CAPITULO 3: REALIDAD COMPARTIDA

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—¿Vamos juntos? —dice Danilo mientras siguen caminando lentamente.

—Si. — ¿Quién fué? —pregunta Carlos con un tono de interés.

—No, pregunté y no se sabe nada. — el chico parecía decepcionado al no poder responderle la pregunta a su amigo. —Pero los pibes del Uno están re calientes, así que supongo que... va por ahí la mano.— sigue caminando a la par de su amigo.

De repente se callan los dos a la vez, al estar llegando al lugar se nota el ambiente tenso y triste, los dos se miran fijamente al no saber muy bien lo que están a punto de presenciar. Al llegar se ponen en frente de un contenedor oxidado, allí estaba la policía, y el cuerpo del joven fallecido, cubierto por unos pobres periódicos, tenía al descubierto las piernas y un lado de su cara.
Los amigos se agachan para poder ver mejor y más de cerca el cuerpo.

—¿Ves el ojo cómo lo tiene? — ambos se terminan de agachar.

—Sí. —responde el de rulos de una manera seca y fría, a la vez estaba un poco asustado, era el primer cadáver que veía.

—¿Que lo tiene siempre mirando para el mismo lado? — se fijan más detalladamente en la cara del chico.

—Pero no está vivo. —argumenta el morocho mirando con asco el cuerpo entre moscas y ensangrentado.

Antes de que Danilo logre contestar, la chica rubia estaba a la par de Carlos, también como ellos, contemplando el impactante asesinato.
Sánchez se fija en la chica, pero trata de ignorarla al seguir hablando con su amigo.

—No, boludo, —¿cómo va a estar vivo? — mira fijamente el cadáver—¿No viste toda la sangre que tiene? — juntan sus cabezas aún más, como si al hacer esto se sintiesen más seguros.

—¿Vos qué preferís? — mantiene el contacto visual con el chico de rulos.— ¿Un tiro en la bocha, o un puntazo en la panza? — siguen los chicos manteniendo el contacto

—Un tiro en la bocha. —responde inesperadamente la rubia sabiendo que la pregunta no iba dirigida hacia ella.

Los dos chicos se giran rápidamente rompiendo el contacto visual que habían mantenido segundos atrás.

—Yo también— se levanta Carlos, dejando a su amigo agachado.

Danilo, en un intento de no sentirse excluido, se levanta también, los tres juntos miran silenciosamente el cuerpo; estaba medio morado, lleno de sangre y se encontraba muy frío, tan frío que se siente solo de verlo.

De repente un borracho de la zona se les acerca a los niños.

—Yo ya lo predije. Esto iba a pasar. — Los amigos lo miran extrañados

—¡Estamos en el umbral de una guerra entre pobres! — se apoya en un contenedor a lado de los chicos.

—En las guerras, mueren los niños y las mujeres primero —. Por unos segundos todos los de alrededor miraron al viejo, el silencio era notable, todos se miraban entre ellos.

—¡Un niño! —grita el hombre histérico. Del susto la chica se agarra rápidamente a Carlos, lo tenía al lado, al moreno no le importó mucho, el también se sentía asustado.

—¡Carajo! — El hombre se aleja lentamente. — ¡Es un niño! — sigue gritando el borracho desde la distancia.

La chica comienza a llorar, sabiendo que no debería estar allí. Sus sentimientos se mezclan creándole una sensación, entre triste e impotente. Era su primera semana allí y ya había contemplado con sus propios ojos la muerte... ni más ni menos que de un niño.

Los chicos se dan cuenta de esto, Danilo la mira.

—¿Estás bien? —le pregunta él.

La chica solo sigue llorando. Carlos le da un pequeño abrazo sintiendo empatía por ella, ayudándola en todo lo que necesite. Sánchez al darse cuenta de esto le da unas pequeñas palmaditas en la espalda, no sabía qué hacer.

De un momento a otro Segundo, el tío de Tévez aparece detrás suya.

—Vamos para casa, Carlos. —dice con un tono frío, ¿qué hacían esos niños mirando semejante escena?

Los tres rápidamente se giran al escuchar la voz del mayor.

—Para, ¿qué pasa? — se terminan de girar.

—Andá para tu casa Uruguayo. —termina de ordenar el hombre.

—Yo voy a comprar unas cosas y después voy para allá, ¿te parece? — el castaño mira al suelo, sintiendo que lo que estaba pasando por una parte era su culpa.

Segundo se queda quieto, mirando con un poco de desprecio a Danilo.

—Vamos. —le dice a Carlos. El chico se despide y se va triste con su tío.

Antes de que se terminen de ir completamente, Sánchez agarra del hombro a Belén.

—Te dejo en tu casa, ¿va? — el castaño solo intentaba ayudar, ya había fastidiado mucho.

La chica solo asiente con la cabeza.

Desde la distancia ambos escuchan al de rulos quejándose, queriendo estar más tiempo con sus amigos.

—Che, ¿porque lloras? — se cruza de brazos.

—Era un niño, Danilo, un niño. — Imagínate si mañana te pasa a ti, o a mi...— se miran, la rubia asustada, pero el solo intentaba calmarla.

—Ya... — les separa un silencio inmenso.

—Bueno, ¿para dónde está tu casa? —

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Bueno hasta aquí el capítulo, perdón si es un poco corto, el siguiente será más largo lo prometo 😭😭

Gracias por leeeeeerrrrr🫶🫶
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Perdón si hay alguna falta de ortografía

Tkmmm

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