Memorias

CAPITULO 6: LÁGRIMAS

Danilo estaba ensimismado viendo la tele, se acababa de comer dos empanadas del tamaño de su cabeza, estaba hambriento. La chica todavía no se había acabado ni la primera. Estaban viendo un programa de preguntas, ninguno se sabía ninguna, la verdad no eran muy cultos y le aburría un poco.

—Che, ¿vemos una película? —Pregunta Sánchez, un poco aburrido.

—Vale. — Belén se levanta del sofá, agarrando un CD de un mueble justo al lado de la televisión.

La película era sobre la segunda guerra mundial. No se la había visto nunca, pero era la única que tenía.

La película comienza y justo la rubia acaba de comer. Estaba en inglés así que no entendían nada, pero estaban viendo algo "interesante".

A la rubia le comienza a dar demasiado sueño, estaba mucho más aburrida de lo que estaba antes. Sin querer cae en un profundo sueño, y se recuesta en el hombro del castaño. Cuando él se da cuenta, mira para todos lados, como si esto estuviese planeado para dejarlo en ridículo o algo, pero no, solo que la chica se había dormido.

Danilo no se quería quedar ahí incómodo así que decide recostar a Belén en una almohada mientras que recoge el CD y limpia los platos, cuando termina de ordenar, lleva a la chica a su cama, la recuesta, le quita los zapatos. Y ligeramente acaricia tiernamente su frente.

Sánchez sale del edificio, él pensó que esa tarde iba a ser muy diferente, pero también entendía que a lo mejor ella anoche no durmió bien, o se acostó muy tarde. Así que lo pudo comprender bastante. A parte a él no le desagradó ayudarla, en lo más mínimo, de hecho a él le encantaba.

Mientras caminaba por las calles del fuerte, Carlos aparece de un momento a otro.

—¿Qué pasó con la Belén? —Pregunta muy preocupado el amigo.

—Na, que la rubia se reventó a piñas con la Antonela y las otras. — Danilo se pone la mano en la cabeza, un poco avergonzado.

—Ganó ella, ¿no?

—Si si, las reventó a todas. — Sonríe de lado Sánchez. —Pero la expulsaron.

—¿Me estás cargando? — La expresión en el rostro de Tévez cambia completamente.

Los dos se quedan unos segundos en silencio, lamentando lo que le a pasado a su amiga.

—Y, ¿dónde está? — Su expresión había vuelto a la normalidad al tranquilizarse un poco.

—En su casa, durmiendo. —Afirma el castaño, alegre, al saber que ella estaba bien.

—Bueno, ¿nos echamos unos goles? — El de rulos cambia de tema.

—Si, dale. — Los dos corren hacia la cancha.

Danilo no podía borrar de su mente la imagen de su amiga dormida en su hombro, no sabía explicar porque la cuidaba tanto, supongo que es porque él nunca tuvo a nadie ahí, cuidándolo.

Al llegar al campo, comenzaron a jugar. En el otro equipo se encontraban Hernán y sus amigos. Hernán es un chico violento, guarro y problemático. Sus amigos no se quedaban atrás.

Sánchez le hace un caño a un pibe del otro equipo,

—¡No! —Grita Hernán muy enfadado, los otros dos amigos iban a marcar gol.

El castaño le pasa tras el caño el balón a Carlos, y este marca gol.

—¡Goool! — Los dos chicos se abrazan y festejan juntos.

Pinto (el apellido de Hernán), estaba tan cabreado que mientras los otros jugadores festejaban los empuja,

—La concha de tu madre, gil — Los sigue empujando.