La elección.

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Otro grito enmudeció al mío, un chillido similar a una sierra eléctrica atravesando el acero.

La cazadora arremetió contra mí, pero sus dientes chasquearon, cerrándose en el aire a un centímetro de mi rostro, cuando algo la arrancó de mí y la apartó volando de mi vista.

El fuego se estancó en el hueco de mi codo y yo grité.

No estaba solo, había más gritos: al rugido metálico se unió un agudo lamento que rebotó en las paredes y, de repente, cesó. Un gruñido vibrante rechinaba bajo el resto de sonidos. Más desgarrones metalicos, más rasgaduras...

-¡No!- aulló alguien con una agonía que equiparaba la mía.- ¡No, no, no, no!-

Aquella voz tenía algún significado para mí, incluso a través de las llamas que ya me llegaban al hombro, aquella voz llamó mi atención. Aunque gritaba, su voz sonaba como la de un ángel.

-¡Jungkook, por favor!- sollozó Taehyung.- ¡Por favor, por favor, por favor, Jungkook, por favor!-

Intenté responder, pero mi boca parecía no tener conexión con el resto de mi cuerpo. Mis gritos habían cesado, pero sólo porque ya no me quedaba aire.

-¡SeokJin!- gritó Taehyung con voz profunda.- ¡Ayúdame! ¡Jungkook, por favor, por favor, por favor, Jungkook!-

Mecía mi cabeza en su regazo, presionando los dedos con fuerza contra mi cráneo. Su rostro aparecía desenfocado, igual que el de la cazadora.

Yo estaba cayendo por un pozo dentro de mi mente. El fuego descendía conmigo, tan intenso como antes.

Algo fresco penetró en mi boca, llenando mis pulmones. Ellos lo expulsaron. Otro aliento helado.

Taehyung por fin se definió frente a mis ojos, con su perfecto rostro contraído en una expresión atormentada.

-Sigue respirando, Jungkook, respira.-

Apoyó sus labios contra los míos y me llenó los pulmones de nuevo.

Pude captar de reojo dos trazos dorados: otro par de manos heladas.

-Jimin, entablíllale la pierna y el brazo. Taehyung, despéjale las vías respiratorias. ¿Cuál de todas las hemorragias es la peor?-

-Ésta, SeokJin.-

Contemplé su rostro cuando la presión contra mi cráneo cedió. Mis gritos ahora eran apenas un lloriqueo entrecortado. El dolor no había disminuido en absoluto, sino que era peor. Y gritar no me ayudaba, y hería a Taehyung. Mientras mantuviera los ojos fijos en su cara, era capaz de recordar algo más allá de la quemazón.

-Mi maletín, por favor... no respires, Jimin, eso ayudará. Gracias, Irenne. Ahora vete, por favor. Ha perdido mucha sangre, pero las heridas no son muy profundas. Creo que ahora mismo el mayor problema son las costillas. Traiganme esparadrapo.-

-Y algo para el dolor - siseó Taehyung.-

-Ahí está. No me quedan manos. ¿Podrías alcanzarlo tú?-

-Esto te aliviará.- Me prometió Taehyung.-

Alguien me estaba enderezando la pierna. Taehyung contenía el aliento, esperando, creo, a que yo reaccionara. Pero no me dolía tanto como el brazo.

-Taehyung...-

-Shh, Kook, te vas a poner bien. Te lo juro, te vas a poner bien.-

-E... No es...-

Algo hurgaba en mi cráneo mientras otra cosa tiraba con fuerza de mi brazo roto. Aquel movimiento me desplazó las costillas y me quedé sin aliento.

Crepúsculo K.T×J.JDonde viven las historias. Descúbrelo ahora