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Taehyung durmió por casi seis horas, no podía culpar a la transformación todo ese agotamiento, también se debía a la falta de alimento y todo el esfuerzo físico que había hecho en el último día, sin contar el cúmulo de información que recibió esta semana. Mi omega era fuerte y podía verlo en como aceptó su nueva identidad en cómo cambió de momento ahora sintiéndose libre de ser quien quisiera ser, como no temia al enfrentarse a nadie y en cómo lucho contra su mente en cada momento, tratando de saber más de su casta, de adaptarse a sus nuevas condiciones. Mi omega era valiente y fuerte.

Tener un omega de lobo negro era algo nuevo para la manada por eso los gritos asustados cuando lo vieron. Nadie conocía a Taehyung y tampoco sabían que era un lobo negro por lo que el miedo debía estar en las calles.

Cuando un alfa recibía un duelo por parte de otro lobo y ese ajeno ganaba, toda la manada se veía envuelta en un peligro inminente. No todos los alfas eran iguales y algunos eran desterrados sedientos de poder y venganza. Muchos libros narraban guerras que solo habían comenzado por sus alfas llenos de ira y remordimientos. Aunque la guerra me había hecho madurar sabía que no todos habíamos pasado por algo así y quizás en la manada de la madre de Taehyung habían más problemas de los podía imaginarme.

Taehyung volvió a cambiar durante su siesta y aproveché esa oportunidad para llevarlo hasta nuestra cabaña aún dormido en mis brazos. Si el omega sospechaba que había caminado desnudo por la cabaña sería alfa muerto pero lo hice despacio y a escondidas de los demás, no me importaba mi desnudes pero no sabía cómo reaccionaría si un alfa veía la piel desnuda y llena de marcas de mi omega.

Al llegar a nuestra cabaña descubrí que mi omega había pasado por una pesadilla en cuanto despertó. La puerta de la sala estaba destruida con marcas de garras y contaban una historia de terror al verse prisionero en esa jaula gigante. En el baño la tina estaba destruida diciéndome que allí comenzó la transformación, sin mencionar la escalera que me hacía pensar que el cayó de ella sin saber cómo bajar y sus garras se habían tratado de afianzar de cada escalón. Mi omega sufrió en ese momento y me dolía no haberlo sentido por el lazo. Era nuevo en esto del lazo de unión por lo que no había notado nada hasta que los gritos de los lobos me habían alertado.

Lo acosté en la cama y cubrí con mantas dejando que durmiera hasta que su celo se lo permitiera y pedí a mi madre muchos alimentos de todo tipo para mi omega. No me imagino lo que es despertar convertido en lobo y no poder hablar ni tener nadie a tu lado. Debió haber sido una completa pesadilla.

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Desperté sintiendo mi cuerpo adolorido y solté un chillido bajito de miedo ante la oscuridad que me rodeaba pero unos fuertes brazos me sostuvieron rápidamente mientras sentía el aroma de mi alfa tranquilizarme.

-Alfa, menos mal que estás aquí, no supe cómo sucedió solamente cerré los ojos en la bañera y me relaje, pero después sentí tu felicidad por el lazo y me enojé tanto - mis lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas mientras el me arrullaba como si fuera un bebé.

-¡Shh! No pasa nada tu alfa está aquí contigo - metí mi cabeza en su cuello y lo olfateé gustoso hasta que sentí como mi cuerpo comenzaba a relajarse - ¿Por qué te enojaste? - preguntó y sentí como mi cara se calentaba.

-Pensé que estabas feliz con otro omega - dije bajito pero sabía que en me había escuchado y lo confirme cuando una risa interrumpió mi vergonzoso momento - No te burles - golpee su hombro suavemente haciendo que su risa fuera más fuerte aún.

-Lo siento es que mi omega es un celoso - bufe y seguí mi misión de olfatearlo aún más - Perdón por reírme, sigue diciéndome que pasó.

-Pues eso, me enojé mucho y de un momento a otro sentí como todos mis huesos se rompían a la vez, eso me asustó mucho y traté de salir de la bañera pero era muy tarde - suspiré mientras el me abrazó con más fuerza - No podía bajar al primer piso y no podía hablar ni pedir ayuda, me sentí tan solo en ese momento. Trate de bajar las escaleras pero me caí y cuando pensé que podría aguantar hasta que volvieras otra corriente de felicidad me llegó por el lazo - le miré a los ojos mientras el acariciaba mi pelo con suavidad - No podía abrir la puerta pero no se como logré salir y corrí siguiendo tu aroma, habían muchos olores extraños y me mareaban también empezaron a gritar las personas haciendo todo un alboroto que solo lograba ponerme ansioso. Hasta que te vi y enseguida me sentí aliviado, sabía que tú me protegerías.

The one in red Donde viven las historias. Descúbrelo ahora