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—"Al menos nuestra primera noche aquí será memorable", — bromeó Alexandra, intentando aliviar la tensión mientras entraban en la casa de campo. Tom, visiblemente enfadado, siguió cojeando por la casa hasta llegar al dormitorio. Alexandra suspiró, siguiéndole.
—"Podrías haberle matado",— afirmó.
—"Creía que te había matado", —se defendió Alexandra. Tom se burló. —"¿Qué?"
—"Perderme a mí no es excusa para perderte a ti misma", —argumentó Tom.
—"Yo sólo quería..."
—"¿Venganza?"— preguntó. Alexandra permaneció en silencio. —"Si lo matabas, te convertirías en la persona que tanto intentaste convencerme de que no era después de que matara a esa chica y a mi padre. Todo lo que representabas, todo por lo que luchaste no significaría nada".
—"Estaba tan enfadada",— gritó Alexandra, incapaz de desprenderse de ese sentimiento.
—"Es comprensible. Soy lo mejor que te ha pasado en la vida", —bromeó Tom, su enfado anterior parecía desvanecerse rápidamente. Alexandra, como él esperaba, le golpeó en el brazo.
—"¿Cómo puedes bromear ahora?"
—"Ya hemos establecido en varias ocasiones que no soy el mejor expresando ciertas emociones",— explicó Tom, tirando de Alexandra en un abrazo en un intento de ayudarla a relajarse. Se sentía culpable por hacerla sentir así, pero necesitaba dejar claro su punto de vista y no sabía cómo hacerlo si no era siendo descaradamente sincero con ella.— "Lo siento.
—"No, tienes razón",— aceptó ella, asegurándose de no abrazarlo demasiado fuerte. —"Gracias por cuidarme".
—"Siempre lo haré",— le aseguró Tom. —"Todo lo que hago, lo hago pensando en ti".
—"Eso que dices es muy dulce para alguien que no sabe expresar sus emociones",— sonrió levemente, poco a poco cada vez más relajada en los brazos de Tom. —"Vamos a la cama, ¿sí?"
—"No hay necesidad de apresurarse. Ni siquiera has visto el lugar todavía",— sonrió Tom, tomándola de la mano y llevándola alrededor de la casa de campo. No tenían muchas cosas, así que la casa estaba casi vacía, aparte de los pocos muebles que les habían proporcionado amablemente. Aun así, ya se sentían como en casa.
—"Me encanta",— sonrió Alexandra. —"Es perfecto.
—"Dumbledore no esperó mucho para enviarnos un regalo", —explicó Tom, sacando una caja de debajo de la cama.— "Pensé en esperar a que lo abrieras".
—"Yo no lo consideraría del tipo sentimental",— se rió Alexandra, abriendo la caja relativamente grande para encontrar dos cajas más pequeñas etiquetadas con sus nombres.— "¿Venía con una nota?"
—"No",— respondió Tom, sacando su caja. Alexandra hizo lo mismo, demasiado concentrada en su contenido como para mirar la de Tom. Levantó la tapa y se encontró primero con una fotografía en blanco que parecía quemada por los bordes. Debajo había un gorro de punto con una F cosida en la parte delantera. Junto al gorro, había una sencilla corbata negra. El último objeto era un libro que conocía muy bien: Viajes en el tiempo: Una teoría. Lo abrió, esperando ver páginas con sus notas y garabatos, pero no estaban allí. En su lugar, el centro de las páginas estaba cortado para formar un agujero que contenía nada menos que el giratiempo de Dumbledore. Por último, debajo de todos los objetos, había una nota.
A lo largo de nuestras vidas, hay caminos que se abren ante nosotros. Estos caminos son el resultado de las decisiones que tomamos, tanto si las consideramos importantes como si no. Sin embargo, algunas de esas decisiones no las tomamos nosotros, sino por nosotros. Nuestro futuro, por tanto, está determinado por si decidimos aceptarlas o no. Ahora te toca a ti tomar esa decisión cuando llegue el momento. Aprenderás que nada es imposible si tu corazón está en el lugar correcto, y que el amor es mucho más poderoso de lo que te han hecho creer.
—"Nunca lo entenderé", —dijo Alexandra en voz baja, guardando todo en la caja y cerrándola. Sabía que los objetos tenían un significado, pero Dumbledore lo había dicho: ella no tenía por qué aceptarlo. —"Un maldito salero habría bastado, pero, claro, tiene que ir él y retorcerlo todo hasta volvernos locos".
—"Relájate",— afirmó Tom, bajando su caja para poder ponerle las manos sobre los hombros.— "Podemos tirarlo todo por la mañana, vamos a la cama".
—"¿No quieres saber lo que había en mi caja?"
—"Si se parece en algo a lo que había en la mía, yo no diría que sea necesario mostrarlo y contarlo",— Tom sonrió ligeramente, besándole la frente. —"No dejes que sus tontos juegos te molesten".
—"Deberías saber que es más fácil decirlo que hacerlo", — suspiró Alexandra.— "Ojalá supiera lo que pasa por su cabeza".
—"Probablemente ni siquiera sabe lo que pasa por ahí arriba", — Tom soltó una ligera risita.— "Lo siento por los chicos que tienen que lidiar con él como Director. Lo sentiré aún más si uno de esos niños es nuestro".
—"Yo no hablaría tan mal de él, puede que sea nuestro jefe dentro de cinco años", —sonrió Alexandra.— "Conociendo nuestra suerte, el cabrón nunca morirá y nos quedaremos con él para siempre".
—"Preferiría no tener pesadillas en nuestra primera noche aquí".
—"Diría que no tenemos que dormir, pero estoy bastante agotada por haberte salvado la vida",— bromeó Alexandra, riéndose cuando Tom puso los ojos en blanco. —"Te lo tendré en cuenta al menos durante los próximos días".
—"No espero menos".
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4. Holding on
Random¿Qué habría sido de Alexandra River si Tom Riddle no la hubiera enviado de vuelta a 1996? Secuela de la serie 'touch' Traducción Autorizada por : @modern-july