CAPÍTULO 7: HERIDAS

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—¿Qué pasó? —Pregunta Danilo, impaciente por saber el futuro de su amiga.

—Belén está bien, sigue dormida. —Responde Carlos muy tristemente.

—Ya pueden entrar. — Un médico les da el paso a la sala donde se encuentra la chica.

Los dos chicos y Segundo entran. El ambiente estaba tenso, se encontraba completamente en silencio. La chica que les alegraba los días se encontraba descansando, y el chico al que le gustaba tanto bromear se sentía culpable.

—Tremendo golpe que le dieron. — El tío de Tévez mira la venda que tenía la chica en el hombro, era muy grande, le cubría todo el torso.

Sánchez solamente se lamenta mientras intenta contener las lágrimas, al igual que el moreno.

Danilo se fija en la puerta, ahí estaba Antonella, riéndose con su padre. A el chico le comenzó a hervir la sangre.

—Discúlpeme. — Salió furioso de la sala. —¿De qué te reís boluda?

La morena lo ignora.

—¿También sos ciega? — Junta el pulgar con el meñique y zarandea la mano, haciendo ese gesto típico.

—No le voy a contestar a un falopero como vos. — Mientras se aleja del hospital.

Sánchez mira hacia el suelo, cada cosa que hacía, a él parecía que arruinaba todo.

—¡Danilo vení! —Grita Carlos desde dentro de la habitación.

Al parecer la rubia después de unas horas de estar ahí acostada, se había despertado.

El chico nuevamente entra, sus ojos se iluminan completamente, y le sale una ligera sonrisa. Aunque él no lo notase, ella lo hacía muy feliz.

Belén no se podía apenas ni mover, pero si se le veía la cara igual de iluminada que a Danilo. Los dos se alegraban de verse. Ella pensó lo increíble que era que ni siquiera sus propios padres estuvieran allí cuidándola.

Los dos se abrazan, y de un momento a otro llegan los padres. Los mismos echan a todos de la sala donde se encontraba su hija.

Los tres salen, un poco confundidos, la pareja no dice ni hola, ni gracias, nada.

—¡Te volviste loca!

—¡Sos una tarada!

Ambos comienzan a gritar, desesperadamente, mientras le pegan en las mejillas dos tortas.

Danilo aprecia la escena desde fuera, no puede tolerar eso. El sabe que ella no se lo iba a decir nunca, pero alguien tenia que hacer algo.

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Al día siguiente

Era por la mañana, Belén estaba tirada en su cama. Sus padres se encontraban en el trabajo, y ella no podía ir a clases porque la habían expulsado.

Tampoco se podía mover, solo podía mirar al techo.

Ella mira el reloj, no sabía ni que hora era, tenia hambre, pero no había nadie que le pudiese dar comida.

Eran las 12:30 de la mañana. Danilo el día anterior le dijo que la iría a ver al salir de clases. Todavía faltaban 4 horas.

Se sentía muy culpable, pensaba que estaba allí por su culpa, la habían expulsado por su culpa, y encima sus padres no la querían. Eso circulaba constantemente en su cabeza.

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