XIV

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El sábado siguiente, Aidan llamó a la puerta del dormitorio de _____ poco después de las ocho. Ella sabía que él llevaba una hora despierto, haciendo ejercicio en el gimnasio del tercer piso.

-Entra. - Gritó ella.

-Buenos días... - Saludó Aidan con una toalla al cuello. - ¿Quieres que le pida a Finn que traiga el desayuno? -

-No, prefiero bajar. -

-Deja que Finn se ocupe de ti... - Insistió él, acercándose a la cama antes de que ella pudiera levantarse. - ¿Por qué no conservas tus energías? -

-¿Para que, para la siesta? - Sonrió _____ bromeando.

-Bueno... la verdad es que hoy había pensado que fuéramos de boda, si no estás demasiado cansada. -

-¿Te refieres a nuestra boda? - Preguntó _____ abriendo enormemente los ojos. - ¿Nos casamos hoy? -

-No hay razón para esperar, ¿No crees? -

-No, ninguna. - Se encogió ella de hombros. - Está bien, vayamos. -

-Estupendo. - Contestó él yéndose. - Le pediré a Finn que traiga el desayuno y que te ayude a elegir el vestido. -

[...]

Dos horas más tarde, _____ estaba sentada en un banco, en el pasillo frente al despacho del juez de paz. Finn estaba sentado junto a ella, mientras Aidan caminaba nervioso de un lado a otro.

-Estás preciosa... - Comentó Finn. - El vestido color marfil ha sido una elección muy acertada.  -

_____ sonrió sin dejar de observar a su futuro marido, que parecía mucho más nervioso de lo que hubiera debido, teniendo en cuenta que era él quien la había convencido a ella, precipitándola en aquella situación.

-Jamás esperé casarme con este conjunto cuando me lo compré. -

-Oh, Dios mío, ¡pero si faltan las flores! - Exclamó Finn poniéndose en pie y corriendo al lado de Aidan. - Voy a comprar flores. No pueden casarse sin flores. -

-Pues trae una cámara de fotos de paso, una de esas de usar y tirar, por favor. - Contestó Aidan. - Ya lo has oído, no podernos casarnos sin flores. - Murmuró en dirección a _____, cuando Finn se hubo marchado.

-¿Quieres apostar? - Bromeó _____. - Es curioso salir a la calle, después de tanto tiempo en la cama. -

-No puedes imaginarte lo aliviado que me siento de verte repuesta al fin. - Comentó el castaño, sentándose a su lado, en el lugar en el que había estado Finn, estrechándola en sus brazos.

-Tanto como yo, supongo. Cuando planeé quedarme embarazada, no se me ocurrió que pudiera tener problemas. Tengo que volver al trabajo. -

-Es posible que tengas que seguir con un horario un poco distinto del habitual, cuando vuelvas al trabajo, ¿sabes? -

-¿Un horario distinto? -

-De media jornada, hasta que el médico diga lo contrario. - Explicó. - Los embarazos múltiples presentan más riesgos que el resto. -

-En cuanto se me pase esto, estaré bien... - Afirmó _____ negándose a creer lo contrario.

Ella se sentía incapaz de abandonar la galería. Había puesto mucho empeño en llegar a donde estaba, y no quería verlo en peligro.

Finn regresó con las flores y los hizo posar para tomar fotos. Finalmente, la puerta del juzgado se abrió. Por ella salió una pareja, seguida de los invitados, _____ tragó, nerviosa, y Aidan la tomó de la mano guiándola dentro.

La ceremonia no duró mucho, _____ deslizó el anillo en el dedo de Aidan con manos temblorosas, y así seguía temblando, cuando él hizo lo mismo. Las manos de Aidan, en cambio, permanecían serenas, cálidas. Ella rodeó con el brazo mientras pronunciaban los juramentos. Cuando la besó, lo hizo brevemente, pero la suave presión de sus labios y el rápido lametón de su lengua la excitó.

Tras la ceremonia, _____ miró a Aidan. ¿Sería posible que él fuera realmente su marido?

Los ojos de ambos se encontraron, y _____ vio en los de él la ternura y la seguridad que tanto había anhelado. Tenía tanto miedo de que aquel matrimonio fuera un error, de que él se arrepintiera... Le daba pánico que Aidan pensara sólo en Daniela, mientras se casaba con ella. Sin embargo, mientras firmaban, la expresión de su rostro era de felicidad, de confianza. Finn hizo más fotos y lanzó unas cuantas flores al aire, al salir del juzgado.

Aidan la llevó al auto y al llegar a casa, la hizo recostar nuevamente en la cama. Sola, tal y como había prescrito el médico.

Aquel día apenas se parecía al que ella había imaginado, cuando soñaba que algún día se casaría. Sin embargo era la boda perfecta, porque era con Aidan con quien se casaba.

[...]

A la semana siguiente _____ acudió de nuevo al médico. Tal y como Aidan había predicho, ella comenzó a impacientarse, en cuanto se encontró mejor. Le rogó a él repetidas veces que la llevara a la galería, pero él se negó, esperando el consentimiento del doctor. El médico pareció satisfecho ante la mejoría. Le permitió trabajar tres días a la semana, a media jornada únicamente, hasta la siguiente visita, dos semanas más tarde.

-¡Pero si ya me encuentro bien! - Protestó _____.

-Sí, pero no quiero precipitar las cosas. Esperemos a que pasen las doce primeras semanas de embarazo y a suprimir la medicación. Entonces hablaremos. -

-Para entonces mi negocio estará en la bancarrota... - Murmuró _____ mientras volvían al auto.

-De ningún modo, Penny está haciendo un buen trabajo, te lo aseguro. No te miento. - Contestó.

-Sí, pero ya he tenido que cancelar dos citas en el banco, y quién sabe cuándo conseguiré otra... -

-Estarás en forma antes de lo que imaginas, pronto te concederán el crédito. - La animó. _____ permaneció en silencio, y tras unos instantes él volvió de nuevo la vista hacia ella. Su labio inferior temblaba. - Qué ocurre? -

-Nadie me necesita, ni siquiera soy necesaria en la galería... - Contestó _____ compungida.

Él la necesitaba, pensó Aidan, a punto de decírselo. Sin embargo logró controlarse a tiempo y contestar, en cambio:

-Sí eres necesaria, Penny no tiene la experiencia ni la habilidad necesaria para tratar con artistas. Y menos aún tiene tu ojo, para comprar y exponer la mercancía, o saber qué va con qué. Las ventas no han bajado, pero eso es porque los objetos son únicos, y fuiste tú quien los seleccionó. - Respiró hondo. - Tienes una magnífica ayudante, organizada y eficiente, y pronto podrás volver a hacer lo que más te gusta. Y en cuanto vuelvas, hundirás a la competencia. -

_____ no dijo nada, pero su labio siguió temblando. Aidan no sabía qué más decirle, de modo que se concentró en el tráfico. Por fin ella suspiró, y añadió:

-Detesto tener que admitirlo, pero estoy agotada. Será mejor que me acueste en cuanto lleguemos a casa. -

-Hoy lo has hecho muy bien. - Aidan le sonrío. - Y mañana estarás mejor aún... -

-Mañana; - Repitió _____. - Iré a trabajar media jornada. -

𝐔𝐧 𝐇𝐢𝐣𝐨 𝐓𝐮𝐲𝐨 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐. 𝓖.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora