4. Holding on

10.

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En 1992, Harry Potter estaba sentado en su cama con el diario de Tom Riddle en las manos.

—"¿Qué pasa?"— preguntó Ron.

—"Fue Hagrid. Hagrid abrió la Cámara de los Secretos hace cincuenta años. ¿Dónde está Hermione?"— preguntó Harry apresuradamente, como si tuviera algo aún más importante que decir.

—"En la sala común".

—"Vamos", — animó Harry, saltando de la cama y bajando las escaleras a toda prisa. Rápidamente encontró a Hermione, y esperó no ser el único particularmente intrigado por un nombre extrañamente familiar que oyó pronunciar a Tom Riddle en el flashback. —"¿Te suena el nombre de Alexandra River?".

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—"¡Alexandra River!"— llamó Melissa, allá por 1943. Se acercó a su amiga, con el baúl en una mano y la jaula de la lechuza en la otra.— "¿De verdad creías que podías salirte con la tuya sin despedirte?".

—"No me gusta que todo el mundo se vaya",— resopló Alexandra. —"Debería habérmelo pensado dos veces antes de decidir quedarme sola en un castillo enorme".

—"Evitarlo no evitará que suceda", —afirmó Melissa. —"Además, no estarás sola. Algunos profesores se quedan, y tendrás a Tom".

—"Seguro que seguirá evitándome", —frunció el ceño Alexandra. —"De todas formas es culpa mía que esté enfadado".

—"No digas..."

—"¿Mencionó Avery por qué Tom decidió quedarse en el último minuto?" —Preguntó, cambiando ligeramente de tema. —"No es el tipo de persona que toma decisiones no planeadas".

—"Tal vez lo hizo porque sabía que te molestaría", —bromeó Melissa. —"Mira, como vais a estar solos, tienes que jurar-".

—"Te haré saber si su comportamiento es preocupante", — rió Alexandra. —"Te lo prometo."

—"De acuerdo", —sonrió Melissa, colocando sus cosas en el suelo. —"Te escribiré todo lo que pueda".

Alexandra abrazó a su amiga, apartando por un breve instante su ligero temor a acompañarla mientras le deseaba lo mejor para sus vacaciones de verano. Melissa hizo lo mismo, deseando en broma que su amiga también sobreviviera.

A Melissa no sólo le preocupaba que su amiga pudiera resultar herida, sino también que los sueños de Alexandra fueran mucho peores cuando no tuviera tantas distracciones. Era cierto que eran mejores cuando pasaba su tiempo libre con Tom en vez de sola, pero con Tom sin hablarle y sin tareas escolares que la mantuvieran ocupada, fácilmente podría volverse loca de nuevo.

Lo que Melissa no sabía, sin embargo, era que Alexandra había estado manteniéndose ocupada estudiando astronomía. Cada vez le interesaban más las constelaciones. Más concretamente, la constelación de Draco.

Desde que Alexandra reaccionó con tanta fuerza a la palabra "Draco", supuso que debía de tener una importancia significativa para ella. Necesitaba saber por qué, así que estudió todo lo que pudo sobre el nombre y su significado. Por desgracia, no encontró nada.

No tenía ni idea de qué podía estar causando su repentino y antinatural aumento de emociones hasta que trasladó sus estudios al pasado. Con sus sueños rondando en el fondo de su mente, no pudo evitar relacionarlos con lo que había leído sobre los peligros conocidos de viajar en el tiempo. Por primera vez, las cosas empezaron a tener sentido.