Dirty Red Feathers - Lawlu

Capítulo 33: Mazo

Isla Dod, 17:05

Fábrica de SMILE

Sanji sintió que su dolor de cabeza crecía hasta alturas astronómicas.

"Zoro," sisea, trotando tras el hombre y arrastrándolo de vuelta al grupo. "Deja de irte cada tres minutos".

El peliverde frunce el ceño en su dirección, pero se deja llevar. "Todos tienen que caminar en línea recta. No es culpa mía que me sigan confundiendo".

"Con el debido respeto", Marco se anima desde detrás de ellos, "ni siquiera nos hemos movido, Zoro".

Zoro le lanza una mirada mientras Sanji suspira. "En serio, concéntrate. Tenemos un trabajo que hacer".

"Ya lo sé", suelta Zoro, separándose de Sanji y luchando contra el impulso irrefrenable de encontrar su propio camino hacia el edificio. "Es que están tardando tanto en abrir las puertas de la fábrica. Me estoy poniendo nervioso".

El bailarín rubio echa un vistazo al frente de su pelotón, donde Ivankov y otros oficiales discuten algo que parece importante. Estaban a unos minutos a pie en el bosque, y acababan de separarse de Luffy, Law y Sabo. El revolucionario rubio no bromeaba cuando dijo que la fábrica estaba a un paso tierra adentro. No tardaron más de un minuto y medio en llegar. La estructura se mezclaba bien con los arbustos de la isla, y estaba completamente oculta entre la vegetación a pesar de su proximidad a la playa.

Sanji levanta la barbilla para ver mejor la fabrica. Múltiples cilindros anchos e imponentes de acero liso les dan la bienvenida, y rejas rodean su exterior. Unas gruesas tuberías conectan varios de los edificios entre sí, y unas cuantas apuntan al cielo, por donde se escapa un gas incoloro a la atmósfera. Todo el lugar apesta a un olor ligeramente metálico, y Sanji se pregunta brevemente si es lo que Law ha estado oliendo en el Going Merry.

"Muy bien, todos", comienza Ivankov, volviéndose finalmente hacia los hombres que le siguen. "Si vamos a reunirnos con Sabo y los demás en la base en menos de dos horas, vamos a tener que ponernos a trabajar aquí pronto".

"¿Vamos a... entrar?". Marco frunce las cejas. "¿Sin más?"

El pelimorado se ríe. "¿Necesitamos presentarnos antes de destrozar el lugar?"

Sanji siente una punzada de fastidio en la nuca. "¿No hay nada de lo que debas advertirnos, o algo que debamos saber antes de irrumpir?"

Ivankov le dedica una sonrisa. "Se nota que sois muy fuertes por vosotros mismos. No hay mucho más que explicar cuando alguien dice 'destruid el lugar', ¿verdad?".

La expresión de Sanji se contorsiona. "Supongo que sí, pero..."

"Entonces no te preocupes, chico". Ivankov se acerca a la puerta principal y la examina. "Estaremos a vuestra espalda, apoyándoos a todos. Y yo estoy aquí. Esto debe hacerse rápidamente".

El rubio siente que una mano callosa le palmea el hombro. "No te preocupes, Sanji", sonríe Zoro, con un brillo travieso en los ojos. "Yo también estaré aquí, por si corres algún peligro".

Sanji hace caso omiso de los latidos de su corazón al oír su nombre y, en su lugar, recuerda cuando Zoro fue hospitalizado por hacer precisamente eso. Se encoge de hombros y mira a su compañero de baile con el ceño fruncido.

"No necesito eso de ti", gruñe Sanji, haciéndole un gesto con el dedo. "Céntrate en no perderte en cuanto pongas un pie en el maldito lugar, Marimo".

El brillo desaparece de los ojos de Zoro, que lo miran entrecerrados. "¿Quieres intentar decir eso otra vez, cocinero de mierda? Estoy intentando ayudarte".