No podría contarle a mi madre lo que sucedió, debía mantenerlo como un secreto. Algo que solo yo sabría y solo yo entendería. El libro que había tomado en la librería lejos de parecer un libro de historia parecía uno de fantasía. Era extraño como hablaba de las criaturas más magníficas e antiquísimas del mundo, las narraba como licántropos y quizás si no estuviese viviendo mi vida creería que el señor Kong guardó este libro por error, pero los ojos de ese lobo parecían querer decirme algo, los segundos en que nuestras miradas chocaron parecía tranquilo y de no ser porque vi como casi le sacaba el corazón del pecho al abusivo de Heechul, casi creo que es inofensivo. Aunque la forma en la que lamió mi cara me hizo pensar que quizás podría domesticarlo y tener una mascota gigante.
Carcajee solo en mi habitación mientras abrazaba con fuerza mi almohada, mis pensamientos giraban entorno al gigantesco lobo. Mi madre sabía de la existencia de esos lobos porque por años me había advertido de esos animales gigantes y pude comprobar que tenía razón, el lobo negro duplicaba mi tamaño y sus patas bien podrían aplastarme, aún así decidió lamerme con suavidad, como un lindo perrito.
Siempre había querido una mascota.
Cuando el sol mañanero me despertó salí de la cama lleno de felicidad y aunque me extrañó no sentir el aroma del café, caminé hasta la cocina para encontrarme a mi madre sollozando en la cocina.
-¿Madre? ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? - le pregunté corriendo a su lado y envolviéndola en mis brazos.
-Taehyunie, mi bello pequeño - me abrazó con fuerza mientras yo sobaba su espalda tratando de calmarla - Mi niño bueno.
-¿Qué sucede madre? ¿Por qué estás tan alterada?
-Heechul falleció en la mañana, no sabemos qué sucedió solo que Siwon lo trajo con una enorme herida en el pecho - aunque sabía lo que había ocurrido no diría nada a menos que Siwon delatara mi presencia allí - Los curanderos trataron de hacer algo e incluso lo llevaron a casa de Nana, pero ella lo condenó diciendo que no tenía salvación alguna.
-No llores, madre, está en un lugar mejor - la consolé aún sin sentirlo. No me dolía la muerte de alguien que había abusado de mi desde pequeños. Heechul siempre me gritaba e intimidaba cuando éramos más jóvenes, pero desde que había cumplido los veinte años el se encargaba de hacerme sufrir y en muchas ocasiones volvía a casa ocultando los golpes que recibía de él. No podía llorar su muerte y menos cuando había insinuado abusar de mí - No debes estar triste, la vida es muy corta para llorar. Eso es lo que siempre me dices.
-Lo sé, pequeño, pero justo ahora la hija del panadero acaba de revelar que estaba embarazada de él - sus sollozos continuaron - Otro niño sin padre no es fácil.
-Me sorprende como el panadero que tanto predicaba una vida pura ahora va a ser abuelo de un niño ilegítimo.
-¡Taehyung! Respeta a los muertos, no digas esas cosas.
-Lo siento, madre, solo hablé sin pensar. Mejor hago un café - bese su coronilla sin decir nada más, pero algo dentro de mi ansiaba reír a carcajadas del duro karma que podía presenciar en esta mañana. El abusivo que siempre me maltrató había fallecido por un lobo inmenso que me protegía, y el panadero que me ofendía en público ahora sería humillado por toda la aldea.
Justo después de que mi madre se calmara y me alertara del bosque varias veces, tome las canastas de comida para Nana y salí con calma. No podía fingir que me dolía algo de lo que sucedió pero si me sorprendí al ver el cuerpo tembloroso de Siwon parado frente al camino que llevaba al bosque.
-¡Taehyung! Buenos días - sus ojos lucían unas grandes ojeras, sus ropas estaban sucias aún llenas de sangre ajena delatándolo que no había tomado un baño aún. Siwon no me caía mal en lo absoluto, solo era una marioneta de Heechul, alguien que utilizaba para que cargara sus troncos cortados o sus muertes - Lamento molestarte, solo quería pedirte perdón.
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The one in red
FanfictionKim Taehyung es un chico amante de la lectura y la pacífica vida en su aldea. Disfruta de leer en medio del bosque donde el silencio es perfecto y el aire lo refresca, pero como es posible que en medio de ese silencio no fuera capaz de escuchar las...