2.

206 21 1
                                    

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

▪▪▪

—"No has comido", —señaló a la mañana siguiente Melissa Burbank, amiga y compañera de habitación de Alexandra. —"Tampoco estabas en la habitación esta mañana. ¿Qué pasa?"

—"He dormido en otro sitio. No he dormido bien, y los ronquidos de Parkinson no han ayudado precisamente", —explicó Alexandra, jugando con su comida. Miró a Tom y Melissa soltó un grito ahogado.

—"Te has acostado con Tom",— sonrió Melissa. Alexandra se aclaró la garganta torpemente.

—"Definitivamente no lo hice", —se defendió.

—"Pero has mencionado que lo harías", —le guiñó un ojo Melissa. —"Así que definitivamente es una posibilidad".

—"Oh, deja eso, ¿quieres?".— Alexandra se sonrojó.

—"Está bien, está bien. Sabes, solías ser divertida antes de que te presentara a Tom. Ahora eres tan aburrida y seria como él últimamente".

—"Tú no me presentaste a Tom", —protestó Alexandra, haciendo que Melissa pusiera cara de confusión.

—"Sí que lo hice. El año pasado, ¿recuerdas?" —Preguntó ella. Alexandra comenzó a preocuparse, sin poder recordar cuándo o cómo conoció a Tom. —"¿En Pociones?"

—"Claro, sí",— se rió Alexandra, quitándose de encima su evidente olvido.

—"No tienes ni idea, ¿verdad?".

—"Para nada", —resopló, dejando caer el tenedor con enfado. —"No sé qué me pasa. Hace días que tengo una extraña sensación de vacío. No he dormido, no he comido y ahora se me olvidan las cosas. Creo que me estoy volviendo loca".

—"Podrías estar cayendo enferma", —frunció el ceño Melissa. —"Quizá deberías ir al ala del hospital. Yo te acompaño".

—"Supongo que tienes razón",— suspiró Alexandra, levantándose de su asiento y ganándose la atención de Tom. Al principio no se preocupó mucho por su ausencia hasta que ella no asistió a clases. Su preocupación aumentó, pero aun así, tenía cosas mucho más importantes de las que preocuparse.

Alexandra pasó la noche en el ala del hospital, preocupada por su salud pero agradecida por la ausencia de ronquidos que le permitieron conciliar el sueño.

Alexandra, sin embargo, no durmió tranquila. A lo largo de la noche, Madame Lilith la encontró dando vueltas en la cama, sudando, llorando e incluso gritando. Al despertarse, Alexandra no recordaba qué la había hecho actuar así. Lo único que recordaba era un mal presentimiento, pero eso no era necesariamente útil.

—"Afortunadamente no hay signos de enfermedad o juego sucio", — explicó Madame Lilith, entregándole un vaso a Alexandra. —"Esta es una Poción para Dormir sin Soñar. Cuando despiertes, volveremos a evaluar tu bloqueo de memoria".

Alexandra respiró hondo, tapándose la nariz mientras bebía la poción púrpura a regañadientes. Sin duda tenía mejor aspecto que sabor.

Inmediatamente después de dejar el vaso, Alexandra se sumió en un sueño feliz e ininterrumpido. Horas después, las puertas dobles se abrieron y Tom entró en el ala del hospital.

—"La señorita River no acepta huéspedes en este momento", — protestó Madame Lilith, pensando que era bastante obvio dado el hecho de que estaba dormida.

Tom cruzó las manos detrás de la espalda, mirando a Melissa que ya estaba sentada al lado de la cama de Alexandra. Madame Lilith resopló, permitiendo la visita y volviendo con otra paciente.

4. Holding onDonde viven las historias. Descúbrelo ahora