos éxitos y cantaba una canción que no había oído nunca. Se sabía la letra entera.

-¿Te gusta la música de los cincuenta?-

-En los cincuenta, la música era buena, mucho mejor que la de los sesenta, y los setenta... ¡Iug! - se estremeció- Los ochenta fueron soportables-

-¿Vas a decirme alguna vez cuántos años tienes?-

Dudé de si mi pregunta arruinaría su reciente optimismo, pero se limitó a sonreír.

-¿Importa mucho?-

-No, pero quiero saber todo de ti-

-Me pregunto si te perturbaría...- comentó para sí-

Fijó la mirada en el sol. Transcurrió un minuto.

-Ponme a prueba.-

Me miró a los ojos, olvidándose al parecer, y por completo de la carretera durante un buen rato. Fuera lo que fuera que veía en ellos, debió de animarlo. Clavó la vista en los últimos rayos rojizos del sol y suspiró:

-Nací en Korea en 1901- hizo una pausa y me miró con el rabillo del ojo. Puse mucho cuidado en que mi rostro no mostrara emoción ni sorpresa alguna, esperando el resto de la historia con paciencia. Esbozó una leve sonrisa y prosiguió:- SeokJin me encontró en un hospital en el verano de 1918. Tenía diecisiete años y me estaba muriendo de gripe española.- Me oyó inhalar bruscamente, y volvió a mirar mis ojos.- No me acuerdo muy bien. Sucedió hace mucho tiempo y los recuerdos humanos se desvanecen.- se sumió en sus propios pensamientos durante un minuto, pero antes de que pudiera instarlo a hacerlo, continuó;- Recuerdo cómo se sentía cuando SeokJin me salvó. No es nada fácil ni algo que se pueda olvidar.-

-¿Y tus padres?-

-Ya habían muerto a causa de la gripe. Estaba solo. Me eligió por ese motivo. Con todo el caos de la epidemia, nadie iba a darse cuenta de que yo había desaparecido.-

-¿Cómo...? ¿Cómo te salvó?-

Transcurrieron varios segundos, y luego volvió a hablar, parecía estar eligiendo las palabras con sumo cuidado.

-Fue difícil. No muchos de nosotros tenemos el necesario autocontrol para conseguirlo, pero SeokJin siempre ha sido el más humano y compasivo de todos. Dudo que se pueda hallar alguien igual a él en toda la historia.- hizo una pausa- Para mí, sólo fue muy, muy doloroso.-

Tensó la mandíbula, y supe que no iba a decir nada más al respecto.
Decidí dejarlo para más tarde. Mi curiosidad estaba lejos de ser saseada. Habían muchos detalles de los que tenía que reflexionar, detalles que apenas se me estaban ocurriendo.
Su voz suave interrumpió el hilo de mis pensamientos:

-Actúo desde la soledad. Ésa es, por lo general, la razón que hay detrás de cada elección. Fui el primer miembro de la familia de SeokJin, aunque poco después encontró a NamJoon. Se cayó de un risco. Lo llevaron directamente a la morgue del hospital, aunque, nadie sabe cómo, su corazón seguía latiendo.-

-Así que, tienes que estar a punto de morir para...-

-No, eso es sólo el caso de SeokJin. Él jamás hubiera convertido a alguien que hubiera tenido otra alternativa, cualquiera que fuera.- Siempre que hablaba de su padre, lo hacia con un profundo respeto- Aunque, según él- continuó- es más fácil si el corazón está débil.-

Crepúsculo K.T×J.JDonde viven las historias. Descúbrelo ahora