4. Holding on

9.

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Era trece de junio y los O.W.L. por fin habían pasado, pero ahora los alumnos de Hogwarts tenían cosas mucho más importantes de las que preocuparse.

Tom estaba en la puerta de la Sala de los Menesteres, mirando fijamente a Alexandra, sentada en el suelo frente a la chimenea con una manta que la envolvía por completo, cubriéndole incluso la cabeza. Entre el crepitar del fuego, Tom podía oír los silenciosos ecos de sus mocos.

—"No te quiero aquí", —dijo Alexandra, después de oír la puerta abrirse y cerrarse.

—"Si no querías que te encontrara, no me habrías dejado entrar", —señaló Tom, caminando hasta situarse junto a ella. Era reacio a sentarse en el suelo, pero lo hizo de todos modos. —"Aunque sea cierto que no deseas verme, es obvio que deseas compañía".

—"Cambio de opinión", —argumentó ella, bajando la cabeza.

—"Estás dolida", —afirmó Tom, sin obtener respuesta. —"No deberías estar aquí sola, especialmente con los estudiantes siendo atacados y ahora la chica-".

—"No actúes como si te importara, especialmente yo. No puedes preocuparte por alguien que ni siquiera te gusta".

—"Yo-"

—"No digas que me toleras", —interrumpió Alexandra. "Es patético".

—"Tú eres patética", —afirmó Tom, ganándose su atención.— "Te estás escondiendo, llorando hasta que te duelen los ojos sin ninguna razón en particular, y arriesgando tu vida al rechazar mi muy educado gesto de hacerte compañía simplemente porque no digo que me gustas".

—"No te entiendo", —argumentó Alexandra, volviéndose finalmente hacia él. El resplandor del fuego acentuaba el enrojecimiento de sus ojos y las vetas de sus lágrimas, viejas y nuevas. —"Un día me amenazas para que nadie se entere de que pasamos tiempo juntos, ¿y ahora esperas que me crea que de verdad te importa si vivo o muero? No te importa nada en este mundo aparte de ti mismo".

Alexandra quería que Tom se quedara, pero se negaba a admitirlo. En lugar de eso, mantuvo los ojos fijos en la llama que tenía delante mientras escuchaba los pasos de Tom alejarse y la puerta abrirse y cerrarse una vez más. Sus ojos permanecieron fijos en las llamas durante lo que le parecieron días, hasta que su lechuza apareció en la habitación con una carta del director.

—"Buenos días, señorita River. Gracias por reunirse conmigo tan temprano. Me temo que estaré bastante ocupado el resto del día", — sonrió Dippet, indicándole a Alexandra que se sentara. Ella lo hizo, todavía preguntándose cómo su lechuza la encontró en una habitación que técnicamente no existe.— "Te he llamado para hacer un seguimiento de tu petición de permanecer en Hogwarts durante las vacaciones de verano. ¿Siguen siendo esas tus intenciones?"

—"Sí, señor", —respondió Alexandra secamente, agotada por no haber dormido la noche anterior. —"Supongo que ha sido denegada debido a los recientes acontecimientos".

—"Me complace informarle de que es todo lo contrario. Su petición ha sido aceptada", —explicó Dippet, sorprendiendo a Alexandra. O su director le estaba tendiendo una trampa para matarla, o el monstruo que atacaba a los alumnos había sido capturado. Esperaba que fuera la segunda opción.— "Te alegrará saber que el culpable de estos ataques ha sido identificado".

—"¿Los habéis capturado?" —preguntó Alexandra, dejando escapar un suspiro de alivio.

—"En realidad, fue el señor Riddle quien pudo identificar y delatar al atacante".

—"Claro que lo fue", —se burló Alexandra. —"Seguro que él también está contento, ahora que también puede quedarse todo el verano".

—"No sabía que deseaba quedarse", —afirmó Dippet, mirando un pequeño montón de papeles que tenía sobre el escritorio. —"Parecía bastante preocupado cuando mencioné el cierre de la escuela, pero no me ha comentado su deseo de quedarse".

—"Oh", —dijo Alexandra en voz baja, ligeramente avergonzada. —"Bueno, gracias por aceptar mi petición, director".

—"De nada, querida. Ahora, ten en cuenta que si se descubre que el atacante no ha sido realmente capturado, la aceptación tendrá que ser revocada por tu seguridad, y no tendrás más remedio que volver a tu casa. ¿Queda entendido?"

—"Sí, señor", —asintió Alexandra. —"Gracias de nuevo".

Alexandra no pudo evitar sentirse confusa al salir del despacho del director. Nunca esperó que su petición fuera aceptada, y mucho menos que lo fuera el día después del asesinato de un estudiante. Había muchas preguntas fluyendo por su cabeza, pero sobre todo tenía curiosidad por saber cómo era posible que Tom hubiera descubierto al atacante entre el momento en que hablaron anoche y ahora.

—"¿A qué juego estás jugando?" —Le preguntó enfadada, acorralándolo cuando salía del Gran Comedor. Él permaneció en silencio.— "¿Cómo es posible que hayas atrapado al monstruo tan fácilmente sin quedar paralizado o asesinado como los demás? ¿Esperas que me crea que te ha librado sin más?".

—"Lo único que importa es que el monstruo ha sido capturado, y puedes quedarte en Hogwarts durante el verano",— afirmó Tom, intentando alejarse pero siendo detenido por Alexandra al agarrarle del brazo una vez más. Su puño se cerró como reflejo de la conmoción que recibió en el brazo, pero no tenía ningún deseo de hacerle daño.

—"¿Por qué? " — preguntó ella, con la voz entrecortada. —"¿Por qué...?"

—"¡Alexandra!"— Melissa llamó, jurando que había oído a su amiga a la vuelta de la esquina. —"Dejaste tu-"

Melissa hizo una pausa, encontrando a Alexandra pero dándose cuenta de que había interrumpido una conversación aparentemente intensa. Vio como Alexandra soltaba su mano del brazo de Tom, y este se retiraba rápidamente sin decir una palabra.

—"Lo siento",— se disculpó Melissa. Alexandra negó con la cabeza.

—"No pasa nada",— suspiró, intentando cambiar de tema antes de que Melissa hiciera alguna pregunta. — "Dippet aprobó mi petición de quedarme todo el verano".

—"Eso es genial", —sonrió Melissa. —"¿Tom también se queda?".

—"Aparentemente no lo ha pedido", —Alexandra se encogió de hombros, cediendo de mala gana a la inevitable línea de preguntas de Melissa. —"Pero, por alguna razón desconocida, estaba tan preocupado por que la escuela siguiera abierta que salió y atrapó al maldito monstruo".

—"Seguro que disfrutó de todos los aplausos",— se burló Melissa, poniendo los ojos en blanco. —"¿No supondrás que lo hizo porque sabía que no podrías quedarte si el colegio cerraba?".

—"¿Tom Riddle haciendo algo por el bien de otra persona? Lo dudo. Estoy segura de que planeaba quedarse y aún no se lo ha pedido. Definitivamente tiene más sentido que a él le importe un bledo dónde paso el verano".

—"Realmente creo que le importas",— admitió Melissa, no gustándole que sus acciones desacreditaran por completo su teoría anterior. —"Incluso Avery está de acuerdo en que nunca ha prestado más atención a una sola persona en su vida que a ti".

—"Bueno, seguro que tiene una extraña forma de demostrarlo".

—"Es un chico extraño",— Melissa se encogió de hombros. — "Tú lo sabes mejor que nadie".

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