VII

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_____ se sentó en el sofá. Los brazos de ambos se rozaron. Juntos abrieron el viejo álbum de fotos. Aidan no lo había visto completo. No había tenido tiempo, ni coraje. Su infancia había sido feliz, pero sus padres habían muerto.

Su padre, de un ataque al corazón mientras él estudiaba en la Universidad, y su madre hacía solo cuatro años. Los felices días de correteo por las calles de Charlestown, con _____ persiguiéndolos, no eran más que un recuerdo.

-¡Mira! - Exclamó _____. - El Big Brown Boinb. - El Bomb. Aidan rió. Había olvidado aquel viejo coche de su padre. Solía invitar a un montón de chicos del barrio, sólo por el placer de oírlos durante todo el camino, riendo y gritando en los baches.

-¿Te acuerdas de aquella vez que Willy Evert se aferró al cuello de mi padre mientras conducía? -

-¡Jamás lo olvidaré! - Rió _____ a carcajadas. - Casi nos salimos de la carretera, mientras tu padre trataba de quitárselo de encima. -

Aidan y _____ siguieron pasando las hojas del álbum con una sonrisa, recordando. En la última página había una foto de ellos dos, del día en que él comenzaba el instituto. Aidan sonreía y agarraba a _____ de la mano. Ella, en cambio, estaba seria, parecía enfadada.

-¡Vaya gesto!, ¿En qué estabas pensando? -

-Estaba enfadada. - Contestó _____. - Tú te marchabas al instituto, y a mí me faltaban aún dos años de colegio. Hasta ese día, tú me habías llevado siempre de la mano. Era la primera vez que me separaba de ti, y recuerdo que pensaba que no lo soportaría. - Explicó rozando los labios sonrientes de Aidan, con un dedo. - Tú, en cambio, estabas entusiasmado. -

-Me extraña que estuviera entusiasmado, detestaba separarme de ti. - Confesó Aidan sinceramente..

-¡Oh, Aidan!, ¡qué unidos estábamos!, ¿qué ocurrió? -

-Tú me abandonaste por el futbolista. - Dijo él serio, más serio de lo que había pretendido en un primer momento. Al volver la vista hacia _____, trató de corregir el gesto y sonreír. - Y yo me hice millonario y encontré a una chica que sí me quiso. -

-La cena está lista. - Anunció Finn entrando en el cuarto de estar. - ¿Cuándo vas a presentarme a esta preciosidad, Aidan? - _____ sonrió y alargó una mano. No se asustó ante el mechón de pelo rosa chillón de los cabellos del mayordomo, ni ante sus pantalones de cuero, que parecían pintados directamente sobre el trasero. Finn estrechó su mano y ella preguntó:

-¿Es que piensas conquistarme? -

-No, querida, solo quiero que me prestes tu ropa, si es toda tan preciosa como la que llevas hoy. - Contestó Finn acariciando con un dedo la blusa de seda de _____. Ella se echó a reír. Finn dio unos golpecitos en su reloj y se dirigió a Aidan con cara de pocos amigos. - Cinco minutos, como mucho. Ya sabes cómo me enfado cuando dejas que la lechuga se ponga lacia. - Comentó el mayordomo saliendo de la habitación.

-¿De dónde lo has sacado? - Preguntó _____.

-Finn, es único, ¿verdad? - Sonrió Aidan encogiéndose de hombros. - Su tía era nuestra sirvienta, pero tuvo que retirarse, por un problema en la rodilla. Finn vino a sustituirla temporalmente, pero enseguida me di cuenta de que era un excelente cocinero, y una joya con el ordenador. Se ocupa de la ropa, vigila al jardinero, lo hace todo. No sabría qué hacer sin él. Fue una gran ayuda para mí, cuando murió Daniela. Su compañero sentimental había muerto a causa del Sida justo antes de entrar a trabajar aquí, así que sabía muy bien por lo que estaba pasando. -

-Me cae bien. -

-Y a mí, pero te advierto que se pone de un humor de perros cuando dejo que se enfríe la cena. -

𝐔𝐧 𝐇𝐢𝐣𝐨 𝐓𝐮𝐲𝐨 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐. 𝓖.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora