𝐔𝐧 𝐇𝐢𝐣𝐨 𝐓𝐮𝐲𝐨 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐. 𝓖.)

ＸＶ

Tres semanas más tarde, una mañana de sábado, Aidan llevó a _____ a su apartamento. Era la primera vez que volvía desde su estancia en el hospital.

-Mete en la maleta lo que creas más necesario, de todos modos pronto necesitarás ropa nueva. - Dijo Aidan.

_____ se miró el vientre. No tenía a nadie con quien compararse, pero estaba segura de que cualquier mujer embarazada de un solo bebé tenía menos barriga. Sólo llevaba nueve semanas embarazada, y apenas le cabía ya ningún pantalón.

-Haré una maleta con lo más necesario, y dejaré otra preparada para que me la lleves cuando puedas. -

-Deja a una lado las cosas que quieras conservar. El resto me ocuparé de venderlo. -

_¡Pero mi alquiler está pagado hasta Julio! —protestó _____. - Prepararé lo que quiero llevar, y dejaremos aquí el resto. Subarrendaré el apartamento. Siempre es más fácil, si está amueblado. -

-Está bien, yo me ocuparé de todo. -

-De acuerdo, entonces... - Accedió _____ mirando a su alrededor. - Supongo que no necesito llevarme gran cosa. Dejaré los muebles. ¿Por qué no vas al trastero mientras hago la maleta? Está en el sótano. Tengo allí tres cajas en un rincón, con cosas que guardé de mi madre cuando murió. -

-Bien... - Dijo él tomando la llave que ella le ofrecía, y agarrándola después de las caderas, para estrecharla contra sí. - ¿Y qué te parecería si me dieras un incentivo, a cambio? - _____ sintió que el corazón se le aceleraba. El cuerpo de Aidan, contra el suyo, estaba excitado, le infundía calor. ¿Se daba cuenta Aidan de cuánto lo deseaba? ______ alzó los brazos y lo agarró por los hombros.

-Eso es fácil. - Aidan la miró con ojos brillantes, verdes y desafiantes. De pronto ella comprendió lo que significaba esa mirada. El había iniciado todos los besos, todos los acercamientos entre los dos. Era su turno. Lentamente, _____ se puso de puntitas. Apenas se daba cuenta de que temblaba, mientras atraía la boca de Aidan hacia ella. Presionó sus labios contra los de él. Su boca era dura, firme, pero inmediatamente se suavizó al tocarla. Los brazos de él la estrecharon, rodeándola mientras _____ se aferraba a él y enredaba los dedos en sus cabellos. Aquel beso casi hizo salir chispas. Aidan profundizó en él, la sorprendió. _____ jadeó y él aprovechó el momento para deslizar la lengua dentro de ella, haciéndola arquear la espalda. La besó interminablemente, deslizando después los labios por el cuello hasta la oreja. _____ tembló al sentir que le mordisqueaba el lóbulo. De pronto una ola de deseo la embargó por entero. _____ presionó el vientre contra él con firmeza, arqueando aún más la espalda. Él estaba excitado, muy excitado. Dentro de ella comenzaba a surgir un vacío, que insistía en obtener satisfacción. Pero Aidan se apartó de ella lentamente, finalizando aquel beso. Su aliento entrecortado rozaba aún su piel, mientras alzaba la cabeza.

-Wow.... - Exclamó él con una mirada intensa. -Me imagino que lamentarás haber iniciado esto. -

-No, no lo lamento. Lo que lamento es que no podamos continuarlo. - Contestó ella.
Él guardó silencio. Tardó cinco segundos enteros en contestar con el ceño fruncido:

-Pues te ha costado una inmensidad, admitir que me deseas. -

-Ya ti te ha costado una inmensidad decidirte a hacer algo... - Se encogió de hombros _____. - Ambos se miraron por un momento, y finalmente Aidan soltó una carcajada, marchándose.

-¡Vaya pareja! - _____ permaneció unos instantes parada, en medio del apartamento. Aidan no había vuelto a tocarla de ese modo desde su estancia en el hospital. En lugar de ello, la había besado en la frente, había acariciado púdicamente sus hombros o había sostenido su mano como un buen amigo. Y lo era, ¿no? No, no era sólo eso, era su marido. Y _____ deseaba que la tocara como... como algo más que un amigo.