Final con Tengen. 🌹

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El albino se mostraba impaciente aún manteniendo esa sonrisa coqueta tan característica de él, frente a ti

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El albino se mostraba impaciente aún manteniendo esa sonrisa coqueta tan característica de él, frente a ti.

No podías responder, pues sentías la impaciente mirada de todos en ti.

Aquel peculiar varón alto y fornido se sentía un poco culpable, te había puesto nerviosa.

Posiblemente lo rechazarían. Sería un golpe duro a su orgullo y reputación de galán, pero si una dama le decía que no, era no. Uno de sus principios cómo buen hombre.

—Uzui-san... ¿Podemos ir a otro lugar?— cuestionaste, nerviosa.

Pronto este arqueó una ceja, cruzándose de brazos aún con el ramo de rosas rojas en su mano.

—¿Quieres más privacidad?—

Insinuaba algo más, lo que te provocó sonrojar. Todos los miraron boquiabiertos y este solo rió levemente, asintiendo.

—No te preocupes, sé que no te referías a eso.— aclaró y carraspeó, mientras dirigía su mirada a otro lugar.

Probablemente ese comentario la asustaría.

—¡Solo cállate y ven conmigo!— exclamaste y saliste de entre la muchedumbre, caminando rumbo al salón de artes.

—¿Por qué vamos a mi club?— preguntó, curioso.

Era el actual presidente del club de artes, pero sería su último año ahí, pues ya estaba rumbo a la universidad.

—¿No es obvio?, busco privacidad y que mejor que yendo a un lugar al cual casi no asisten.— dijiste, en un tono burlona. Le devolverías la vergüenza.

Bufó, y fingió no haber escuchado aquello.

Lo que no habías visto, era que tras de ti aquel joven alto iba haciendo pucheros, eso de que no asistían al club de artes le había dolido.

Era verdad que con su extravagancia asustaba a los demás.

—Como sea.— carraspeó, entrando al fin dentro de aquel amplio salón. —¿Y bien..?—

Preguntó, dentro de sí incrementaba su impaciencia.

Te balanceabas estando de pie, un poco nerviosa.

¿Cómo se suponía que debías aceptar una confesión?

Porque sí, debías aceptar que aquel extravagante chico había captado tu atención desde hace tiempo, y sin poder notarlo a tiempo, este se había convertido en lo que a la gente suele llamar "crush". Sí, él te gustaba, mucho.

Su atractivo físico, su personalidad coqueta, su gusto interesante por el arte, su percepción de este, su caballerosidad, su linda sonrisa, su habilidad con el piano, su pasión por la música, sus grandes capacidades en el deporte, esas razones y más eran las que describían porque te gustaba.

One shots KNY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora