Interrogatorios.

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Por la mañana, todo era distinto.
Todo lo que me había parecido tan verosímil en la oscuridad de la noche anterior me sonaba a chistes malos cuando salió el sol, incluso dentro de mi propia mente.

¿De verdad había pasado? ¿Recordaba bien lo que habíamos dicho? ¿Realmente me había dicho aquellas cosas? ¿Era cierto que yo había tenido el coraje para decir lo que había dicho?

Su bufanda estaba doblada sobre mi mochila, y tuve que acercarme hasta allí para tocarla. Aquella parte, al menos, era real.

En el exterior, el día era brumoso y oscuro. Perfecto. Taehyung no tendría razón alguna para no asistir a clases esa mañana. Me vesti con muchas capas al recordar que no tenía mi campera y deseando no empaparme por el camino hasta que pudiera recuperarla.

Al bajar las escaleras, descubrí que Karl ya se había ido. Era más tarde de lo que pensaba. Devoré en tres bocados una barra de granola acompañada de leche, que bebí directo del cartón, y salí a toda prisa por la puerta. Con un poco de suerte, no empezaría a llover hasta que me encontrará a Jéssica.

Había mucha niebla, el aire parecía impregnado de humo. Su contacto era gélido con el rostro. No veía el momento de llegar al calor de mi vehículo. La neblina era tan densa que hasta que no estuve a pocos metros de la carretera no me percaté de que en ella había un coche, un auto plateado que me resultaba muy familiar.

Mi corazón hizo esa cosa rara del doble latido, y yo imploré no estar desarrollo ningún tipo de trastorno vascular.

La ventanilla del copiloto estaba bajada, y él se inclinó hacia mí y por su rostro intuía que intentaba no reírse de mi rostro de: "Puede que me esté dando un infarto"

-¿Quieres que te lleve a la escuela hoy? -preguntó-

Aunque estaba sonriendo, percibí incertidumbre en su voz. No quería que me sintiera sin elección: realmente quería que pensara bien lo que me estaba haciendo quizá incluso deseara que dijera que no. Pero eso no iba a pasar.

-Si, gracias- acepté, e intenté sonar natural-

Al agacharme para entrar al caluroso interior de coche, me di cuenta de una campera color canela colgada del respaldo del asiento del pasajero.

-¿Qué es esto? -

-Una campera de Hoseok. No quiero que pesques un resfriado ni nada por el estilo-

Deposité la campera con cuidado en el asiento trasero. Él no parecía darle importancia a coger prendas de sus hermanos, pero, ¿Que pensarían ellos al respecto? Una de las imágenes confusas que recordaba del accidente que había tenido lugar ya no sabía cuántas semanas atrás era el rostro de sus hermanos observándonos desde la distancia. La palabra que mejor habria descrito el rostro de Hoseok era ira.
Puede que me costara tenerle miedo a Taehyung, pero no creía que fuera a tener el mismo problema con Hoseok.

Saqué la bufanda de la mochila y coloqué sobre la campera.

-Estoy bien- le dije, y me golpeé el pecho con mi dedo un par de veces. - Mi sistema inmunológico está en plena forma-

Él rio, pero no estaba muy seguro si era por que parecía divertido o ridículo. Bueno, daba igual. Con tal de poder escuchar su risa...
Condujo a toda velocidad entre las calles neblinosas sin apenas mirar la carretera.
Él tampoco llevaba campera; tan sólo vestía un suéter de color hueso con las mangas recogidas.
Él suéter se ceñía a su cuerpo, y traté de no mirar demasiado con descaro. Tenía su cabello despeinado. Mi vista bajó a su cuello y una repentina ganas de rozar con mis dedos la longitud de su cuello me invadió...

Crepúsculo K.T×J.JDonde viven las historias. Descúbrelo ahora