CAPÍTULO 11

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"Poco a Poco "

Aysel

El cabrón del autobús me deja su casaca y se retira rápidamente, ¿será que dije algo malo?

No lo sé, simplemente sé que este día ha sido demasiado largo y más que cansada estoy molesta con esa arpía y su sequito enfermizo. Solo sé que si no hubiera sido por el cabrón del autobús estaría desnuda hasta altas horas en la ducha y probablemente alguien me hubiera encontrado de esa forma.

Qué vergüenza

....

Pasan exactamente unos 5 minutos y sigo debatiéndome en si me dirijo a clase o no, la razón de mi debate se debe a que llevo ropa de hombre y no es de cualquier hombre, es de Kayden Olsen el cual es muy conocido por nuestros compañeros y sobre todo por cierta chica que no duda en atacarme si me acerco a él.

Joder, estoy en problemas.

Sigo pensando cuando de repente una voz me hace salir de aquella batalla mental, haciendo que gire a la dirección de aquel sonido.

- ¡Oye tu nueva! – grita una voz que reconozco, es Elba.

- Hola – digo tímidamente.

- ¿Qué haces aquí? ¿por qué no estás en clase? – menciona con intriga, escaneando a la par mi vestuario.

- Me sentía un poco mal así que fui al médico – mentí

- Ohh, ya veo, pero linda el médico no está en está dirección, se encuentra al otro lado, pasando las canchas de futbol – menciona seria.

- Yo... yo lo sé, solo que iba de regreso a clase – dije algo nerviosa y tartamudeando

- Ohhhhh claaaaro, lo curioso es que te acabo de mentir, no tenemos canchas de futbol por acá – dice con una gran sonrisa de oreja a oreja tras descubrir mi mentira.

Carajo, me atrapó

Nos atrapó cariño

Cállate

- Si bueno yo... yo... no te incumbe que haga – dije molesta por la situación de tener que sentirme en un interrogatorio.

- Tranquila fiera, solo quería asegurarme de mis sospechas

- ¿Tus sospechas? ¿qué sospechas? – menciono nerviosa

- Te han vuelto a molestar ¿verdad?, fue ¿Miranda? – dice curiosa, haciendo que baje la cabeza automáticamente

- Levanta la cabeza fiera, no la agaches, nunca lo hagas- dice fuertemente- no permitas que otros te vean vulnerable, demuestra que puedes enfrentarlos así te estes cagando de miedo, ¿lo entiendes? – menciona tomando con la punta de sus dedos mi rostro, haciendo que lo levante y la pueda ver a los ojos.

Ella, su mirada, sus palabras, la fuerza de su voz ....

Me quede mirándola un buen rato, admirando su forma de ser, las cosas que me dijo jamás las había considerado porque nunca nadie me hizo entender que los abusos por los que pasaba no eran mi culpa, eran ellos quienes estaban corrompidos y dañados.

Y en ese momento lo supe, una parte de mi cerebro lo entendió, yo no era defectuosa, yo no tenía la culpa de que la gente me tratara mal, yo no tenía la culpa de que ciertas personas me odiasen, no es mi maldita culpa. Sin embargo, hoy entiendo estas palabras muy claramente, pero nada me asegura que más adelante terminaré odiándome nuevamente y creyendo que todo lo que me sucede se debe a mi y nada más que eso, mi mera existencia.

Tu y yo siendo un terrible comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora