La llamada.

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En cuanto me desperté me di cuenta de que era demasiado temprano.
Estaba invirtiendo el horario del día y de la noche. La tela estaba encendida; era la única luz que iluminaba la habitación, pero el sonido estaba desactivado. El reloj que había sobre la televisión marcaba las dos de la madrugada. Escuché un murmullo de voces hablando a toda velocidad y en voz muy baja, supuse que eso sería lo que me había despertado. Me quedé tumbado en el sofá durante un minuto, esperando a que mis ojos y mis oídos se acostumbraran.
Resultaba muy extraño que hablaban lo bastante alto como para despertarme y me incorporé.
Jimin estaba inclinado sobre el escritorio, y Yoongi estaba a su lado con una mano apoyada sobre su espalda. Estaba dibujando otra vez.
Me levanté y me acerqué a ellos. Estaban tan absortos en el trabajo de Jimin que no vieron cuando entré.
Rodeé a Jimin para ver desde el otro lado.

-Ha visto algo más.- le dije en voz baja a Yoongi.-

-Sí. Algo hizo regresar a la cazadora a la habitación donde estaba el vídeo, y ahora está iluminada.- respondió-

Observé a Jimin dibujar una habitación cuadrada con vigas oscuras en el techo bajo. Las paredes estaban cubiertas con paneles de madera, un poco más oscuro de la cuenta, pasados de moda. Una oscura alfombra estampada cubría el piso. Había una ventana grande en la pared sur, y en la pared oeste, un vano que daba a una sala de estar. Uno de los lados de esta entrada era de piedra y en él se abría una gran chimenea de color canela quedaba a ambas habitaciones. Desde ese punto de vista, el centro de la imagen lo ocupaba una televisión y un video (en equilibrio un tanto inestable sobre un soporte de madera demasiado pequeño para los dos) que se encontraba en la esquina sudoeste de la habitación. Un viejo sofá de módulos se curvaba enfrente de la televisión con una mesita de café redonda adelante.

-El teléfono está allí- susurré, e indiqué el lugar. Ambos me miraron.- Es la caza de mi madre.-

Jimin ya estaba en la otra punta de la habitación con el celular en la mano; empezó a marcar. Contemplé ensimismado la fiel interpretación de mi sala de estar. Yoongi se acercó aún más a mi, cosa rara de él, y me puso la mano suavemente el hombro. El contacto físico acento su influjo tranquilizador. La sensación de pánico se disminuyó y no llegó a tomar forma.
Los labios de Jimin eran una mancha borrosa, hablaba tan deprisa que su voz no era más que un sordo zumbido imposible de entender.

-Jungkook- me llamó Jimin. Lo miré atento.- Jungkook, Taehyung viene en camino. Irenne, SeokJin y él te van a recoger para esconderte durante un tiempo.-

-¿Taehyung está viniendo?-

-Sí. Van a tomar el primer vuelo que salga de Seattle. Lo recogeremos en el aeropuerto y te irás con él.-

-Pero, mi madre...- aunque Yoongi me estaba tocando, noté cómo el pánico se extendía por mi pecho.- ¡La cazadora ha venido por mi madre, Jimin!-

-Yoongi y yo nos aseguraremos de que esté a salvo.-

-No podemos ganar a la larga, Jimin. No pueden proteger a toda la gente que conozco durante toda la vida. ¿No ves lo que está haciendo? No me persigue directamente a mí, pero encontrará y hará daño a cualquier persona que yo ame... Jimin, no puedo...-

-La atraparemos, Jungkook-

-¿Y si te hiere, Jimin? ¿Crees que eso me va a parecer bien? ¿Crees que solo puede hacerme daño a través de mi familia humana?-

Jimin enarcó las cejas al mirar a Yoongi. Una espesa niebla de agotamiento se apoderó de mí, y los ojos se me cerraron sin que pudiera evitarlo. Luché contra la niebla, consciente de lo que estaba pasando. Forcé a mis ojos para que se abrieran y me levanté, alejándome de la mano de Yoongi.

Crepúsculo K.T×J.JDonde viven las historias. Descúbrelo ahora