CAPÍTULO 6

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"No siempre los trabajos en grupo son agradables"

 Aysel 

Llevamos calentando como por diez minutos, ya no siento mis piernas. En estos momentos nos encontramos estirando, el entrenador dio la indicación de sentarnos en el piso y jalar nuestro cuerpo lo más adelante que podamos.

- ¡Atención todos! – dice sonando el silbato para que le prestemos atención.

Todos nos encontramos en el piso con la mirada fija hacia el entrenador.

- A continuación, haremos equipo en parejas para el siguiente ejercicio – dice fuertemente – y ni siquiera se miren entre ustedes porque yo los agruparé, dicho esto muévanse hacia las bancas y cuando los llame sabrán quien es su compañero – musita y luego de un segundo sopla el silbato.

Que sonido para más insoportable. Lo sé

Me levanto al igual que todos y volteo para observar las bancas que es a donde se dirigen todos mis compañeros.

El lugar en donde nos encontramos entrenando es en una cancha de básquet, es inmensa, esto debe tener el tamaño de un estadio o tal vez exagere, pero realmente es grande.

Tomo asiento en las bancas y puedo detallar que estas han sido pintadas recientemente, pues siento el olor de la pintura penetrar mis fosas nasales.

Me senté en la esquina, estoy bastante alejada de los demás. La morena que me empujo conocida como Miranda, sigue observándome y murmurando con un grupo de amigos, me siento intimidada y rechazada a la vez.

No voy ni un solo día y ya me gané la atención de todos y lo peor es que no es de la buena.

Los alumnos van desapareciendo de las bancas cuando sus nombres son mencionados.

Me pierdo observando el techo del lugar, están unidos por miles de varas que se sostienen entre sí, cada una cumple una función. Estas saben a dónde pertenecen y encajan a la perfección, entonces ¿por qué yo no siento ninguna de esas dos cosas?

¿En verdad podré encajar en este mundo alguna vez? ¿podré sentirme parte de algo en algún lugar?

Mis pensamientos son interrumpidos pon una voz que dice mi nombre. Bajo la vista para observar quien me llama tan efusivamente y me topo con dos pares de ojos que salen de sus orbes, demostrando cierta ira y eso lo noto porque cuando dice mi nombre por tercera vez lo hace gritando demasiado fuerte.

Me levanto de golpe, sin embargo, noto que todos los alumnos me observan como si esto fuera un divertido espectáculo.

- ¡Ey tú nueva, muévete de una vez! – dice el entrenador, señalándome

Troto avergonzada hasta llegar a él, mientras me acerco puedo escuchar pequeñas y sutiles risas a mis espaldas.

Demonios.

Llego hacia el entrenador y me planto frente a él.

- ¿Es que no escuchas cuando te llaman? – menciona irritado y yo inclino la cabeza a modo de disculpas – Ve junto con tu compañero – musita más calmado y señala a la parte de atrás.

Alzo la vista para poder observar por detrás de su hombro y ahí está, Kayden conocido como el cabrón del autobús.

Mierda ¿por qué tenía que ser yo?

A mi me hace que te gusta esto

No es verdad

Yo creo que sí querida

¡¡¡Que no!!!

Bueeenoo, pero no grites

- Señorita Aysel Córdova, ¿necesita invitación o qué? – menciona el entrenador.

Joder me quedé parada, no me moví ni un centímetro.

Qué vergüenza.

Me muevo rápidamente para desaparecer del campo de visión del entrenador, cuando me aseguro de que este ni me presta atención, me acerco poco a poco a mi compañero.

Kayden me queda mirando todo el recorrido, no se descifrar su expresión con exactitud. Parece intrigado, pero a la vez no.

Llego hasta él y me paro a su costado, este no pierde de vista ninguno de mis movimientos, lo cual está empezando a incomodarme.

Estoy a punto de romper el silencio que nos está atando a ambos cuando de repente una mano se posa en mi hombro.

Volteo algo asustada y sobresaltada a la vez.

- Hola Aysel, ¿te importa si hablamos un momento? – dice la morena que anteriormente me empujo ni bien entré al gimnasio – Vamos no muerdo, no te importa si te la robo un momento ¿verdad cariño? - dice en dirección a mi compañero y hace demasiado énfasis en la palabra "cariño".

Supongo que si son novios ya que el no contradice la manera en cómo ella lo llamó, aunque ni me interesa.

Él no dice nada y se voltea evitando no solo a la morena que tengo al lado sujetando ya no mi hombro sino mi brazo. Me siento traicionada y no sé por qué ya que no esperaba nada de él.

La morena me aleja de la zona en donde me encontraba, no me aleja tanto, pero si lo suficiente como para que nadie nos escuche.

Me suelta bruscamente del brazo y yo acomodo mi ropa. Ella me observa de arriba hacia abajo, me escanea detenidamente al igual que yo.

Ella es un poco más alta que yo, capaz mide metro setenta no estoy segura, tiene el cabello atado en una cola y delgados mechones caen por su frente, tiene ojos grandes de color caramelo o café, no estoy segura. Lo acepto, es guapa pero su personalidad es todo lo contrario. Dejo de evaluarla ya que noto que me observa mucho tiempo así que decido hablar.

- ¿Qué deseas? – menciono algo indiferente pero nerviosa por dentro.

- Escúchame bien niña, ya te dije que Kayden es mi novio así que no quie...

- No me interesa tu novio – musito calmada – si eso es todo me retiro.

- Eres una zor...

No la dejé terminar y me doy media vuelta dejándola ahí parada, ella no dice nada, pero cuando giro un poco para verla me topo con su cara roja.

Joder sí que está molesta

Lo sé

Me encamino a donde está el compañero que lamentablemente me tocó, él no me ve en ningún momento y yo tampoco.

El entrenador hace sonar el silbato para que prestemos atención, ni bien escucho ese ruido molesto sé que será mi fin.

Es verdad cuando dicen que no siempre los trabajos en grupo son agradables o los mejores, eso pasó conmigo y el chico que tengo a mi lado, ni bien nos dejaron el primer ejercicio supe que no nos llevaríamos bien.

Llámenme dramática, pero es la verdad.  

Tu y yo siendo un terrible comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora