SeokJin.

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Me condujo de vuelta a la habitación que había identificado como el despacho de SeokJin. Se detuvo delante de la puerta durante un segundo.

-Adelante.- dijo SeokJin desde el interior-

Taehyung abrió la puerta a una amplia sala con altos ventanales que ocupaban toda la longitud de las paredes. La estancia estaba revestida de estanterías que llegaban al techo y contenían más libros de los que jamás había visto fuera de una biblioteca.
SeokJin se sentaba detrás del enorme escritorio. Acababa de poner un marcador entre las páginas del libro que sostenía en sus manos. El despacho era igual a como yo imaginaba que sería el de un decano de la facultad, solo que SeokJin parecía demasiado joven para encajar en aquel papel.

Después de haber imaginado, unos momentos antes, todo por lo que había tenido que pasar, si bien era consciente de que mi imaginación no era muy buena y de que, probablemente, todo había sido mucho peor de la idea que me había formado, lo percibía de un modo distinto.

-¿Qué puedo hacer por ustedes?- nos preguntó con una sonrisa mientras se levantaba del sillón.-

-Quería enseñarle a Kook un poco de nuestra historia- contestó Taehyung Bueno, en realidad, de tú historia.-

-No pretendíamos molestarte.- me disculpé.-

-En absoluto- dijo, dirigiéndose primero a Taehyung y luego a mí- ¿Por dónde van a empezar?-

-Por los cuadros- dijo Taehyung mientras me hacía girar para mirar hacia la puerta por la que acabábamos de entrar.-

La pared era diferente a las demás, ya que estaba repleta de decenas y decenas de cuadros enmarcados en lugar de estanterías. Todos eran de tamaños y estilos diferentes, algunos más apagados, otros rebosantes de color. Revisé la pared rápidamente buscando algo en común que les diera coherencia, pero no encontré ningún vínculo.
Taehyung me arrastró hacia el otro lado, a la izquierda, apoyó ambas manos en mis brazos y me colocó justo enfrente de uno de los cuadros. Mi corazón reaccionó del modo en que solía hacerlo cada vez que me tocaba, aunque fuera de la manera más natural. Resultaba aún más vergonzoso, si cabe, ahora que sabía que SeokJin también podía oírlo.
El cuadro en el que quería que me fijara era en un pequeño óleo con un sencillo marco de madera. No figuraba entre los más grandes ni los más destacados. Pintado con diferentes tonos de ocre, representaba la miniatura de una ciudad de tejados muy inclinados. Un río ( lo cruzaba un puente cubierto por estructuras similares a minúsculas catedrales) dominaba el primer plano.

-Londres, hacia 1650- dijo
Taehyung.-

-El Londres de mi juventud.-añadió SeokJin a medio metro detrás de nosotros. Di un respingo. no lo había oído acercarse. Taehyung me tomó la mano y la apretó levemente.-

-¿Le vas a contar la historia?- inquirió Taehyung-

-Lo haría- replicó- pero de hecho llego tarde. Telefonearon del hospital esta mañana. El doctor Jung se tomó un día de permiso. Pero no creo que Jungkook se pierda ningún detalle: conoces la historia tan bien como yo.- añadió, dirigiéndose a Taehyung con una sonrisa.-

Resultaba difícil asimilar una combinación tan extraña: las preocupaciones del día a día de un doctor de pueblo en mitad de una conversación sobre sus primeros días en Londres del siglo XVII.
También me desconcertaba saber que probablemente hablaba en voz alta solo en deferencia hacia mí.

SeokJin abandonó la estancia con otra cálida sonrisa.
Me quedé mirando el pequeño cuadro de su ciudad natal durante un buen rato.

-¿Qué sucedió luego?- pregunté- ¿Qué ocurrió cuando comprendió lo que le había pasado?-

Me dio un leve codazo para que avanzara unos centímetros, con los ojos fijos en un paisaje más grande. Estaba pintado con colores apagados, una pradera despejada a la sombra de un bosque con un pico escarpado a lo lejos.

Crepúsculo K.T×J.JDonde viven las historias. Descúbrelo ahora