El juego del escondite.

27 2 0
                                    


-¿Qué era?-

Había perdido el control de mi voz átona e indiferente.
Yoongi se me quedó mirando. Mantuve la expresión ausente y esperé. Sus ojos se posaron alternativamente en el rostro de Jimin y en el mío, sintiendo el caos. Sabía lo que acababa de ver Jimin.

Sentí que un remanso de tranquilidad se instalaba en mi interior. No me resistí, ya que me ayudaba a mantenerme bajo control.

Jimin también se recobró y a la final, con voz sorprendentemente sosegada y convincente, contestó:

-En realidad, nada. Sólo la misma habitación de antes.- me miró, viendo por primera vez- ¿Quieres desayunar?-

-No, tomaré algo en el aeropuerto.-

También yo me sentía tranquilo. Por un momento creí que Yoongi había compartido conmigo su poder extrasensorial, ya que persibí la desesperación de Jimin, a pesar de que la ocultaba muy bien, por que yo saliera de la habitación y él se pudiera quedar a solas con Yoongi. De ese modo, le podría contar que se estaba equivocado, que iban a fracasar...

Jimin seguía con los ojos clavados en mí.

-¿Tu madre está bien?-

Tuve que dar trago de bilis. Sólo tenía un guión preparado.

-Mi madre está preocupada, quería venir a Corea.- dije con voz monótona.- Pero todo va bien, la convencí de que se quedara allá por el momento.-

-Eso está bien.-

-Sí.-

Di media vuelta y caminé lentamente hacia el dormitorio, notando cómo sus ojos me seguían durante todo el trayecto. Cerré la puerta detrás de mí y entonces hice lo que pude. Me bañé y me vestí con ropa de mi talla. Rebusqué en mi mochila hasta encontrar el calcetin lleno de dinero y lo vacié en mi monedero. Me quedé allí un minuto, sin mirar a ningún sitio, intentando pensar en las cosas en las que podía hacerlo sin levantar sospechas. Y se me ocurrió una idea.

Me arrodillé junto a la mesita de noche y abrí el cajón superior. Debajo del imprescindible ejemplar de la biblia había un montón de papel y un bolígrafo. Saqué una hoja y un sobre del cajón.

"Taehyung..."- escribí.-

Me temblaba la mano. Las letras apenas eran legibles.

Te quiero.
De nuevo, lo siento. Lo siento muchísimo. Tiene a mi madre en su poder y lo intentaré a pesar de saber que no funcionará. Lo siento mucho, muchísimo.
No te enojes con Jimin y Yoongi. Si consigo escaparme de ellos será un milagro. Dale las gracias de mi parte, en especial a Jimin.
Y te lo suplico, por favor, no la sigas. Eso es precisamente lo que quiere.
No podría soportar que alguien saliera herido por mi culpa, especialmente tú. Por favor, es lo que pido. Hazlo por mí.
No lamento haberte conocido. Y jamás haberte amado. Perdóname.

Jungkook.

Doblé la carta en tres partes hice yo el sobre. Terminaría encontrándola. Esperaba que lo entendiera. Esperaba que me perdonara, pero lo que realmente esperaba es que me hiciera caso.

Cuando volví a la salita de estar, ya estaban preparados.

En esta ocación, me siento solo en el asiento trasero. Yoongi no me quitaba ojo desde el retrovisor cuando pensaba que no me daba cuenta.
Me mantenía tranquilo, lo que era de agradecer.
Jimin reclinaba la espalda contra la puerta, con el rostro frente a Yoongi, pero sabía que me observaba con su visión periférica. ¿Cuánto habría visto? ¿Estaran esperando que intentara algo? ¿O estaría más concentrado en los movimientos de la rastreadora?

Crepúsculo K.T×J.JDonde viven las historias. Descúbrelo ahora