—¡Bienvenidos a la estación terminal Floz el siguiente transporte sale dentro de poco, en la vía cinco!
El ladrón volteo rápidamente hacia una tarima, un hombre de vestimenta rojas y boina agitaba una campana mientras boceaba información.
—Demonios, me adelantaré, voy a comprar los boletos, ya regreso.
Aunque los chicos nuevos solo miraban con sorpresa el edificio de concreto y colores vividos, los coloridos vidrios pintaban el interior de diferentes colores gracias al sol.
—Es más impresionante de lo que pensaba —Laia jugaba haciendo sombras donde pegaba el sol ignorando completamente sus alrededores.
—Es cierto, el diseño es más actual de lo que pensaba, me imaginaba algo muy medieval o algo así.
—Aquí han venido varios viajeros y reencarnados, han influido bastante en nuestra vida cotidiana, maquinarían, agricultura, educación, sistemas políticos, mucho está basado en cosas de su mundo.
—La verdad se nota el toque de nuestro mundo, esto me recuerda a una estación de trenes antiguas, de cuando yo era joven.
—Tampoco eres tan viejo papa. —La chica le recrimino el comentario —Oye Laia ¿no crees que será incómoda la carreta dónde iremos? En la cultura popular siempre las pintan super cómodas, pero sé que eran una porquería.
—Si la verdad será incómoda, siempre están hechas de madera, tal vez nos dé ganas de vomitar.
—A Gael le hubiese gustado a pesar de todo.
Las dos chicas permanecieron en silencio, el ruido del lugar ahogaba los ligeros intentos de ánimos de Rubén, el proceso seria lento, pero algún día superarían ese trauma, por los momentos, se permitían llorar todo lo que quisieran.
—Oigan, Lad se está tardando —La armadura viviente masticaba un alimento chicloso al lado de ello, lo que impresionaba era que no emitía casi ningún ruido.
—¡Como haces eso! —Cloe salto hacia los brazos de su padre abrazándose a él, puede que el susto de Virtuosa la haya sacado del modo depresivo por segundo.
—¿Que?
La chica de las runas se quedó en silencio unos segundos procesando la absurda pregunta.
—Olvídalo, por cierto, me mata la curiosidad ¿a dónde se va toda la comida que ingieres?
—¿Como que a dónde se va? A mi estómago obvio.
El silencio no se hizo esperar, la expresión de confusión en el rostro de los chicos era increíble.
—Pe-pero ¿Tienes estómago?
—Claro, que tengo, ¿ustedes no? —Su casco brillo, reflejando una pequeña bengala de color morado— Lad está de aquel lado, vamos.
—¿Desde cuándo las armaduras vivientes tienen estómagos?
—No lo sé papa...no lo sé
—¿Como es que usted sabe de eso señor Rubén?
—Las armaduras vivientes han existido por mucho tiempo en la literatura. —Los tres se apresuraron en perseguir a Virtuosa sea lo que sea.
Cada vez que se acercaban al lugar de la bengala los gritos iban incrementando, los pasos de Virtuosa se volvieron más pesado para anunciar su llegada, un poco más adelante Lad está teniendo una gran pelea, su mano agarraba firmemente su arma a punto de desenfunde, pero la situación hacía notar que él iba perdiendo.
—¡Le estoy diciendo, esa carne está más jugosa, deme esa!
—¡Chico, si no paras de discutir te saco de mi negocio! —Al otro lado de un mostrador, un gran hombre levantó un muy afilado cuchillo.
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El Laberinto Eterno: Aventuras en un mundo laberintico
FantasiUna biblioteca es aburrida, ¿cierto? Cierto día, un grupo de cuatro personas son arrastrados a un mundo nuevo sin saber el porqué, una extraña entidad les advierte que debe acabar con los peligros que acechan al mundo si quieren cumplir con su deber...