Capítulo 48: Almacén siete

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"Dios, tardamos media hora en volver aquí porque tu culo estúpido no sabía girar a la derecha."

"¡No es mi culpa que seas una mierda dando direcciones! ¿Qué coño significa "en la siguiente calle" en una intersección?"

"No sé, ¡en la siguiente puta calle listo!"

"¿Derecha o izquierda, cocinero de mierda? ¿Qué coño se supone que tengo que hacer, descifrar tu mierda como un código?"

"¡Lo que se supone que tienes que hacer es abrir los oídos y escuchar, estúpido Marimo!"

Barty gime entre ellos, y los dos bajan la mirada, haciendo una pausa en sus bromas. Estaba volviendo en sí, pero aún vagaba sin rumbo entre sus conciencias. Levantandolo con un gruñido, Sanji levanta la barbilla hacia la puerta de su dormitorio.

"Oye, ¿cuál es tu código? ¿O tienes la llave?"

Barty hace un gesto vago hacia su bolsillo trasero, y Zoro rebusca para encontrar una elegante llave plateada. Con un poco de esfuerzo, la empuja a través del pomo y éste se abre con un suave clic, revelando la desordenada habitación interior. Sanji atraviesa la puerta en primer lugar, seguido de Barty y Zoro en la retaguardia. Una vez situados dentro, Zoro cierra la puerta de una patada y ayuda a Sanji a tumbar al hombre en su cama abuhardillada.

"Joder..." Barty hace gárgaras mientras se estira en el colchón. "Dios, mi cabeza..."

"Traele agua", ordena Sanji mientras empieza a despojar al hombre de su ropa. "Seguro que la necesita".

Zoro asiente sin rechistar y se dirige a la pequeña cocina, abriendo la nevera y sirviéndose un vasito de agua. "Luffy tampoco está aquí", murmura mientras cierra la nevera y le da la taza a Sanji. "Me pregunto adonde habrá ido".

Sanji se encoge de hombros y le da el vaso a Barty. El hombre apenas puede agarrar el objeto, y mucho menos dar un sorbo. Frustrado, el rubio le acerca la curva del borde a los labios y Barty traga con gratitud.

"No lo sé", dice Sanji, dejando la taza en la mesita, "pero cuando lo encuentre, le daré un sermón sobre cómo no se abandona a los amigos en mitad de la noche".

Zoro resopla, tomando asiento en el escritorio de Luffy. "Uno pensaría que ya lo sabría".

"Sí", refunfuña Sanji. "Es raro, si te soy sincero".

Deja a Barty en nada más que sus calzoncillos y lo mete en la cama, haciendo todo lo posible para cubrir cada parte de él. Está profundamente dormido en lo que parecen segundos. Sanji estudia su forma dormida por un momento, la preocupación arrugando su frente. "No podemos dejarle así. Está muy jodido, Zoro". Se gira con ojos preocupados. "Deberíamos pasar la noche aquí".

Zoro le mira pensativo. "Sabes, eres muy cariñoso cuando quieres".

"¿Qué?" Sanji se sonroja. "Siempre soy cariñoso".

Zoro se ríe entre dientes y se levanta, rodeándolo para sujetarlo ligeramente por los hombros. "Si eso es lo que quieres, a mí tampoco me importa quedarme".

"Gracias", respira Sanji, aliviado. "Seguro que agradecerá que alguien esté aquí cuando se despierte de su resaca o lo que quiera que sea esto".

"Cierto", asiente Zoro con facilidad. "Pero... ¿dónde dormiremos?".

Sanji mira la única cama vacía, luego a Zoro, y de nuevo a la cama con un sonrojo. "Sólo hay una cama...".

"Y nosotros dos", termina Zoro. Empieza a quitarse la ropa y Sanji casi grita al ver la piel expuesta. Ya habia visto al hombre practicamente desnudo antes, pero esto, estar en contacto tan cercano con el, era increiblemente diferente. Sanji observa embelesado como el hombre arranca la tela de la piel, los musculos se abultan con cada movimiento.

Dirty Red Feathers - LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora